Las escaramuzas sobre la pol¨ªtica monetaria no han da?ado la confianza en el euro
Unos aparatos est¨¢n preprogramados para funcionar en euros y los otros pueden autoaprender a aceptarlos. Con un sistema u otro, lo cierto es que todas las m¨¢quinas tragaperras expuestas en el sal¨®n de la distribuci¨®n autom¨¢tica que acaba de cerrar sus puertas en Par¨ªs est¨¢n listas para la moneda ¨²nica. El dato ilustra hasta qu¨¦ punto fabricantes y mercados creen en el euro, a pesar de las escaramuzas sobre la futura pol¨ªtica monetaria europea de estas ¨²ltimas semanas. Ninguna de ellas ha logrado da?ar la confianza en la futura divisa com¨²n.
Faltan 50 d¨ªas para que nazca y pueda empezar a ser utilizado y el euro es ya todo un ¨¦xito. Prueba de ello es que Europa ha sido un oasis de tranquilidad en medio de la tormenta monetaria que, partiendo de Asia, ha golpeado a gran parte del mundo.Ni siquiera cuando un ex comunista como Massimo d"Alema se ha hecho cargo, a finales de octubre, de las riendas del Gobierno de Italia se ha producido la m¨¢s m¨ªnima especulaci¨®n contra la lira.
D¨ªa a d¨ªa, los europeos siguen haciendo la "gimnasia preparto". La semana pasada, la sesi¨®n fue intensiva, con recortes de los tipos de inter¨¦s a corto plazo en tres de los 11 pa¨ªses del ¨¢rea del euro -Espa?a, Portugal e Irlanda- donde estaban m¨¢s altos. A finales de diciembre, la convergencia de tipos se har¨¢, muy probablemente, en torno al 3,3% vigente en Francia y Alemania.
Paralelamente, instituciones financieras y grandes empresas siguen adelante con sus preparativos. La Bolsa de Madrid difundi¨® ayer un comunicado en el que asegura haber "finalizado la adaptaci¨®n inform¨¢tica y los cursos de formaci¨®n a operadores". Se encuentra, pues, "plenamente preparada para iniciar el 4 de enero la contrataci¨®n en euros" de renta fija y variable.
La confianza que inspira el proyecto a los mercados ha provocado una reevaluaci¨®n de las monedas de los Once. Desde agosto se han apreciado un 10% frente al d¨®lar estadounidense. La tendencia al alza va a continuar. Un sondeo entre economistas efectuado a principios de mes por la agencia de prensa Reuters se?alaba que la paridad del euro frente al d¨®lar se situar¨¢ a principios de a?o entre 1,20 y 1,22 por cada unidad de la nueva moneda. Dos meses antes, los mismos economistas vaticinaban que el cambio oscilar¨ªa entre 1,13 y 1,16 d¨®lares por un euro. Representantes del sector exportador temen ahora que la fortaleza de la moneda ¨²nica les perjudique.
Nuevas adhesiones
Otra confirmaci¨®n del logro monetario son las adhesiones que suscita m¨¢s all¨¢ de la zona euro. Desde Cuba, que anunci¨® anteayer que pretende efectuar en la nueva moneda el grueso de su comercio exterior, hasta China, que tiene la intenci¨®n de convertir en euros buena parte de sus reservas de divisas, pasando por el Reino Unido, que pondr¨¢ en marcha el 1 de enero un "plan nacional de transici¨®n" tendente a introducir la moneda ¨²nica en una fecha a¨²n no determinada.La reciente andadura del proyecto euro ha tenido, sin embargo, algunos tropiezos que no han afectado su credibilidad. Curiosamente, tuvieron su origen en el pa¨ªs que eligi¨® el m¨¦todo para crear y gestionar la moneda ¨²nica. La llegada al poder del canciller socialdem¨®crata Gerhard Schr?der ha provocado un pulso entre su ministro de Econom¨ªa, Oskar Lafontaine, y el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer. El primero ha querido incitar al independiente banco central alem¨¢n a recortar los tipos de inter¨¦s a corto plazo, por debajo del 3,3%, para impulsar el crecimiento y el empleo, pero el segundo se neg¨®, el 5 de noviembre, a acceder a tal petici¨®n.
Cuando apenas se difuminaban los ecos de esta pol¨¦mica se vislumbran otras dos. Una entrevista de Lafontaine, publicada ayer en el diario Herald Tribune, deja entrever que los Gobiernos podr¨ªan, temporalmente, incrementar sus d¨¦ficit presupuestarios por encima del 3% pactado para fomentar la creaci¨®n de puestos de trabajo.
Quedar¨ªa as¨ª en entredicho el Pacto de Estabilidad suscrito entre los 11 miembros de la zona euro y que prev¨¦ imponer sanciones al Gobierno que se exceda en sus d¨¦ficit. Tietmeyer y los defensores del pacto rechazan la idea.
El protagonista de la segunda incipiente pol¨¦mica ha sido el gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, quien en otra entrevista, esta vez con Financial Times, da a entender que en el seno del Banco Central Europeo se puede producir un conflicto de intereses entre los seis miembros del comit¨¦ ejecutivo y los gobernadores de los 11 bancos centrales.
Juntos deber¨¢n decidir los tipos de inter¨¦s de la moneda ¨²nica, pero mientras los primeros lo intentar¨ªan hacer teniendo en cuenta el provecho general de la zona monetaria, los segundos lo supeditar¨ªan al de su pa¨ªs de origen.
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