El Gobierno y las cajas salvan sus diferencias para crear dos sociedades que gestionen suelo y pisos

El Gobierno vasco y las cajas de ahorros han necesitado un a?o de negociaciones y la revisi¨®n t¨¦cnica de un apartado de la reciente Ley de Patrimonios P¨²blicos de Suelo para salvar sus diferencias sobre la constituci¨®n de dos sociedades para gestionar pisos de alquiler y terreno para edificar. Estas sociedades, de car¨¢cter privado por la composici¨®n de su capital, contar¨¢n con la participaci¨®n del Gobierno y de las cajas BBK (Vizcaya), Vital (?lava) y Kutxa (Guip¨²zcoa) y, posiblemente, de un tercer socio de car¨¢cter tecnol¨®gico, que domine el mercado inmobiliario.

En los pr¨®ximos d¨ªas se determinar¨¢ el porcentaje de financiaci¨®n que aporta cada uno y se culminar¨¢n todos los detalles. En los meses que restan hasta concluir la actual legislatura, el Gobierno y las cajas dotar¨¢n del dinero y de la infraestructura necesaria a los proyectos, aunque no ser¨¢n operativos hasta la llegada del pr¨®ximo Ejecutivo. La sociedad operadora de suelo tendr¨¢ un presupuesto de 4.000 millones de pesetas y la de alquiler de viviendas de 2.000. El departamento de Vivienda del Gobierno ya contemplaba la creaci¨®n de estas dos entidades en su Plan Director de Vivienda, aprobado en junio de 1996 y que abarca hasta 1999. El objetivo de la sociedad operadora de suelo es obtener terreno, urbanizarlo y ponerlo en el mercado a unos precios compatibles con la promoci¨®n de viviendas protegidas por los diversos operadores. Es decir, agilizar la salida de suelo al mercado, que los tr¨¢mites burocr¨¢ticos y la complejidad de la gesti¨®n urban¨ªstica dificultan. Mientras, la otra sociedad promover¨¢ viviendas sociales y de protecci¨®n oficial de segmento medio. En principio se nutrir¨¢ de las viviendas sociales promocionadas por la propia consejer¨ªa. Todo ello con recursos propios y la b¨²squeda de financiaci¨®n ajena en el mercado. "No cabe montar una boca m¨¢s en el Gobierno, otra sociedad con p¨¦rdidas", explic¨® Miguel ?ngel Delgado, director del gabinete del consejero. La necesidad de las cajas de ahorros, que son los socios financieros, de garantizarse la viabilidad econ¨®mica futura de las sociedades es lo que ha estirado el proceso. "Uno de los problemas ha radicado en que las cajas siempre han creido que eran los ¨²nicos socios posibles, cuando en realidad hay m¨¢s opciones, como los fondos de inversi¨®n inmobiliaria, grandes aseguradoras", explic¨® el director del gabinete del consejero, Miguel ?ngel Delgado. Cuando se hab¨ªa resuelto esa cuesti¨®n, surgi¨® un problema con la Ley de Patrimonios P¨²blicos de Suelo, aprobada en la recta final parlamentaria. Los juristas interpretan que la Ley no faculta a este tipo de sociedades para que puedan adquirir patrimonios p¨²blicos mediante sistemas como las expropiaciones. La norma s¨®lo lo permite a sociedades municipales de suelo, no a las sociedades con un car¨¢cter supramunicipal, como las que quieren crear el Gobierno y las cajas. "Se trata de un tecnicismo que hemos resuelto. La f¨®rmula ser¨¢ a trav¨¦s de un decreto o con una interpretaci¨®n favorable de la Ley", especific¨® Delgado. En cuanto al socio tecnol¨®gico, a¨²n no es segura su participaci¨®n. El Gobierno vasco es partidario de incluirlo porque con su experiencia evitar¨¢ la morosidad, tan caracter¨ªstica en las empresas p¨²blicas de alquiler. El retraso en poner en marcha estos dos proyectos ha provocado que el Gobierno, a trav¨¦s de su sociedad VISESA (Vivienda y Suelo de Euskadi), se haya hecho cargo directamente de toda la promoci¨®n de vivienda protegida. "Ha sido una carga para la consejer¨ªa. Hubiese sido mucho m¨¢s liviano hacerlo a trav¨¦s de sociedades operadoras". As¨ª, el Plan Etxebide recoge que en 1997 la sociedad operadora de suelo ten¨ªa que haber adquirido terreno para 2.090 viviendas y la sociedad de alquiler haber edificado 300. Para 1998, los planes para la primera eran de 3.086 pisos y 400 para la segunda. Sin embargo, nada de esto ha podido cumplirse al no estar constituidas las sociedades. "Si esas sociedades", subray¨® Delgado, "llegan a estar en marcha se hubieran cumplido sobradamente los objetivos del Plan Etxebide. Ahora, se cumplen a duras penas".