Caos inform¨¢tico

La t¨¦cnica jug¨® ayer una mala pasada a la bolsa espa?ola, que estuvo paralizada casi dos horas por un problema de esos que pasan una vez entre un mill¨®n. Los inversores no tardaron ni dos minutos en afirmar que "esto es un caos", m¨¢s porque en aquellos momentos Wall Street empezaba a subir y permit¨ªa apuntar en esa direcci¨®n que por lo animados que estaban a tomar posiciones hasta ese momento.

Con todo, el caos estuvo m¨¢s en la organizaci¨®n del mercado de valores en su conjunto, ya que el mercado de futuros estuvo funcionando todo ese tiempo sin la referencia del producto subyacente, el mercado de contado, que justifica su existencia. Unos inversores pudieron seguir a Nueva York, mientras que otros estaban a "verlas venir", seg¨²n una de las expresiones m¨¢s utilizadas en el parqu¨¦ en aquellos momentos.

Al final, la sesi¨®n termin¨® una hora m¨¢s tarde de lo habitual, pero ajustando los resultados al posibilismo cotidiano, es decir, sin resolver ninguno de los problemas que la bolsa tiene pendientes.

La fuerte subida de la semana anterior parec¨ªa exigir una retirada de beneficios que acercara las cotizaciones a la incertidumbre dominante, pero los inversores empiezan a estar convencidos de dos cosas. La primera, que se har¨¢ lo imposible para evitar el deterioro de la situaci¨®n financiera a escala mundial, y la segunda, que nadie va a apostar un duro por esa primera idea.

Con ese planteamiento, la sesi¨®n careci¨® de la liquidez deseable para un mercado en plena recuperaci¨®n, al tiempo que se echaba de menos la unanimidad de criterios l¨®gica en unas econom¨ªas convergentes. Madrid y Par¨ªs subieron, mientras que Londres y Francfort bajaban, algo que ten¨ªa cierta l¨®gica ante la incierta evoluci¨®n de Wall Street, que cerr¨® con una subida de 49,9 puntos, un 0,59%. La contrataci¨®n del mercado continuo se qued¨® en 117.769 millones de pesetas, una cifra muy baja que encuentra cierta justificaci¨®n en los 90 minutos de actividad que se perdieron.