La polic¨ªa italiana llama a declarar a seis ciclistas en mitad de una carrera
En una operaci¨®n sorprendente y espectacular que recordaba a las intervenciones policiales en el pasado Tour, la polic¨ªa judicial italiana a las ¨®rdenes del fiscal Giovanni Spinosa convoc¨® en mitad de una carrera a seis ciclistas para que declararan en comisar¨ªa como testigos en la causa abierta contra la farmacia Guandalini, en la que tambi¨¦n est¨¢ implicado el m¨¦dico Michele Ferrari, sospechoso de dopaje. Entre los ciclistas, todos entrenados por Ferrari, figuran los ganadores del Giro de 1996, P¨¢vel Tonkov, y 1997, Ivan Gotti. A las 19.30, unas dos horas despu¨¦s, quedaron libres.
Los investigadores hicieron a los corredores una docena de preguntas, todas relacionadas con las actividades de Ferrari. Tambi¨¦n les interrogaron sobre sus fichas de preparaci¨®n y sobre los productos que en ellas figuraban, algunos de los cuales podr¨ªan ser dopantes. Simult¨¢neamente, la polic¨ªa registr¨® la consulta de Ferrari en Ferrara. Es la tercera intervenci¨®n policial en la consulta del m¨¦dico (antes lo hicieron en agosto y octubre) en busca de documentaci¨®n.Faltaban pocos kil¨®metros para que concluyera el Trofeo Laigueglia (cl¨¢sica carrera de apertura de la temporada italiana de ciclismo) cuando los directores de los equipos se sorprendieron al o¨ªr a la radio oficial de la carrera convocar a seis corredores (Paolo Savoldelli, Gianluca Bortolami, Alessandro Bertolini, Axel Merckx, Ivan Gotti y P¨¢vel Tonkov) para que acudieran, una vez terminada la prueba (ganada por el citado Savoldelli) a la comisar¨ªa de la cercana localidad de Alassio a declarar como testigos en una investigaci¨®n judicial sobre el dopaje.
"Es la primera vez que oigo algo as¨ª", cuenta Domenico Cavallo, director del Vitalicio, equipo espa?ol presente en la carrera. "De todas formas, dej¨¦ de prestar atenci¨®n cuando vi que ninguno de los llamados era de mi equipo". El fiscal, que comenz¨® su investigaci¨®n sobre el dopaje tirando del hilo de una farmacia bolo?esa sospechosa de importar ilegalmente productos farmac¨¦uticos desde Suiza, ya hab¨ªa sido visto por la ma?ana en la salida de la carrera, rodeado de carabineros. "No se conocen los motivos de su vista", dec¨ªan los teletipos. Pocas horas despu¨¦s, seis ciclistas lo sab¨ªan. Terminada la carrera (173 kil¨®metros, cuatro horas y media), se les permiti¨® a los corredores acudir a su hotel a ducharse y cambiarse de ropa antes de acudir a comisar¨ªa.
Con esta operaci¨®n Spinosa logr¨® una atenci¨®n informativa inusitada, ya que todos los periodistas que cubr¨ªan la carrera acudieron inmediatamente a comisar¨ªa. Si el fiscal hubiera convocado a los corredores de forma privada y en su despacho, tal como hizo hace unos meses con los futbolistas Dino Baggio y Chiesa, y el exciclista Gianni Bugno, el acto habr¨ªa pasado casi inadvertido. El sindicato italiano de ciclistas emiti¨® inmediatamente un comunicado de protesta, en el que, respetando el trabajo de los magistrados, critica el hecho de que tengan que hacerse los interrogatorios justamente despu¨¦s de la prueba y que se hubiera aprovechado la primera carrera del calendario italiano.
Ferrari fue, desde comienzo de los a?os 90, uno de los gur¨²s de la nueva preparaci¨®n cient¨ªfica de los ciclistas. Fue el preparador del equipo Gewiss, avasallador en 1994 (Berzin le gan¨® el Giro a Indur¨¢in), aunque su colaboraci¨®n concluy¨® abruptamente en 1995, cuando declar¨® que s¨®lo era dopaje aquello que se pod¨ªa detectar en los controles en unos momentos en que crec¨ªa geom¨¦tricamente el consumo de la indetectable eritropoietina (EPO). Posteriormente, Ferrari, alumno de Francesco Conconi, el padre de la preparaci¨®n biol¨®gica y tambi¨¦n investigado por otro fiscal, se dedic¨® a preparar privadamente a diferentes corredores, entre los que se encontraban Tony Rominger, Armand de las Cuevas y los espa?oles Olano y Escart¨ªn.
La investigaci¨®n de Spinosa es una de las seis que la justicia italiana tiene en marcha en relaci¨®n con el dopaje. Se inici¨® en 1997 a ra¨ªz del descubrimiento de una red de tr¨¢fico de anabolizantes en los gimnasios con centro en una farmacia de Bolonia. Spinosa ha interrogado a futbolistas, m¨¦dicos, dirigentes y farmac¨¦uticos siguiendo la hip¨®tesis de una importaci¨®n clandestina de Suiza de f¨¢rmacos prohibidos. Tirando del hilo se lleg¨® a los m¨¦dicos que prescrib¨ªan esas sustancias, entre los cuales figuraba Ferrari. Otro hilo de la investigaci¨®n condujo a Spinosa al equipo de f¨²tbol del Parma, cuyos jugadores mostraron un nivel exagerado de hematocrito (gl¨®bulos rojos en la sangre), y un tercero a la selecci¨®n italiana de f¨²tbol: un masajista est¨¢ inculpado por usar una pomada Voltar¨¦n reforzada con productos prohibidos.
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