Un hombre de compromiso se perfila para sustituir al radical titular de Hacienda
Hans Eichel, el pol¨ªtico socialdem¨®crata que el pr¨®ximo abril iba a terminar su mandato como jefe de Gobierno en el Estado federado de Hesse, era citado anoche como el nombre con m¨¢s probabilidades de sustituir al ministro de Hacienda, Oskar Lafontaine, mientras el canciller federal alem¨¢n, Gerhard Schr?der, aseguraba estar "afectado" por la dimisi¨®n, agradec¨ªa los servicios prestados al ministro saliente y anunciaba para hoy una reuni¨®n extraordinaria de la direcci¨®n del Partido Socialdem¨®crata (SPD). Eichel, de 57 a?os, preside tambi¨¦n el Bundesrat (C¨¢mara de los Estados federados).
Eichel deber¨¢ abandonar sus actuales cargos como resultado de las elecciones regionales del pasado 7 de febrero que desbancaron a la coalici¨®n rojiverde del poder local. Se le considera un pol¨ªtico meticuloso y exacto, discreto y con gran poder de persuasi¨®n. El sucesor de Lafontaine deber¨¢ estar listo para acudir ya el mismo lunes al consejo de ministros de Finanzas (Ecofin) de la UE.La crisis del Gobierno de Bonn oblig¨® al ministro de Exteriores, Joschka Fischer, a anular las visitas que ten¨ªa previsto realizar a Madrid y Par¨ªs, con objeto de limar las diferencias que a¨²n subsisten de cara a la cumbre de Berl¨ªn que los pr¨®ximos d¨ªas 24 y 25 debe debatir la Agenda 2000. La dimisi¨®n de Lafontaine oblig¨® tambi¨¦n a Schr?der a anular algunos compromisos.
Los dirigentes de Los Verdes, los socios menores de la coalici¨®n, se reunieron anoche en la canciller¨ªa federal en Bonn. Adem¨¢s del ministro de Exteriores, a la cita acudieron el de Medio Ambiente, J¨¹rgen Trittin, que regres¨® inmediatamente de Bruselas al conocerse la noticia de la dimisi¨®n de Lafontaine, y el portavoz de Los Verdes, Rezzo Schlauch.
La renuncia del minstro de Hacienda "no significa nada para la coalici¨®n", manifest¨® la copresidenta de Los Verdes, Gunda R?stel. Desde la oposici¨®n democristiana, Wolfgang Sch?uble, el l¨ªder de la CDU, manifest¨® que "la dimisi¨®n es una fat¨ªdica advertencia sobre la inconsistencia de un Gobierno (...) que ha fracasado".
Por su parte, Reiner Br¨¹derle, portavoz de los liberales , acus¨® a Lafontaine de ser el responsable del fracaso de la coalici¨®n rojiverde. El ex ministro de Exteriores y exl¨ªder liberal Klaus Kinkel, a su vez, opin¨® que el dimisionario titular de Hacienda estaba "hasta las narices" del caos gubernamental.
Los empresarios reaccionaron ayer con alivio ante la retirada del hombre al que ve¨ªan como su principal enemigo, y cuyos proyectos de reforma fiscal hab¨ªan rechazado vehementemente. El presidente de la Asociaci¨®n Federal de Industriales, Hans Olaf Henkel, consider¨® que la renuncia de Lafontaine va aparejada la esperanza de que se robustezcan fuerzas reformistas del partido y el ala de la coalici¨®n que comprende mejor a los empresarios.
En cuanto al protagonista de la jornada, ¨¦ste no hab¨ªa dado se?ales de vida anoche y en medios socialdem¨®cratas se especulaba con la posibilidad de que se retire totalmente de la vida pol¨ªtica.
La dimisi¨®n de Oskar Lafontaine se desencaden¨® a partir del tormentoso Consejo de Ministros del mi¨¦rcoles. En esa reuni¨®n, Schr?der estaba visiblemente irritado. Por un lado, el canciller ten¨ªa que v¨¦rselas con los empresarios del sector nuclear y, por el otro, con una manifestaci¨®n de unos 30.000 trabajadores del ramo que protestaban en Bonn contra del abandono de la energ¨ªa nuclear y en favor de sus empleos.
Comprendiendo que estaba en juego el programa contra el paro y su misma credibilidad y superviviencia pol¨ªtica en el a?o 2002, al fin de la legislatura, Schr?der, que ha convertido la reducci¨®n del desempleo en la principal meta de su Gobierno, arremeti¨® contra Lafontaine y afirm¨® que las cosas no pod¨ªan seguir as¨ª. Puede llegar el momento en el que "no pueda seguir asumiendo la responsabilidad por esta pol¨ªtica", afirm¨®. El Gobierno, dijo, no puede practicar una pol¨ªtica que vaya contra la econom¨ªa, contra los empresarios y contra la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
Este incidente, con distintas variaciones, fue registrado por el diario Berliner Morgenpost y por peri¨®dicos conservadores del grupo Springer. Las interpretaciones del hecho fueron diferentes, pues mientras unos observadores creyeron que Schr?der hab¨ªa amenazado con su dimisi¨®n, otros opinaron, por lo visto acertadamente, que el canciller hab¨ªa decidido ejercer el control del Gobierno y obligar a los miembros de su Gabinete a aceptar su liderazgo o dimitir.
Hervidero de rumores
Schr?der carg¨® tambi¨¦n la mano contra el verde J¨¹rgen Trittin, por su plan para reforzar la normativa contra la contaminaci¨®n, y contra la ministra de Familia, Christine Bergmann, que quer¨ªa ampliar las excedencias de maternidad y paternidad de dos a siete a?os sin respetar los intereses empresariales. El canciller hizo saber a los ministros que no quiere seguir interviniendo para corregir su trabajo y afirm¨® tambi¨¦n que no desea fracasar por culpa de la falta de aceptaci¨®n de la pol¨ªtica de los partidos del Gobierno, como le sucedi¨® Helmut Schmidt, su predecesor socialdem¨®crata en el cargo.Bonn era anoche un hervidero de rumores. Unos opinaban que Schr?der aprovechar¨¢ la oportunidad que le ha dado Lafontaine para proceder a una remodelaci¨®n en profundidad del Gabinete y eliminar a ministros con los que tiene problemas. Otros se?alaban que podr¨ªa comenzar una transici¨®n hacia un Gobierno de coalici¨®n con la Uni¨®n Dem¨®cratacristiana (CDU).
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