Atenci¨®n, dictadores

Augusto Pinochet (?) derrib¨® un Gobierno democr¨¢ticamente elegido y fue responsable de la muerte de miles de personas y de la detenci¨®n de decenas de miles entre 1973 y 1990. Pero tambi¨¦n fue responsable de salvar a su pa¨ªs de un caos al que hab¨ªa contribuido como uno m¨¢s y de su evoluci¨®n controlada hacia una pr¨®spera democracia latinoamericana. As¨ª, no s¨®lo la derecha militar chilena, si no muchos otros que le agradecen su papel positivo, est¨¢n contrariados por su detenci¨®n.

Las cr¨ªticas a la detenci¨®n de Augusto Pinochet se han basado en que "no existe respeto legal hacia su posici¨®n". La iron¨ªa es hiriente: se trata de un argumento que se aplica al responsable de detener, matar, aterrorizar y torturar a gran n¨²mero de chilenos (y argentinos y espa?oles), ciudadanos hacia cuyos derechos no se tuvo ni una pizca de respeto.

En Santiago, el general Pinochet se las ingeni¨® para que su dictadura pudiera aterrizar suavemente. As¨ª es como hasta ahora disfrutaba de un retiro tranquilo, e incluso con cierto prestigio y reconocimiento por parte de algunos sectores. (..) Pero en Londres se ha dado un ejemplo sobresaliente de colaboraci¨®n internacional en la persecuci¨®n de criminales de guerra cuando abandonan sus santuarios nacionales. Si se lleva adelante, la detenci¨®n de Augusto Pinochet ser¨¢ un ejemplo de la extensi¨®n internacional de la responsabilidad pol¨ªtica para los cr¨ªmenes cometidos en sus respectivos pa¨ªses.

, 21 de octubre