La Seminci convoca a grandes cineastas
Por primera vez, la Seminci se apoya en un presupuesto que rompe la barrera de los 200 millones de pesetas. Desde la trastienda de este tipo de fiestas culturales y art¨ªsticas, sigue siendo una cifra peque?a y -si se tiene en cuenta la ambiciosa y apasionante convocatoria de pel¨ªculas y cineastas que ofrecen- casi de sorprendente exig¨¹idad por lo que se ha logrado con ella. Un buen pu?ado de filmes de alcance mundial, que iremos desgranando d¨ªa a d¨ªa, y presencias tan vivas y fuertes como las de Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, Takeshi Kitano, Carmen Maura, Kent Loach, Paul Auster, Mira Sorvino y Liv Ullmann, entre otras muchas, que ahorran cualquier circunloquio demostrativo de lo dicho antes. La pel¨ªcula inaugural, proyectada anoche, es la francesa Alicia y Mart¨ªn. Su escritor y director, Andr¨¦ T¨¦chin¨¦, acaba de sacar la primera copia de los laboratorios y puede decirse que ha venido aqu¨ª con las latas del celuloide en el equipaje. Estamos ante el estreno mundial de una obra que ha creado enorme expectaci¨®n en toda Europa.
T¨¦chin¨¦ es un veterano director, pero hasta 1995 estaba atrincherado en capillas cin¨¦filas incondicionales de su raro, complejo y herm¨¦tico estilo inicial. Ahora, parece que su signo se invierte. La resonancia de su obra era, debido a esto, digerida ¨²nicamente en los laboratorios de la evoluci¨®n del lenguaje cinematogr¨¢fico. Pero Los juncos salvajes aquel a?o y Los ladrones dos despu¨¦s rompieron las barreras de la complicidad, abrieron su cine y el hermoso y perturbador mundo interior que escond¨ªa entr¨® en los ojos concernidos y admirados de todo el mundo. Con s¨®lo dos pel¨ªculas, el cine de T¨¦chin¨¦ se ha convertido en un rasgo indispensable de la forja del giro, del fort¨ªsimo salto adelante, que est¨¢ sacando al cine franc¨¦s de un estancamiento de d¨¦cadas. De ah¨ª la trascendencia que adquiere desvelar qu¨¦ hay dentro de esta Alicia y Mart¨ªn, que dan cuerpo Juliette Binoche, Carmen Maura y Alexis Loret. Imposible imaginar un m¨¢s afortunado comienzo para esta edici¨®n de la Seminci, a todas luces apasionante.
Desfile de creadores
Pero hay m¨¢s. Raro ser¨¢, de los nueve que vienen, el d¨ªa que no haya algo vivo y enriquecedor que contar de este desfile de pel¨ªculas y creadores de pel¨ªculas. El rescate de la aportaci¨®n al cine de Mario Benedetti, que preside el jurado; la exposici¨®n de la pintura y la proyecci¨®n de la obra completa del cineasta japon¨¦s Takeshi, que por fin obtuvo un hueco en las carteleras espa?oles con Hana-bi; el estreno -por fuerza conmovedor- de L¨¢grimas negras, pel¨ªcula que dej¨® al morir inacabada Ricardo Franco y que dej¨® cortado el aliento que desprend¨ªa la hermosura de La buena estrella; el sobresalto imaginario de la ambiciosa par¨¢bola que en El show de Truman han puesto en las pantallas la geom¨¦trica mirada de Peter Weiss, el genio de Ed Harris y la sorprendente conversi¨®n en verdadero actor del hasta ahora repelente bufo Jim Carrey, son algunos de los pelda?os de esta escalada. Y habr¨¢ otros de no menor alcance. Uno girar¨¢ en torno a la actriz noruega Liv Ullmann, ex mujer de Ingmar Bergman y directora de cuatro pel¨ªculas, la ¨²ltima de las cuales, Confesiones privadas, lleva con gran solvencia a la pantalla un portentoso y complej¨ªsimo gui¨®n de su ex marido, que a su vez estar¨¢ en las pantallas de la Seminci con En presencia del payaso, su humilde y genial retorno detr¨¢s de las c¨¢maras despu¨¦s de d¨¦cada y media de refugio en la soledad de la escritura y en la encerrona de los escenarios de Estocolmo. Otros ser¨¢n, la venida de Kent Loach con Mi nombre es Joe; y de Paul Auster y Mira Sorvino para traernos la primera aventura del escritor neoyorquino tras las c¨¢maras con Lul¨² en el puente.
Y m¨¢s, muchos m¨¢s, granos que desgranar de la repleta espiga de esta 43? edici¨®n del peque?o gran -por la pinta esta vez grand¨ªsimo- festival vallisoletano.
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