El alma federalista y el alma jacobina

El empe?o hist¨®rico de los socialistas catalanes es conseguir que en el PSOE acabe imponi¨¦ndose el "alma federalista" frente a su "alma jacobina". Mil episodios jalonan esta porf¨ªa. Pero ahora han llegado a la conclusi¨®n de que esas dos almas est¨¢n destinadas a convivir sin que ninguna de las dos venza del todo. Buscan, pues, un compromiso que les permita mantener alto en Catalu?a el pabell¨®n federalista y evitar en lo posible las disonancias procedentes de la tradici¨®n jacobina.

Les aprietan para ello urgencias electorales. Piensan que el ex alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, puede ganar las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas a Jordi Pujol a poco que consiga atraer a una porci¨®n de votos del ¨¢rea catalanista moderada que siempre ha confiado en el Partit dels Socialistas de Catalunya (PSC) en los comicios municipales.

A estos electores no les gusta el tono de Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, Jos¨¦ Bono y Manuel Chaves, los respectivos presidentes de las comunidades de Extremadura, Castilla-La Mancha y Andaluc¨ªa. Son voces que o les llegan distorsionadas por el filtro del nacionalismo catal¨¢n o expresan una idea del socialismo que no comparten y temen.

Pero el PSC sabe que estos dirigentes del PSOE tienen tambi¨¦n en junio del a?o que viene una cita electoral que les provoca urgencias parejas a las que aprietan al socialismo catal¨¢n. Y son conscientes de que eso que disgusta a un sector del electorado catal¨¢n es aplaudido con fervor por los electores de Rodr¨ªguez Ibarra, Bono y Chaves.

Debatir la cuesti¨®n

En la semana anterior a las elecciones vascas, el primer secretario del PSC, Narc¨ªs Serra, plante¨® a Joaqu¨ªn Almunia, secretario general del PSOE, la necesidad de debatir a fondo esa cuesti¨®n.La percepci¨®n de los socialistas catalanes era que el socialismo vasco se dejaba atrapar en un planteamiento frentista: vasquistas contra espa?olistas, y viceversa. Consideraban perjudicial este esquema, que les condenaba a representar s¨®lo a una parte de la sociedad vasca. Y en el que los adversarios de los socialistas consegu¨ªan caracterizarles como nacionalistas espa?oles. Pero lo que de verdad les alarm¨® fue ver c¨®mo el PSOE sosten¨ªa esa posici¨®n de sus correligionarios vascos.

Los socialistas catalanes temen que una deriva de este tipo por la direcci¨®n federal del PSOE le perjudique. Por ello apuesta por la articulaci¨®n de un discurso federal que asuma como normal la diferencia. Tambi¨¦n dentro del partido, hasta llevarla si cabe hasta la falta de unanimidad. Su posici¨®n es que el socialismo espa?ol es en conjunto un reflejo fiel de la diversidad y complejidad de la propia sociedad espa?ola. Y que eso implica determinadas diferencias que en modo alguno cabe ocultar.