La mirada perdida
Wu Jin Xia baja del coche sin ganas siquiera de moverse. Tres compatriotas la cogen por los brazos para llevarla hasta la entrada de la zona de visitas de la c¨¢rcel de Soto del Real. La esperaba en la puerta del recinto el abogado de su marido, que ingres¨® dos d¨ªas despu¨¦s del incendio que acab¨® con la vida de su hija.Su mirada se pierde a lo lejos. Desconf¨ªa de cuanto la rodea y s¨®lo pide tranquilidad. Reh¨²ye el objetivo de la c¨¢mara del fot¨®grafo.
Viste pantal¨®n amarillo, blusa de manga larga de color ocre y unas zapatillas blancas con cordones. Camina despacio y, cuando habla, susurra todas las respuestas y ahorra muchas palabras. En ocasiones se limita a contestar con un movimiento negativo de cabeza.
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