La dinamita y el coraz¨®n de Alfred Nobel

El Nobel de ayer premia a una mol¨¦cula que explica las virtudes cardiovasculares de la nitroglicerina. Y, adem¨¢s, este explosivo fue el que dio la gloria al fundador de los premios, Alfred Nobel, que amas¨® su fortuna como inventor de la dinamita (poco m¨¢s que nitroglicerina absorbida en una matriz de diatomeas). Resulta, pues, doblemente parad¨®jico que el propio Alfred Nobel rechazara hace un siglo el consejo de su m¨¦dico de tomar pastillas de nitroglicerina para combatir su enfermedad cardiaca. "Es ir¨®nico", escribi¨® Nobel a un amigo, "que ahora me mande el m¨¦dico comer nitroglicerina". Ha tenido que pasar casi un siglo para que se haga justicia con el explosivo... y con el m¨¦dico.En los a?os ochenta, fue una gran sorpresa que una mol¨¦cula tan simple como el NO (nada m¨¢s que un ¨¢tomo de ox¨ªgeno y uno de nitr¨®geno) tuviera tanta importancia fisiol¨®gica. Pero en realidad, su peque?ez explica parte de sus propiedades: en cuanto el NO se produce en las c¨¦lulas internas de las arterias, se difunde rapid¨ªsimamente hacia las capas musculares vecinas y las relaja, sin necesidad de canales especiales, mecanismos de transporte ni receptores espec¨ªficos. La prisa est¨¢ justificada: el NO tiene una vida media de tres segundos.