"Hay graves problemas para adelantar el final de la mili"
La supresi¨®n de la mili es una de las grandes bazas del PP con vistas a las pr¨®ximas elecciones. Pero de las promesas electorales a los hechos va un largo -demasiado largo para muchos- y complicado trecho. A Eduardo Serra le toca conducir ese tren durante el ¨²ltimo tramo y, aunque las presiones para adelantar la llegada se multiplican, el ministro de Defensa, temoroso de que descarrile, se resiste a soltar el freno.Pregunta. ?Ser¨¢ el sorteo de hoy el ¨²ltimo de la mili.
Respuesta. En absoluto. Se ha explicado con todo detalle cu¨¢les son los planes para que el servicio militar obligatorio finalice antes del 31 de diciembre del a?o 2002. El dictamen aprobado por el Parlamento insta a acortar ese periodo de transici¨®n y el Gobierno es el primer interesado en hacerlo, si pudiera. Pero hay obst¨¢culos muy importantes. El primero es el econ¨®mico. El presupuesto del a?o pr¨®ximo permitir¨¢ incorporar 17.500 nuevos soldados profesionales, que es la velocidad de crucero necesaria para llegar al objetivo en la fecha prevista. Aumentar el ritmo supondr¨ªa una carga presupuestaria adicional. Pero hay otro problema. Para hacer una buena selecci¨®n se requieren tres solicitudes por plaza y, si la oferta aumenta excesivamente, podemos encontrarnos con que no hay candidatos suficientes para mantener esa proporci¨®n, de la que no se debe bajar. De modo que, a pesar de la mejor disposici¨®n del Gobierno, no se ve hoy ning¨²n elemento que permita pensar que es posible adelantarlo.
P. No s¨®lo la oposici¨®n. Tambi¨¦n Nuevas Generaciones, la organizaci¨®n juvenil del PP, pide que se adelante el final de la mili y le ha invitado a participar en una campa?a bajo el significativo lema de Rompan filas.
R. El Gobierno, que es el que tiene la responsabilidad de decidir, mantiene la posici¨®n que le acabo de explicar. Si pudieran soslayarse los inconvenientes citados, se podr¨ªa reconsiderar. Hoy por hoy, no es posible. Yo estoy encantado de participar en una campa?a, no s¨¦ su lema, que explique el fin del servicio militar obligatorio y las posibilidades que abre el Ej¨¦rcito profesional.
P. Casi dos millones de j¨®venes, entre los que tienen pr¨®rroga y los que cumplir¨¢n 19 a?os antes del 2003, est¨¢n pendientes de la mili. Es evidente que el Ej¨¦rcito no necesita a tantos. En vez de mantener su incertidumbre, en un momento cr¨ªtico de sus vidas, ?no ser¨ªa m¨¢s l¨®gico decir, como en Francia, qui¨¦nes van a incorporarse y liberar a los dem¨¢s?
R. Aqu¨ª tenemos una variable totalmente ajena a la voluntad de la Administraci¨®n que no se da en Francia: la objeci¨®n de conciencia. Entonces, son te¨®ricamente dos millones. Pero, si vemos que cada a?o hay alrededor de 150.000 objetores, tenemos que prescindir de 600.000. Es verdad que la incertidumbre no es buena y que esa preocupaci¨®n es absolutamente leg¨ªtima. Estamos estudiando la forma de resolverlo, sin olvidar que, como dec¨ªa el cl¨¢sico, malo es que sobren pero peor ser¨ªa que falten. Hay que ser especialmente cuidadoso.
P. Se podr¨ªa exonerar a los nacidos en 1981 y 1982 como se ha hecho con los de 1983 en adelante.
R. No creo que sea una buena soluci¨®n. En vez de liberar horizontalmente, seg¨²n la edad, intentamos hacerlo verticalmente, si se me permite la expresi¨®n. Por eso hemos preparado una reforma del reglamento de reclutamiento que facilita la exenci¨®n por sostenimiento familiar y causas m¨¦dicas.
P. Ya deber¨ªa estar aprobada...
R. No necesariamente. Enviamos el texto al Consejo de Estado, que nos dio un dictamen favorable, pero hicimos algunas correcciones y lo hemos vuelto a mandar. Esperamos aprobarlo a principios de a?o y, por tanto, antes de que empiece a incorporarse el contingente que se sortea hoy. Entre otras novedades, quedar¨¢n exentos quienes tengan m¨¢s de cuatro dioptr¨ªas de miop¨ªa o seis de hipermetrop¨ªa en cualquier ojo.
P. Lo sorprendente es que se facilite la exenci¨®n y se diga que quienes alarguen su pr¨®rroga pasar¨¢n directamente a la reserva, pero no se incentive a los que hacen la mili durante este periodo. Nadie querr¨¢ ser el ¨²ltimo.
R. Me gustar¨ªa mucho incentivarlos. El problema es que, hasta ahora, lo que se da al soldado se le da al objetor. Hay una igualdad legal que seguramente no corresponde a la realidad, porque las exigencias del servicio militar no son las mismas que las de la prestaci¨®n.
P. La duraci¨®n del periodo de transici¨®n depende del tama?o del Ej¨¦rcito profesional. La ley del personal militar lo fija en 120.000 efectivos. Eso era el m¨¢ximo se?alado por el Parlamento. Pero hab¨ªa un m¨ªnimo: 100.000.
R. La cifra la debe dar el planeamiento militar aprobado por el Gobierno. Se trata de saber cu¨¢ntos efectivos son necesarios para hacer frente a los riesgos y amenazas, y tambi¨¦n a los compromisos, que tiene Espa?a. Los planes vigentes nos dicen que son 120.000 soldados profesionales. Habr¨¢ que ver c¨®mo evoluciona la situaci¨®n internacional.
P. Habr¨¢ que ver cu¨¢ndo son las elecciones y si el PP resiste la tentaci¨®n de liquidar la mili.
R. Espero que la coherencia que hasta ahora ha mantenido el Gobierno se mantenga.
P. La objeci¨®n baj¨® en octubre, pero ha subido en noviembre, coincidiendo con el juicio del caso Miravete. Al margen de la sentencia, es incomprensible que ese sargento mandase una unidad.
R. No creo que est¨¦ relacionado, aunque es evidente que hubo fallos. No se realizaron los ex¨¢menes psicof¨ªsicos peri¨®dicos y, para remediarlo, se va a potenciar el cuerpo de psic¨®logos militares. Hab¨ªa informes que no se tuvieron suficientemente en cuenta y por eso se han elevado sustancialmente las sanciones disciplinarias por consumo de alcohol. Ya en su momento se decidieron correctivos y ceses de mandos. El primer perjudicado por este caso, despu¨¦s de la familia del fallecido, ha sido el Ej¨¦rcito y debemos evitar por todos los medios que se repita.
P. Cambiando de tercio. Chile es uno de los mejores clientes de la industria militar espa?ola. La crisis provocada por la solicitud de extradici¨®n de Pinochet ?va a perjudicar operaciones como la venta de dos submarinos o de aviones?
R. Querr¨ªamos pensar que no. Tenemos y queremos seguir teniendo las mejores relaciones con Chile. Nos gustar¨ªa que vieran las cosas como han sido: una decisi¨®n de los tribunales, que son independientes del Poder Ejecutivo. Aunque quiz¨¢ su punto de vista no coincida mucho con el nuestro.
P. De momento, se han paralizado las negociaciones en curso.
R. Ahora mismo hay una sensibilidad en Chile que ha llevado a las autoridades a tomar esa decisi¨®n de esperar y ver. Somos conscientes de que eso no nos favorece. Esperemos que no pase de ah¨ª.
P. Espa?a ofreci¨® en febrero su apoyo a EE UU para una intervenci¨®n militar contra Irak. ?Mantendr¨¢ la misma actitud ahora que la crisis se ha reabierto?
R. Habr¨ªa que ver cu¨¢l es la situaci¨®n en el momento en que se produjera una petici¨®n. Lo que hemos mostrado siempre es la solidaridad con nuestros aliados, pero la situaci¨®n es muy fluida y no puede adoptarse una posici¨®n previa.
P. Va a cumplirse el 20? aniversario de la Constituci¨®n. Los nacionalistas vascos cuestionan el car¨¢cter democr¨¢tico de su art¨ªculo 8, que encomienda al Ej¨¦rcito la defensa de la integridad territorial.
R. La Constituci¨®n de 1978 consagra las libertades y el sistema democr¨¢tico. Lo que dice el art¨ªculo 8 es que para garantizar ese orden constitucional en caso de ataque est¨¢n las Fuerzas Armadas. Pero las Fuerzas Armadas act¨²an siempre a las ¨®rdenes del Gobierno, que emana del ¨®rgano de la soberan¨ªa nacional, que es el Parlamento. De modo que esgrimir el art¨ªculo 8 como un espantajo no es m¨¢s que un pretexto.
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