La pol¨¦mica, "salsa" del rock
El lapidamiento sufrido por Vulpess tras interpretar en un programa televisivo emitido a deshora Me gusta ser una zorra, su particular adaptaci¨®n de I wanna be your dog; la supuesta marginaci¨®n que padecieron Eskorbuto por grabar temas como Ratas en Vizcaya; y la imposibilidad que se le present¨® a Johnny Kontrol de participar en un disco recopilatorio institucional con una versi¨®n de Escupe al alcalde, son ¨²nicamente tres ejemplos de la pol¨¦mica que puede alimentar una composici¨®n desde el mismo momento en que es bautizada. La pol¨¦mica, la bendita pol¨¦mica, siempre vinculada al histri¨®nico circo del rock, tiene uno de sus m¨¢s recientes episodios en las acciones legales que el colectivo gay del Pa¨ªs Vasco EHGAM ha emprendido para intentar frenar la difusi¨®n de Puto, canci¨®n supuestamente hom¨®foba escrita por Molotov. Si la denuncia logra prosperar, quiz¨¢ tambi¨¦n empresarios, polic¨ªas, pol¨ªticos y funcionarios de prisiones susceptibles se animen a seguir el ejemplo. "Hijos de puta", "perros", "carro?eros", "sucios" y "alima?as" son s¨®lo algunos de los piropos que les han dedicado en sus canciones los conjuntos aut¨®ctonos m¨¢s insidiosos. Hay, al menos, dos formas de reivindicar lo mismo: haciendo pensar al auditorio con distinci¨®n alejada del papanatismo o esgrimiendo, como emisario del insulto y del pataleo, un discurso basto y facil¨®n. Ambas f¨®rmulas se dan en Euskadi. Pero, sin lugar a duda, el caso m¨¢s sonado de controversia se refiere al enfrentamiento entre Negu Gorriak y el general Rodr¨ªguez Galindo. La sentencia de la denuncia que ¨¦ste elev¨® a la justicia por la publicaci¨®n del tema Ustelkeria (Pobredumbre), basado en un art¨ªculo previamente publicado en el diario Egunkaria, exige al grupo el pago de 15 millones de pesetas. El recurso ya est¨¢ en el Tribunal Supremo.
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