El Papa beatifica como m¨¢rtir a un cardenal croata acusado de fascismo
Alojzije Stepinac, arzobispo de Zagreb entre 1941 y 1945, encarcelado por el r¨¦gimen de Tito por supuesto colaboracionismo con los nazis, fue elevado ayer a los altares por el Papa, Juan Pablo II, como un "m¨¢rtir" del comunismo. En una solemne ceremonia seguida con fervor por m¨¢s de 300.000 personas, el Pont¨ªfice se?al¨® que la persona del nuevo beato "sintetiza toda la tragedia que ha golpeado al pueblo croata y a toda Europa en este siglo, marcado por los tres grandes males del fascismo, el nazismo y el comunismo".
Su ejemplo, dijo Karol Wojtyla en el santuario de Marija Bistrica, a unos 50 kil¨®metros de Zagreb, debe servir, no obstante, como una invitaci¨®n "al perd¨®n y a la reconciliaci¨®n. Lo que equivale a purificar la memoria de cualquier huella de odio, de rencor o de deseos de venganza".El Papa, en relativa buena forma, hizo frente a la pol¨¦mica desatada por la beatificaci¨®n del cardenal Stepinac, considerado en gran parte de la ex Yugoslavia como un hombre af¨ªn al r¨¦gimen fascista ustachi de Ante Pavelic, subrayando su condici¨®n de v¨ªctima no s¨®lo del comunismo, sino del fascismo. Ya lo hab¨ªa puesto de relieve, el d¨ªa antes, el presidente croata, Franjo Tudjman, cuando en su mensaje de bienvenida al Pont¨ªfice record¨® que su pa¨ªs hab¨ªa sido ocupado por los nazis que impusieron un r¨¦gimen t¨ªtere de corte fascista. Los encargados de prensa del Vaticano se ocuparon tambi¨¦n de hacer llegar a los periodistas presentes en Marija Bistrica un par de comunicados. Uno de una denominada coordinadora de municipios jud¨ªos en Croacia, y otro del llamado Congreso Mundial Croata, en los que se menciona la "gratitud de los jud¨ªos croatas al cardenal Stepinac por la salvaci¨®n de muchos jud¨ªos durante el Estado ustachi", y se protesta en¨¦rgicamente contra las cr¨ªticas a su beatificaci¨®n por parte del Centro Simon Wiesenthal, dedicado a la b¨²squeda y denuncia de criminales de guerra nazis, que hab¨ªa pedido al Vaticano un aplazamiento de la ceremonia.
Por lo dem¨¢s, Croacia, convertida ya en un estado confesional cat¨®lico, se ha volcado completamente en la organizaci¨®n de este segundo viaje de Juan Pablo II (el primero se desarroll¨® en plena guerra en septiembre de 1994). No se trata s¨®lo de los cientos de miles de personas que han acudido a la llamada del Pont¨ªfice, pese al tiempo desapacible, sino del despliegue descomunal de medidas de seguridad, evidentes a lo largo de lo que ha sido el itinerario de Juan Pablo II. Unos 20.000 polic¨ªas, de uniforme y de paisano, han escoltado al Papa, vigilando cada palmo de tierra que hab¨ªa de ser cruzado por el l¨ªder espiritual de los cat¨®licos que hoy se desplazar¨¢ a Split, en la costa d¨¢lmata, con motivo del 1.700 aniversario de la ciudad.
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