El triunfo de Jos¨¦ Tom¨¢s
Los toros que ayer se lidiaron no hubieran inspirado a Goya. Posiblemente tendr¨ªan la edad reglamentaria para ser lidiados como toros, pero la pinta era de novillos, para m¨¢s inri escurridos. Pobres de todo, el descaro en el afeitado los hac¨ªa todav¨ªa m¨¢s miserables.Vaya esto a modo de necesaria introducci¨®n para valorar las cosas en su justa medida, pero digamos tambi¨¦n que los tres matadores se enfrentaron al mismo g¨¦nero y sacaron muy diverso partido. Y, a mayor abundamiento, reconozcamos que los toros chicos han sido denominador com¨²n de muchos triunfos desde 1940 hasta nuestros d¨ªas.
Siguiendo con lo mismo, dir¨¦ que recuerdo muchas tardes gloriosas de Antonio Ord¨®?ez con ganado menguante, y ello no empa?a mi memoria al recordarlo como lo m¨¢s grande que nunca vi. Por eso, puedo decir que, en su tierra de Ronda, uno de los vaticanos del toreo, se ha coronado como su heredero y sucesor un joven diestro llamado Jos¨¦ Tom¨¢s Rom¨¢n Mart¨ªn. S¨®lo a Ord¨®?ez vi templar como lo hace Jos¨¦ Tomas, que parece llevar en su muleta cloroformo o cualquier tipo de adormidera que causa la progresiva adicci¨®n del toro. Templar es acompasar la muleta a la velocidad de la embestida del animal, pero a¨²n existe un temple m¨¢s sublime consistente en imponer al toro la velocidad que manda el torero y esto, despu¨¦s de Antonio Ord¨®?ez, ¨²nicamente se han dado ramalazos en distinguidas figuras pero completo, lo que se dice completo, s¨®lo Jos¨¦ Tom¨¢s.
Domecq/ Manzanares, Rivera, Tom¨¢s
Seis toros de Juan Pedro Domecq, mansos, deslucidos y sin clase. El 4? fue sustituido por otro del mismo hierro. Jos¨¦ Mari Manzanares: pinchazo y estocada trasera, palmas; dos pinchazos, un descabello, ovaci¨®n. Rivera Ord¨®?ez: estocada baja y ovaci¨®n; cinco pinchazos y muerte por aburrimiento, -aviso- y palmas. Jos¨¦ Tom¨¢s: tres pinchazos y un descabello, -aviso- y ovaci¨®n; gran estocada y dos orejas. Sali¨® a hombros. Plaza de toros de la Real Maestranza. XLII Corrida Goyesca. No hay billetes.Presidi¨® la corrida la Condesa de Barcelona. Tambi¨¦n acudi¨® a la corrida goyesca el ministro de Trabajo, Javier Arenas, y los alcaldes de Sevilla y Marbella.
Igual que no hay cante chico ni grande, s¨®lo cantaores, en el toreo no existe suerte chica ni grande. S¨¦ que esto es osad¨ªa, pero no me importa, porque he visto a Jos¨¦ Tom¨¢s elevar la chicuelina o la manoletina a categor¨ªa fundamental.
Sobre todo, he visto a Jos¨¦ Tom¨¢s ir encelando a un manso pase a pase, en el platillo, hasta poder alargar el toreo en series de a cuatro incre¨ªblemente largas y convertidas en prodigio. Cuando, tras la muerte del sexto, el torero salud¨® al p¨²blico, que hab¨ªa rugido despu¨¦s de una gran estocada, nadie aplaudi¨®. ?nicamente volaban pa?uelos al aire. En Ronda, despu¨¦s de 27 a?os de la retirada del maestro, el toreo tiene un nuevo Papa. Por muchos a?os.
Digo todo esto sin ser amigo ni partidario del vaticinio ni, mucho menos del gorro de estrellero, y s¨¦ que todo puede acabar de muchas maneras, pero nadie me va a poder negar nunca lo que he visto, lo que me ha apasionado, y el inmenso placer de contarlo.
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares se entretuvo en no dar ni una sola ver¨®nica al primero de la tarde, que sali¨® hecho polvo del caballo. Eso s¨ª, Manzanares necesit¨® probarlo por si todav¨ªa no estaba picado para albondiguillas. Con la muleta, estuvo la mar de habilidoso, tomando al toro fuera de cacho para atraerlo sobre s¨ª, con precauciones, en el esbozo de remate. El p¨²blico estuvo voluntarioso y no dej¨® de jalear ni un medio pase hasta que se aburri¨®. En el cuarto, Manzanares, mucho gusto -el gusto es m¨ªo-, se enfrent¨® a un manso al que meti¨® en la muleta a base de pases sueltos, sin ligar, con mucha cabeza torera y poca exposici¨®n.
Rivera Ord¨®?ez se ha hecho maestro en citar doblado y en despegarse al toro todo lo que da el brazo, estaquillador y el pico. Torea desde fuera y hacia fuera. Ha perdido la colocaci¨®n y, como siga as¨ª, no va a encontrarla. Cuando acabo de escribir estas l¨ªneas, me asomo a la ventana y veo en Ronda a la gente toreando. No ocurr¨ªa desde hace a?os.
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