El paciente de la 321
Jes¨²s Gil es un paciente de peso en el hospital Cl¨ªnico de M¨¢laga. Y no por sus 130 kilos, sino porque desde que ingres¨® el lunes pasado trae de cabeza a los responsables del centro sanitario. Si prolongan su estancia m¨¢s all¨¢ de lo que se har¨ªa con otro enfermo, se exponen a ser cuestionados por trato de favor. Si le dan el alta y sufre una reca¨ªda pueden ser denunciados por negligencia m¨¦dica. El equipo que le asiste asegura que no ha recibido presiones y que de haberle dado el alta el mi¨¦rcoles pasado, cuando Jes¨²s Gil acus¨® un dolor tor¨¢cico y el electrocardiograma revel¨® "alteraciones objetivas", hubieran cometido "una irresponsabilidad".Fuentes sanitarias no ocultan el deseo de que el hospital vuelva a la aburrida rutina diaria, es decir, sin Gil como hu¨¦sped.
Y es que el alcalde no es un paciente m¨¢s. Sus guardaespaldas deambulan libremente por los pasillos del centro sanitario y las visitas se suceden sin respeto a n¨²meros de personas ni a horarios. Por eso ayer hubo una llamada al orden por parte de la direcci¨®n m¨¦dica del centro. La familia se comprometi¨® a acatar el r¨¦gimen de visitas, pero lo cierto es que, a ¨²ltima hora de la tarde, su incumplimiento segu¨ªa siendo patente.
Ayer, poco antes de las seis de la tarde, el hospital recibi¨® la notificaci¨®n judicial de que Jes¨²s Gil quedaba en libertad. Inmediatamente se le permiti¨® abandonar el m¨®dulo de vigilancia, que compart¨ªa con otros reclusos. La enferma que ocupaba la habitaci¨®n 321 fue desalojada para permitir que el alcalde pasara a una de las tres habitaciones individuales del servicio de cardiolog¨ªa, seg¨²n informaron familiares de otros pacientes ingresados en el hospital. Responsables del centro sanitario no confirmaron ni desmintieron la queja.
Por la tarde, con el auto de libertad ya en su mano, Gil recibi¨® la visita de su esposa y de varios de sus hijos. El alcalde no pidi¨® el alta voluntaria y decidi¨® continuar en el hospital mientras el equipo m¨¦dico que le asiste lo estime conveniente. "Estamos preocupados por la salud de mi padre, pero estamos encantados de que est¨¦ en manos de una eminencia en cardiolog¨ªa como es el doctor Eduardo de Teresa", declar¨® Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn, alcalde de Estepona, al llegar al hospital tras haber depositado en el juzgado la fianza de 100 millones requerida para la libertad de su padre. Hoy el regidor de Marbella ser¨¢ sometido a nuevas pruebas m¨¦dicas, esta vez en reposo, para contrastarlas con las de esfuerzo practicadas ayer.
El director m¨¦dico del Hospital malague?o, Francisco Fortes, se mostr¨® satisfecho con la decisi¨®n de Gil de permanecer en el centro. "Demuestra que conf¨ªa en nuestro sistema sanitario", dijo Fortes. Por su parte, el jefe del Servicio de Cardiolog¨ªa, Eduardo de Teresa, afirm¨® que si Gil espera a que se le concluyan las pruebas pendientes, abandonar¨¢ el hospital "sabiendo lo que tiene".
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