El naufragio de Rusia

Cuando un barco est¨¢ a punto de encallar no es momento de discusiones. En el SS RUSIA, sin embargo, el capit¨¢n Bor¨ªs Yeltsin y su rebelde tripulaci¨®n han mal gastado un valioso tiempo de salvamento discutiendo sobre qui¨¦n deber¨ªa ser el pr¨®ximo ingeniero jefe. Los pasajeros, mientras tanto, miran tristemente la subida del agua y se percatan de la falta de botes salvavidas. El tiempo financiero todav¨ªa parece peor. Pero al menos el mot¨ªn pol¨ªtico parec¨ªa m¨¢s calmado el 10 de septiembre, cuando Yeltsin confes¨® que no era capaz de persuadir a la Duma para ratificar el nombramiento de su ex primer ministro V¨ªktor Chernomirdin. Su retirada (...) ha abierto el camino para la nominaci¨®n de su actual ministro de Exteriores Yevgeni Primakov. Los comunistas dicen que est¨¢n dispuestos a aceptarlo. Esta aceptaci¨®n deber¨ªa traer alguna paz pol¨ªtica por ahora. (...) Primakov es al menos una cara presentable de Rusia: no bebe, no est¨¢ enfermo, no es un aficionado en pol¨ªtica y cuenta con una cierta habilidad administrativa. (...) Sin embargo, sus puntos de vista sobre la pol¨ªtica econ¨®mica son opacos. Pr¨¢cticamente no tiene ninguna experiencia econ¨®mica o financiera. (...) Es posible, aun que improbable, que el naufragio haga que la dite, rusa se vuelva m¨¢s responsable, que incluso alg¨²n d¨ªa apoye a un Gobierno genuinamente reformista. Pero para entonces, una parte del pueblo se habr¨¢ ahogado. Y en cuanto a Primakov, timonear¨¢ un barco que hace aguas.

12 de septiembre