Torregrosa II

Algunos drogodependientes han bautizado ya este n¨²cleo de Las Barranquillas como la nueva Torregrosa, y desde los equipos que trabajan por la zona en la atenci¨®n a los toxic¨®manos se teme que su actividad vaya creciendo a medida que las protestas vecinales obliguen a mantener un mayor control policial sobre La Celsa y La Rosilla.

La metamorfosis de Las Barranquillas, una antigua barriada con varias huertas y alguna vaquer¨ªa, es muy reciente. En el mes de mayo lleg¨® la primera familia forastera que se asent¨® en lo que hasta entonces era una vieja nave industrial.

Poco a poco, las naves y corrales se fueron vendiendo para convertirse en casas de ladrillo y en chabolas. As¨ª hasta triplicar el n¨²mero de casetas. La mayor¨ªa de las nuevas edificaciones son viviendas, pero hay tambi¨¦n un par de bares y un chamizo indescriptible con un cartel a brochazos donde se lee: "Todo a cien".

Seg¨²n cuentan los vecinos, durante unos d¨ªas acudi¨® una patrulla de la Polic¨ªa Municipal para impedir las nuevas construcciones. Pero pronto dej¨® de aparecer y los martillazos y claveteos siguieron su curso. Llegaban nuevas familias de Torregrosa y de La Rosilla y del Pozo del Huevo. Cada semana se levantan nuevos chamizos.