Las tribulaciones de Aznar en pol¨ªtica exterior
El debate parlamentario del mi¨¦rcoles 17 sobre la cumbre de Viena de la Uni¨®n Europea debi¨® de dejar un mal sabor de boca a los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores a causa de la pobreza argumental de un Aznar que no tuvo precisamente su mejor tarde ante la contundencia cr¨ªtica del l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Borrell. Ello explica que el secretario de Estado de Pol¨ªtica Exterior se haya visto obligado a enviar un art¨ªculo aclaratorio que publica EL PA?S el d¨ªa 19 y en el que intenta razonar los porqu¨¦s de lo que est¨¢ haciendo su Gobierno en Europa para conseguir no perder lo que obtuvieron los Gobiernos socialistas presididos por Felipe Gonz¨¢lez.Pero se equivoca el se?or De Miguel al tratar de buscar en el PSOE el chivo expiatorio de los errores del Gobierno. No somos los socialistas los que producimos dolores de cabeza al Ejecutivo; es su manifiesta incompetencia la que le produce algo m¨¢s que jaquecas, y no s¨®lo en Europa. Porque no se puede construir Europa al grito de "?qu¨¦ hay de lo m¨ªo?", ni siendo el primero en la manifestaci¨®n y el ¨²ltimo en la negociaci¨®n. El se?or De Miguel conoce bien de lo que hablo porque ha sido, a propuesta del Gobierno socialista, director general de la Comisi¨®n Europea y sabe que en Europa no se consigue nada con pataleos y malos modos. Seguramente ¨¦l comprender¨¢ al alto funcionario de Bruselas que dijo hace pocas semanas, ante la visita de Aznar a la capital comunitaria: "Aznar llega tarde. Debi¨® venir hace a?o y medio y no dejar que su Gobierno se dedicara a insultarnos. Aqu¨ª no se olvidan las declaraciones de ?lvarez Cascos, Arias-Salgado y Loyola del Palacio".
El gran acierto diplom¨¢tico de las administraciones anteriores a la llegada del PP al Gobierno, y no me refiero s¨®lo a los ministros y altos cargos, fue conseguir un saldo neto, pol¨ªtico y financiero, para Espa?a desde un europe¨ªsmo activo. Este Gobierno no entiende que mientras m¨¢s Europa mejor para Espa?a; que no se trata de resistir pasivamente, sino de influir din¨¢micamente; que Espa?a no s¨®lo tiene que "estar" en Europa, sino "hacer" Europa. De 1982 a 1996 Espa?a pas¨® en Europa del aislamiento a la influencia y el protagonismo. Con la estrechez de miras de Aznar vamos hacia la irrelevancia.
No, se?or De Miguel; no hay discrepancias en los objetivos a conseguir en Europa. ?C¨®mo va a haberlas si ustedes intentan obtener para el periodo 2000-2006 lo que ya consigui¨® el Gobierno socialista en la cumbre de Edimburgo para la etapa 1993-1999. ?Es preciso recordarle que el entonces l¨ªder de la oposici¨®n, se?or Aznar, llam¨® pedig¨¹e?o al presidente del Gobierno mientras ¨¦ste negociaba los fondos de cohesi¨®n. ?Y a¨²n estamos esperando, ingenuamente, que Aznar tenga un solo gesto de autocr¨ªtica y pida excusas por su intento de boicotear al Gobierno de Espa?a en 1992. Usted sabe que gracias al ¨¦xito de aquella negociaci¨®n Espa?a ha recibido un bill¨®n y medio de pesetas para infraestructuras y medio ambiente y, lo que es m¨¢s importante, la cohesi¨®n es ya una pol¨ªtica comunitaria al m¨¢ximo rango reconocida en el Tratado de Maastricht.
Nuestras discrepancias se refieren a los m¨¦todos, a los medios y a las pol¨ªticas para conseguir dichos objetivos. Creemos que el Gobierno se ha metido en un callej¨®n de dif¨ªcil salida, aislado, sin aliados, practicando el bloqueo que usted, que es un experto comunitario, sabe que es un indeseado recurso que tiene tarde o temprano costes para el que lo practica. El propio presidente del Parlamento Europeo, su correligionario se?or Gil Robles, dijo en Viena que se estaba volviendo al thatcherismo, a la renacionalizaci¨®n y al veto. Le falt¨® decir que la ex premier representaba a un pa¨ªs con una opini¨®n p¨²blica fuertemente euroesc¨¦ptica, lo que afortunadamente no es el caso de Espa?a, y que Aznar no es ni de lejos Margaret Thatcher.
Es inevitable que a un Gobierno como el del PP, que pretende, y ojal¨¢ lo consiga, que no disminuyan los fondos que recibimos de la Uni¨®n, los otros Gobiernos le reprochen que simult¨¢neamente haga una contrarreforma del IRPF que va a suponer una merma de ingresos de cerca de un bill¨®n de pesetas para las inversiones p¨²blicas. Es dif¨ªcil que el trabajador que paga sus impuestos en Alemania se convenza de que tiene que financiar los fondos que va a recibir Espa?a si sabe que el Gobierno espa?ol est¨¢ rebajando los impuestos a los sectores de mayor nivel de renta de nuestro pa¨ªs y que, para colmo, le regala otro bill¨®n largo a las poderosas el¨¦ctricas privadas.
No es tampoco comprensible, se?or De Miguel, que el Gobierno rechace el Pacto Europeo por el Empleo propuesto por Francia y Alemania cuando Espa?a tiene el doble de la tasa media de desempleo comunitaria. Si el ministro Arenas est¨¢ presumiendo todos los d¨ªas de lo mucho que se avanza en el empleo, ?por qu¨¦ el Gobierno teme que Europa se ponga a s¨ª misma objetivos claros y verificables de creaci¨®n de empleo, articulando pol¨ªticas activas y no s¨®lo esperando los efectos del crecimiento econ¨®mico? Quiero creer que no ser¨¢ porque se est¨¢ enmascarando una situaci¨®n bastante m¨¢s preocupante de lo que la potente propaganda gubernamental propaga.
Mire, se?or De Miguel, el mismo d¨ªa que se publicaba su art¨ªculo la prensa se hac¨ªa eco del fracaso, uno m¨¢s, de la ministra de Agricultura y Pesca, se?ora Del Palacio, en la negociaci¨®n de las cuotas pesqueras en el Consejo Europeo de Pesca. Todo el sector ha criticado la inexistente capacidad negociadora de la ministra en contraste con su locuacidad, que ha hecho retroceder a Espa?a en los ¨²ltimos dos a?os en agricultura y pesca. Y a¨²n no ha empezado la negociaci¨®n del tratado de pesca con Marruecos, pero mucho nos tememos que la pol¨ªtica del Gobierno Aznar nos est¨¦ situando en muy mala posici¨®n en este importante tema que se afrontar¨¢ en 1999. Pero es que en la OCM del aceite de oliva tambi¨¦n fracasaron. ?Me puede decir, se?or De Miguel, en qu¨¦ negociaci¨®n comunitaria han tenido ustedes ¨¦xito?
Los socialistas estamos dispuestos a ayudarles, como usted pide en su art¨ªculo, pero para ello es necesario que ustedes se dejen. El consenso en pol¨ªtica exterior no se concibe como una adhesi¨®n a posteriori a decisiones en cuyo proceso la oposici¨®n no ha participado ni comparte. El consenso se construye informando a la oposici¨®n y explic¨¢ndole las dificultades y las preocupaciones del Gobierno y haciendo que aqu¨¦lla participe en el proceso de elaboraci¨®n de las pol¨ªticas. Y ustedes no lo entienden as¨ª. El consenso no consiste en intentar compartir con la oposici¨®n los fracasos y apuntarse el Gobierno en exclusiva los ¨¦xitos, como hizo con la tercera fase de la uni¨®n econ¨®mica y monetaria y el euro, que, siendo un objetivo alcanzado gracias en un 90% al Gobierno anterior, Aznar tuvo la mezquindad, al contrario que sus colegas europeos, de apunt¨¢rselo en solitario.
Su idea del consenso se ha visto tambi¨¦n estos d¨ªas a prop¨®sito de los bombardeos angloamericanos sobre Irak. El Gobierno espa?ol no fue, al parecer, consultado ni por el Gobierno americano ni por el brit¨¢nico, en contraste con lo que ocurr¨ªa antes con el Gobierno socialista, y a pesar de ello apoy¨® a ciegas la acci¨®n Zorro del Desierto sin hablar con los partidos pol¨ªticos ni de la oposici¨®n ni de los aliados del PP. No es, se?or De Miguel, con automatismo seguidista y acr¨ªtico como ustedes conseguir¨¢n que otros respeten al Gobierno espa?ol. Nadie respeta a quien no se respeta a s¨ª mismo. Y la acci¨®n unilateral, sin soporte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que ustedes han respaldado inmediata y entusi¨¢sticamente, habr¨ªa merecido al menos una posici¨®n m¨¢s matizada, como la expresada por Italia, Alemania o Francia, por parte del Gobierno espa?ol. Pero eso ser¨ªa suponer al presidente y a su ministro una inteligencia pol¨ªtica y un buen hacer en las relaciones exteriores que est¨¢, desgraciadamente para Espa?a, lejos de la realidad.
Su presidente, que es una fuente inagotable para los humoristas, dijo en Viena: "Estoy tranquilo, muy tranquilo..., as¨ª me parieron", lo que, dicho en la ciudad natal de Sigmund Freud, dar¨ªa pie para un sinf¨ªn de comentarios. Seguro que sus compa?eros diplom¨¢ticos le habr¨¢n hecho algunos.
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