El Atl¨¦tico calma a Gil con una goleada

El Atl¨¦tico contest¨® con una goleada luminosa a su agitada semana. Llegaba en estado de emergencia, con la guada?a de Gil alzada, y consigui¨® el resultado que necesitaba para calmar los ¨¢nimos. Y lo hizo despu¨¦s de que el Valladolid se adelantara en el marcador, venciendo por primera vez un encuentro en el que el que anota primero es el adversario. Pero, en realidad, no resolvi¨® nada: de su fiabilidad en casa no hab¨ªa dudas; sus problemas se concentran lejos del Calder¨®n. Habr¨¢ que esperar todav¨ªa unos d¨ªas para comprobar el estado de su crisis. Anoeta, el martes, y el Camp Nou, el s¨¢bado, tienen la palabra.Sacchi mantuvo su sistema t¨¢ctico, pero present¨® una alineaci¨®n novedosa, con Santi, Mena y Correa entre los elegidos. Un gesto que le pone bajo sospecha. Jes¨²s Gil le exigi¨® cambios y los hubo. Tal vez las novedades fueran responsabilidad exclusiva del italiano, quiz¨¢s los habr¨ªa ejecutado igualmente de no existir la reprimenda del jefe, pero la duda es inevitable. Es el tipo de peajes que hay que soportar ante mensajes tan claros y comprometidos de Gil. Cualquier movimiento hubiera despertado suspicacias.

Y el asunto empez¨® muy mal para el t¨¦cnico italiano. El Valladolid desnud¨® al Atl¨¦tico en los diez primeros minutos. Le sorprendi¨® con un gol tempranero, un ejemplo de la falta de concentraci¨®n que habita ¨²ltimamente en el equipo rojiblanco -un libre indirecto que Julio C¨¦sar remat¨® pr¨¢cticamente sin oposici¨®n-, y le sac¨® de quicio con otros tres remates que llevaban aviso serio de gol. Fueron instantes de sombras por el Calder¨®n, con el personal temi¨¦ndose lo peor. Sacchi especialmente.

Una bomba de Mena al palo en el lanzamiento de una falta devolvi¨® al Atl¨¦tico al partido. Eso y unas cuantas patadas con las que los rojiblancos intentaron calmar al Valladolid, que hab¨ªa llegado crecido. Especialmente sus tres futbolistas que antes hab¨ªan vestido la camiseta rival: Chema, dispuesto a reivindicar sus carreras y su brega justo en los tiempos en que en el Atl¨¦tico se pide eso; Vizca¨ªno, decidido a ense?ar su facilidad para no perder jam¨¢s el sitio y recuperar la pelota, y Caminero, silbado con rabia desde la grada, que simplemente quer¨ªa divertirse con su f¨²tbol de altos vuelos que un d¨ªa tuvo.

Otro zapatazo de Mena, esta vez cargado de fortuna, regal¨® a los rojiblancos el empate, un suceso que tranquiliz¨® los nervios locales. Aparecieron entonces Valer¨®n y Kiko, bien sujetos antes, para llenar de sentido el juego. Conectaron ambos y el Atl¨¦tico se apoder¨® del partido. Al filo del descanso, un excelente pase del jerezano a Jugovic puso por delante a los madrile?os. Dada su eficacia en el Calder¨®n, superado el susto inicial, la cita parec¨ªa resuelta para el Atl¨¦tico.

Y para despejar cualquier duda, nada m¨¢s comenzar el segundo periodo, Njegus, con un trallazo formidable despu¨¦s de un gran servicio de Valer¨®n, dibuj¨® el 3-1.

Al Valladolid no le qued¨® m¨¢s que decir. S¨ª al Atl¨¦tico, que tal y como hab¨ªa pasado la semana, no estaba dispuesto a pecar de conformismo. Se sab¨ªa en deuda con la hinchada y fue a por la goleada. La obtuvo, pero no despej¨® dudas. ?stas siguen instaladas en los encuentros a domicilio.