M¨ªmica

DE PASADACiertos vol¨²menes de saldo que el curioso lector conoce como amigos de vista han regresado un a?o m¨¢s a la feria del Libro Antiguo de Granada. Son libros errantes, obstinados y con una fortaleza forjada en la intemperie que, como los c¨®micos del carromato, aparentan una eterna juventud y una larga paciencia. ?Sus t¨ªtulos? La Historia de la aviaci¨®n, la de los autom¨®viles, El conde de los Abruzzos y sus empresas, C¨®mo evitar el estre?imiento o las propiedades curativas del magnesio. Cada a?o el visitante repasa mentalmente los viejos t¨ªtulos por si hubiera que lamentar alguna baja. Cuando la halla, musita una oraci¨®n. Este a?o el visitante ha murmurado una por el alma del libro Gota a gota el mar se agota (Memorias de un octogenario). ?Que la tierra le sea leve!. Sin embargo, para paliar las bajas, en cada feria aparecen novedades y la m¨¢s llamativa que encontr¨® el lector fue el Catecismo m¨ªmico del reverendo Eduardo Mar¨ªn Llorens, p¨¢rroco de Potries (Valencia), donde se ense?a a expresar con las manos el misterio de la Sant¨ªsima Trinidad e incluso a representar conceptos abstractos como Dios creador y remunerador y La encarnaci¨®n de Mar¨ªa. El concejal de Cultura de Granada, Ferm¨ªn Camacho, no fue a la zaga del padre Mar¨ªn y el jueves, al entrar en la reuni¨®n de su grupo, despu¨¦s del tremendo enfado que caus¨® a sus compa?eros de partido con sus cr¨ªticas a los presupuestos, mostr¨® todo el conglomerado de contrici¨®n, antipat¨ªa, orgullo y arrepentimiento extendiendo las manos, con las palmas hacia arriba, como implorando el palmetazo del maestro D¨ªaz Berbel, o del delegado de la clase Pedro Revilla (concejal de Econom¨ªa), o incluso de alg¨²n otro empoll¨®n alistado al grupo del alcalde. ?Ser¨¢ capaz de expresar Camacho ideas m¨¢s complejas como "no tengo dinero para una programaci¨®n estable del teatro Isabel la Cat¨®lica" o "el auditorio Manuel de Falla no organiza espect¨¢culos por agotamiento contable" moviendo las manos? Si fuera posible, el concejal de Cultura -que es amigo de gui?os y met¨¢foras, como cuando hizo esperar a un japon¨¦s en el sal¨®n Amarillo- podr¨ªa el a?o pr¨®ximo editar un libro titulado Expresi¨®n m¨ªmica del desaliento o el arte de dictar con las manos lo que dice, y luego contradice, con el verbo. Ser¨ªa una estupenda incorporaci¨®n a la pr¨®xima feria del libro de ocasi¨®n. ALEJANDRO V. GARC?A