El delegado de Cultura de Girona critica que la Generalitat subvencione con 25 millones al Museo Dal¨ª

El delegado de Cultura de la Generalitat en Girona, Joan Dom¨¨nech, critic¨® ayer que la Generalitat subvencione centros muse¨ªsticos como el Teatro Museo Dal¨ª, que es capaz de autofinanciarse y generar beneficios para comprar nuevas obras, mientras que otros centros de las comarcas gerundenses que necesitan apoyo institucional deben esperar durante a?os para recibir aportaciones mucho menores. Dom¨¨nech se refer¨ªa concretamente a los 25 millones de pesetas que la Generalitat aport¨® recientemente para las obras de la c¨²pula geod¨¦sica del museo figuerense. "El Dal¨ª es un museo con una fundaci¨®n que resuelve sus propios problemas y que compra nuevas obras con sus ingresos", asegur¨® Dom¨¨nech en el programa Ara Girona, de la cadena SER. Seg¨²n consta en la memoria 1997 de la fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, la explotaci¨®n del museo de Figueres gener¨® durante ese a?o unos ingresos de 512 millones. El representante de la Generalitat en Girona afirm¨® que la decisi¨®n de subvencionar los trabajos para reforzar la c¨²pula no la tom¨® su delegaci¨®n. "La Generalitat ha colaborado en el tema de la c¨²pula con una sensible cantidad de millones. Quiz¨¢, personalmente, no lo hubiera hecho, pero si en Barcelona lo deciden...", concluy¨® Dom¨¨nech. Y a?adi¨®: "Yo siempre estar¨ªa del lado de los que no tienen medios suficientes. Aquellos que s¨ª los tienen, me parece que deben resolv¨¦rselo". Joan Dom¨¨nech aclar¨® que no est¨¢ en contra de que la Generalitat colabore con los grandes centros culturales del pa¨ªs. El delegado territorial de Cultura asegur¨® que le sabe mal que en el ejercicio de su cargo se otorguen subvenciones como la del Museo Dal¨ª mientras que otros museos m¨¢s modestos deben esperar a?os para recibir dos o tres millones de pesetas. Quejas hist¨®ricas Sectores culturales gerundenses han lamentado a menudo la escasa dotaci¨®n de que dispone el servicio territorial de Cultura, que se ve obligado a negarles sistem¨¢ticamente sus peticiones de subvenci¨®n. La escuela teatral El Galliner es el paradigma de esta situaci¨®n. Se trata de un proyecto plenamente consolidado y de gran repercusi¨®n social, surgido de un caldo de cultivo de un grupo de profesionales entusiastas, pero con sus posibilidades desaprovechadas a causa del r¨¦gimen de pan y agua a que les somete la escasa financiaci¨®n institucional. Su director, Jep S¨¢nchez, anunci¨® su dimisi¨®n irrevocable el pasado s¨¢bado lamentando el escaso apoyo de las instituciones que ha recibido la escuela. A pesar de la excelente acogida de sus cursos, la autofinanciaci¨®n queda muy lejos. Sus responsables deben peregrinar cada a?o por los despachos de la Generalitat, la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento solicitando el incremento de unas exiguas ayudas.