Cambios alemanes
Wolfgang Sch?uble es desde el s¨¢bado nuevo l¨ªder de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU), el partido que durante 25 a?os ha dirigido Helmut Kohl. Se trata de un pol¨ªtico brillante, cuya mayor dificultad, al margen de la severa derrota de su partido el 27 de septiembre, es el haber sido confinado a una silla de ruedas por las consecuencias del atentado de un enajenado.Kohl se ha ido de la escena pol¨ªtica con una gran dignidad. Es gratificante ver c¨®mo alguien que en su d¨ªa fue un luchador implacable por lo que consideraba cierto o necesario asume el momento de su retirada con la generosidad y la falta de acritud con que Kohl ha dicho adi¨®s a la escena pol¨ªtica europea que ¨¦l, como pocos, ha marcado en los dos ¨²ltimos lustros.
La CDU tiene ante s¨ª una larga traves¨ªa del desierto, que ser¨¢ liderada por alguien a quien la fatalidad convirti¨® en inv¨¢lido en el mejor momento de su vida. Pero Sch?uble tendr¨¢ primero que poner orden en un partido que ha sido literalmente arrollado por el SPD de Schr?der y Lafontaine. La derecha alemana va a intentar de momento agarrarse m¨¢s a sus principios conservadores. Es demasiado pronto para lanzarse a una ofensiva para recuperar un centro pol¨ªtico que ha perdido en septiembre, muy posiblemente por culpa de un inmenso error de c¨¢lculo de Kohl y la incapacidad del partido de tomar decisiones que contradijeran a su l¨ªder.
Sch?uble tiene ahora por delante una dificil¨ªsima tarea. Porque primero ha de reconquistar una identidad para un partido hu¨¦rfano de Kohl, cuya personalidad marc¨® la del partido en los ¨²ltimos 15 a?os, y especialmente desde 1989. La socialdemocracia alemana tiene enfrente a una oposici¨®n c¨®moda para los inmensos cambios que quiere imponer, que se avecinan y que en muchos casos no ser¨¢n precisamente del agrado de todos los socios en la Uni¨®n Europea.
Pero Alemania cuenta con Schr?der, Lafontaine y el ministro de asuntos exteriores, el verde Joschka Fischer, con hombres que saben muy bien escuchar. Hacer pol¨ªtica en Europa a partir de ahora es hacer pol¨ªtica con ellos. Son buenos interlocutores y nadie debe dudar de que no son un fen¨®meno pasajero. Espa?a y todos los dem¨¢s pa¨ªses de la Uni¨®n Europea deben saber que Alemania ya no se mueve por la ilusi¨®n unipersonal europe¨ªsta de Kohl, sino de unos hombres accesibles, dialogantes, pero decididos a defender los intereses de su pa¨ªs, lejos de malas conciencias hist¨®ricas. Esto puede suponer problemas a corto plazo. A la larga, todos saldr¨¢n beneficiados por ello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.