Miedo al fracaso

El primer ¨¦xito de Rambouillet ha sido la superaci¨®n del duro enfrentamiento que exist¨ªa entre los l¨ªderes del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK) y los miembros independentistas moderados en torno al presidente Ibrahim Rugova. La cohesi¨®n demostrada por los 16 miembros de la delegaci¨®n albanesa cuando Belgrado intent¨® marginar a algunos dirigentes del ELK de las negociaciones supone el primer paso hacia la superaci¨®n de esta divisi¨®n. Si Rugova lleg¨® a calificar al ELK de instrumento serbio para desacreditar a los albaneses kosovares, l¨ªderes del ELK, como Demaci, han considerado que aqu¨¦l, con su pacifismo a ultranza y miedo al conflicto, se convert¨ªa en c¨®mplice de la perpetuaci¨®n de la represi¨®n en Kosovo. Pero los primeros avances, reales o imaginados por los representantes de un Grupo de Contacto que no quiere ni pensar en el fracaso de la conferencia, no ocultan los inmensos obst¨¢culos que hay para un acuerdo. El alto el fuego efectivo; el censo real de Kosovo, en donde hace tiempo que los serbios no son ya el 10% que pretenden, o las competencias fiscales y monetarias, la protecci¨®n de las fronteras externas y los tribunales son s¨®lo algunos. El fracaso, con todo lo que implicar¨ªa, sigue siendo un escenario posible.