Cristaler¨ªa fina

Cuando una lumbrera del pop se asoma al escenario acompa?ado exclusivamente de una guitarra, f¨¢cil ser¨¢ que su actuaci¨®n transcurra de lo lis¨¦rgico a lo barbit¨²rico, con mayor inclinaci¨®n a lo ¨²ltimo. Robyn Hitchcock, sin embargo, hace cristaler¨ªa fina con sus canciones y dif¨ªcil ser¨¢ que no mantenga la atenci¨®n con una voz hist¨®rica que tiene los posos de Syd Barret y otros artistas del pop imposible en el fondo de su arte.En su presentaci¨®n en Madrid, Hitchcock demostr¨® a las claras por qu¨¦ el cineasta americano Jonathan Demme ha decidido inmortalizar al ex l¨ªder de Soft Boys y Egyptians en un filme. Medio show ac¨²stico y el otro medio el¨¦ctrico, en el que sonaron 17 canciones. Parecieron pocas. En la primera mitad, delicias de una belleza intensa, como Dechirino, I'm only you o la casi tirolesa Yip! fueron disfrutadas por un p¨²blico que entr¨® por el aro del artista sin rechistar. En la segunda parte de la actuaci¨®n, el peque?o delirio el¨¦ctrico de su guitarra prendi¨® un peque?o fuego en el tramo final, aunque lo mejor habr¨ªa de llegar en el bis, con la interpretaci¨®n de uno de sus mejores temas, 52 Stations, y una curiosa y emocionante recreaci¨®n de una de las canciones m¨¢s hermosas de Roxy Music: More than this. Esta es la cr¨®nica, pues, del triunfo de uno de los artistas con m¨¢s personalidad que haya dado nunca el pop brit¨¢nico.