Barrionuevo y Vera eligen cumplir su pena en la prisi¨®n de Guadalajara porque no hay etarras

Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Barrionuevo llegaron ayer muy de ma?ana a la casa de Rafael Vera en Torrelodones (Madrid) y all¨ª compartieron un largo desayuno a base de caf¨¦ y tostadas, preocupaci¨®n y tristeza. "El desayuno fue copioso y la sobremesa, m¨¢s; hablamos con Felipe de muchos temas, de todos", declar¨® ayer tarde Vera, mientras decid¨ªa junto a Barrionuevo en qu¨¦ c¨¢rcel y a qu¨¦ hora dejaban aparcada su libertad. Ser¨¢ esta tarde, sobre las siete, en la vieja prisi¨®n de Guadalajara, donde no hay etarras. Rafael Vera asegur¨® que se siente entero, "bien de salud y ¨¢nimo", pero le trastabill¨® la voz cuando admiti¨® que se va a acordar mucho de Macarena, su hija de siete a?os: "Soy un padre-abuelo; la voy a echar tanto de menos...".

Barrionuevo y Vera vivieron vertiginosamente la v¨ªspera de su encarcelamiento. Sobre todo porque hasta bien entrada la tarde no supieron si su ingreso en prisi¨®n se tendr¨ªa que producir ayer mismo o en el d¨ªa de hoy. As¨ª que, despu¨¦s del desayuno con Gonz¨¢lez, Barrionuevo regres¨® a su domicilio del barrio de Arg¨¹elles de Madrid, donde sobre el mediod¨ªa recibi¨® la visita del secretario general y del candidato del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia y Jos¨¦ Borrell.Tras charlar un buen rato -Vera se incorpor¨® a la tertulia poco despu¨¦s-, Almunia declar¨® a los numerosos periodistas que durante todo el d¨ªa hicieron guardia ante la casa del ex ministro: "Tenemos que ganar algunas cuestiones en los tribunales y otras en las urnas; hemos tenido una conversaci¨®n de amigos y le hemos trasladado [a Barrionuevo y Vera] nuestra solidaridad y la del partido; nuestra convicci¨®n de que son inocentes". Borrell, que ayer no quiso hacer declaraciones, anunci¨® que dentro de unos d¨ªas hablar¨¢ del asunto.

Rafael Vera regres¨® a media tarde al domicilio de Barrionuevo. Al preguntarle un periodista por la raz¨®n de tanto traj¨ªn, replic¨®: "Me van a permitir que tenga libertad de movimientos... por lo menos hasta ma?ana".

Uno y otro, Barrionuevo y Vera, viajaron durante todo el d¨ªa de la pol¨ªtica a sus asuntos. Lo mismo respond¨ªan a una pregunta sobre la instrucci¨®n del caso -"hemos tropezado con gente mala", lleg¨® a decir el ex secretario de Estado-, que reflexionaban sobre lo que su entrada en prisi¨®n supondr¨¢ para sus familias, para su equilibrio interior. Rafael Vera, tan fr¨ªo, sinti¨® a veces que la flema lo abandonaba. "No quiero", declar¨® a este peri¨®dico ayer por la tarde, "que mi hija ni mi mujer vayan a la c¨¢rcel a verme; no mientras pueda aguantar sin ellas".

La esposa de Barrionuevo, Esperanza Hu¨¦lamo, tambi¨¦n se tropez¨® en la puerta de su casa con las c¨¢maras de televisi¨®n, y no rehuy¨® las preguntas. "Estoy serenamente cabreada", explic¨®, "tratando de hacer mi vida normal; ocup¨¢ndome de mis hijos y de mi marido, de las cosas que son parte de la vida corriente; ahora me voy al hospital con mi madre".

Dijo que no se sinti¨® sorprendida por el auto de prisi¨®n inmediata: "Llevamos tantos a?os de atropellos que ya...".

Al atardecer, el ex ministro del Interior baj¨® al portal de su casa acompa?ado de Rafael Vera para informar a los periodistas de que hoy, al mediod¨ªa, leer¨¢n un comunicado y que luego, sobre las siete de la tarde, ingresar¨¢n en la prisi¨®n de Guadalajara. "Vamos a aprovechar estas horas", apostill¨®, "para pasar el m¨¢ximo tiempo posible con nuestras familias".

No dijeron entonces por qu¨¦ se hab¨ªan decidido finalmente por la prisi¨®n de Guadalajara -hasta ahora hab¨ªan barajado elegir la de Soto del Real, en Madrid-, pero un rato despu¨¦s, Rafael Vera admiti¨® que s¨ª hab¨ªa una raz¨®n, y que para ellos resultaba de peso: "All¨ª no hay etarras". El ex responsable de la seguridad del Estado record¨® que durante los cinco meses que ya pas¨® en prisi¨®n experiment¨® la desagradable experiencia de compartir techo con asesinos de ETA: "Y en una ocasi¨®n, al cruzarme con uno de ellos, tuve que soportar su sonrisa, su mirada de sorna".

Rafael Vera dijo que su breve estancia en la c¨¢rcel le ha servido para afrontar la nueva prueba, y tambi¨¦n para explicarle a Barrionuevo con lo que se va a encontrar. "Pero sobre todo", precis¨® el ex alto cargo del PSOE, "lo que a Pepe y a m¨ª nos est¨¢ sirviendo para no derrumbarnos son los largos a?os en el Ministerio del Interior, donde luchamos contra el terrorismo y contra la involuci¨®n, y donde tuvimos que acudir a tantos entierros de personas inocentes asesinadas por ETA".

No ser¨¢ hoy la primera vez que Barrionuevo entre por el gran port¨®n de la vieja c¨¢rcel de Guadalajara, construida a finales del siglo XIX. Durante el a?o 1995 visit¨® en varias ocasiones a Juli¨¢n Sancrist¨®bal y a Miguel Planchuelo, que entonces se encontraban en prisi¨®n preventiva por el mismo asunto -el secuestro de Segundo Marey- que ahora lleva a Barrionuevo y Vera a prisi¨®n. Tambi¨¦n fue la c¨¢rcel que alberg¨® durante a?os a Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez. Fue all¨ª precisamente donde Amedo, ex subcomisario de polic¨ªa, contrajo matrimonio con Mar¨ªa de los ?ngeles Acedo.

Esta noche, un ex ministro del Interior y un ex secretario de Estado para la Seguridad compartir¨¢n la misma cena que el centenar de reclusos -ninguno etarra- de la vieja prisi¨®n provincial de Guadalajara, calle Virgen del Amparo, n¨²mero 55.