Veinte a?os

No ha gustado la Declaraci¨®n de M¨¦rida. Se puede decir dando m¨¢s rodeos, pero no hace falta darle vueltas. A estas alturas parece claro que todos han interpretado la declaraci¨®n como un intento de frente espa?olista, opuesto al frente nacionalista vasco y catal¨¢n. Es cansado lo que ocurre en este pa¨ªs, resulta desolador andar siempre d¨¢ndole vueltas a la misma manera de interpretarnos unos a otros. Tenemos veinte a?os de Constituci¨®n. Veinte a?os no es nada, dec¨ªa el tango, pero para los espa?oles que una Constituci¨®n haya durado veinte a?os, es todo un r¨¦cord. Acaso deber¨ªa darnos verg¨¹enza tener que reconocer que no hemos sido capaces, nunca hasta ahora, de construir un pa¨ªs con futuro democr¨¢tico. Est¨¢bamos en ello, cuando nos ha vuelto a sorprender la desmesura. Pero ahora no vamos a perder. ?sta vez sabremos cuidar lo que tenemos, defender la libertad y desde ella, tratar de entendernos. Espa?a no es lo que fue, afortunadamente para nosotros y para el futuro. Hay una cosa que diferencia a la Espa?a de hoy de la que nunca fue capaz de consolidar un sistema de libertades: sus j¨®venes. Hay una generaci¨®n que naci¨® con la Constituci¨®n, que ya vota y decide, que ha vivido en libertad, que se ha educado en los principios de una Constituci¨®n por la que se siente amparada de forma natural y como si eso hubiera sido as¨ª desde el principio de los tiempos. Esos j¨®venes espa?oles de ahora son lo que hacen diferente a la Espa?a de hoy, y lo que obligar¨¢ a quienes se someten a su consideraci¨®n y a su voto, a saber sentarse y dialogar. Pero sin condiciones previas y aceptando que valen para hablar todas las declaraciones, tambi¨¦n la de M¨¦rida. Aunque en todo caso m¨¢s que declaraciones hacen falta ideas. Necesitamos encontrar entre todos, y con las ideas de todos, la que nos permita entrar en el nuevo siglo con garant¨ªa de paz, tolerancia y convivencia. En el marco que entre todos decidamos.