A Bonn no le cuadran las cuentas
Alemania pierde mucho m¨¢s con el presupuesto comunitario de lo que ser¨ªa proporcional a su riqueza relativa
En Espa?a es una creencia general que el abultado saldo negativo alem¨¢n con la Uni¨®n Europea se debe a que los dem¨¢s socios ricos pagan poco y se le resta importancia por entender que Alemania obtiene a cambio grandes beneficios comerciales. Pero las cifras indican que Alemania pierde mucho m¨¢s de lo que ser¨ªa proporcional a su riqueza relativa y su predominio comercial ha ca¨ªdo en picado entre 1986 y 1996. Son sobre todo holandeses, brit¨¢nicos e italianos quienes se benefician del mercado ¨²nico.Aunque muchos detestan la utilizaci¨®n de los saldos netos para medir los beneficios de la Uni¨®n Europea, todos los pa¨ªses se basan en ellos para enjuiciar determinadas pol¨ªticas: las apoyan si ganan dinero y las rechazan si pierden.
Pero nadie aplica una f¨®rmula objetiva que permita determinar qu¨¦ nivel de saldo puede ser justo o proporcional a la riqueza relativa de cada uno. Algunos expertos aplican una f¨®rmula de una sencillez aplastante para estimar qu¨¦ saldos ser¨ªan razonables entre comunidades aut¨®nomas en el conjunto del sistema fiscal espa?ol: cada regi¨®n debe contribuir con un dinero proporcional a su riqueza y debe recibir en proporci¨®n a su poblaci¨®n. Es decir, si una regi¨®n tiene el 10% de la riqueza y el 20% de la poblaci¨®n, aporta el 10% del presupuesto pero recibe de ¨¦l el 20%.
As¨ª, las regiones pobres obtienen m¨¢s dinero por habitante que las ricas, aunque de forma proporcional, no con la progresividad que Espa?a defiende que debe existir en el presupuesto comunitario.
Aplicar esa sencilla ley a las finanzas de la Uni¨®n Europea supondr¨ªa una revoluci¨®n. En 1997 el d¨¦ficit alem¨¢n (11.500 millones de ecus, unos 1,93 billones de pesetas, seg¨²n la Comisi¨®n Europea) caer¨ªa a tan s¨®lo 3.000 millones de ecus, unos 504.000 millones de pesetas. Francia y el Reino Unido perder¨ªan a¨²n menos de lo que pierden ahora e Italia se convertir¨ªa en receptor neto.
La gran factura la pagar¨ªan los llamados pa¨ªses de la cohesi¨®n. Sobre todo Irlanda (que pasar¨ªa de un super¨¢vit de 2.800 millones de ecus (unos 470.400 millones de pesetas) a tan solo 147, unos 25.000 millones de pesetas.) y Grecia (de 4.300 millones de ecus, unos 723.000 millones de pesetas, a menos de 1.000 millones de ecus, unos 168.000 millones de pesetas). Y en menor medida Portugal (de casi 2.700 a algo m¨¢s de 1.000) y Espa?a (de 5.500 millones de ecus, unos 925.000 millones de pesetas a apenas 3.000 millones de ecus, unos 504.000 millones de pesetas).
Antoni Castells, catedr¨¢tico de Hacienda P¨²blica y miembro espa?ol del Tribunal de Cuentas, considera un absurdo extrapolar a Europa ese sistema de medici¨®n de saldos fiscales, que ¨¦l utiliza para calibrar el llamado d¨¦ficit fiscal catal¨¢n. "No se puede trasladar el modelo. El saldo negativo alem¨¢n se explica porque el grueso de las pol¨ªticas comunitarias no benefician a Alemania. Pero si est¨¢s de acuerdo con las pol¨ªticas que haces, debes aceptar los saldos que producen", explica Castells, que contempla un aumento del presupuesto orientado a sectores m¨¢s provechosos para Bonn como soluci¨®n al problema alem¨¢n.
El eurodiputado socialista Joan Colom, uno de los que mejor conocen el sistema de presupuestos comunitario, coincide con Castells. "El presupuesto de gastos de la Uni¨®n Europea no es comparable con el de un Estado. Es min¨²sculo y se compone de dos o tres partidas de gasto", advierte.
Los dos comisarios espa?oles en Bruselas tambi¨¦n coinciden en ese enfoque. A juicio de Manuel Mar¨ªn, la aplicaci¨®n estricta de esos saldos presupuestarios "ser¨ªa un modelo de financiaci¨®n fuera del contexto pol¨ªtico de Edimburgo", la cumbre que consagr¨® el principio de la cohesi¨®n y dobl¨® sus recursos. "Ese ser¨ªa un debate esencialmente financiero y en ese terreno los alemanes tienen raz¨®n, pero la Comunidad no es s¨®lo un presupuesto. Hay que ir a una proporcionalidad y una progresividad, pero ese es un tema que no est¨¢ pol¨ªticamente maduro", concede el comisario.
El ejemplo de Edimburgo En opini¨®n de su colega Marcelino Oreja "hay que mantener el itinerario que se fij¨® en Edimburgo". "El mercado ¨²nico y el euro son impensables sin la cohesi¨®n social. No podemos hacer una lectura basada en los saldos netos. Hay que tener en cuenta muchos otros factores, como los beneficios que se obtienen del mercado interior", observa Oreja. Pero esos beneficios no son tan claros.
En el terreno comercial, Alemania ten¨ªa un super¨¢vit de 44.000 millones de ecus en sus ventas el resto de socios que hoy componen la Uni¨®n Europea, pero ese saldo no lleg¨® ni a la mitad en 1996. Son pa¨ªses como Holanda, el Reino Unido, Italia e incluso Francia quienes mejoran sus posiciones, mientras los de la cohesi¨®n aguantan bastante bien el tir¨®n.
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