La rep¨²blica de los j¨®venes
El mayor experimento de pisos gestionado por veintea?eros llega a su cuarto a?o de vida
En el cerro vallecano de San Jos¨¦ del Olivar se proclam¨® hace cuatro a?os una rep¨²blica de veintea?eros. Se trata de un rascacielos de 364 pisos baratos de alquiler autogestionado por tres cooperativas de j¨®venes y construido en 1995 por el Gobierno regional, entonces del PSOE. La innovadora experiencia s¨®lo se ha repetido en Orcasitas (Usera).Este fin de semana, con motivo de las fiestas del cuarto aniversario de la barriada, sus habitantes reclaman a la Comunidad de Madrid, del PP, que extienda el modelo para ofrecer soluciones a los problemas de vivienda de los j¨®venes.
"Deber¨ªan impulsar este tipo de experiencias en vez de boicotearlas", explica Fernando Mat¨¦, presidente de Cojuvipal, una de las tres cooperativas que gestionan el proyecto. Se refiere a otras iniciativas de Legan¨¦s o Villaverde abortadas por el Ejecutivo de Ruiz-Gallard¨®n.
"Pagamos a la Comunidad el cien por cien de los alquileres sin morosidad y adem¨¢s hemos creado espacios culturales y seis puestos de trabajo para tareas de gesti¨®n, limpieza y mantenimiento", explica Carlos Pa¨ªno, diputado regional de IU y vecino del edificio, para demostrar que el modelo es viable.
En el bloque tienen su sede grupos de trabajo social y Radio Vallekas. Hay tambi¨¦n una biblioteca popular (la oficial est¨¢ tapiada), una sala de ensayos musicales y una asociaci¨®n cultural, La Lavander¨ªa.
Por los pisos, la mayor¨ªa de menos de 65 metros, se pagan alquileres de 12.000 a 22.000 pesetas, a las que hay que sumar los gastos de comunidad porque son las cooperativas, y no el Gobierno regional, las que mantienen el bloque.
Para entrar a vivir a este edificio, que cost¨® 2.800 millones de pesetas a las arcas p¨²blicas, los requisitos eran tener menos de 30 a?os e ingresos inferiores a 3,5 veces el salario m¨ªnimo interprofesional ponderado, es decir con un tope de unas 380.000 pesetas mensuales brutas para una pareja con un ni?o. "La mayor¨ªa de los vecinos est¨¢ muy por debajo de ese tope, porque hay mucha gente en paro o en precario, incluso a una decena de familias tenemos a veces que pagarles la renta los cooperativistas", dice Mat¨¦, quien a?ade que han denunciado a la Comunidad por subirles los alquileres el IPC anual y no la mitad, como acord¨®.
Estas casas son un alojamiento temporal para j¨®venes con dif¨ªcil acceso al mercado libre de vivienda o a las cooperativas de compra. Si mejoran sus condiciones econ¨®micas deben marcharse. "Unos 15 vecinos se han ido ya", explica Pa¨ªno, que pronto har¨¢ lo mismo. Cuando hay una vacante se recurre a una lista de espera con 400 candidatos. Se han iniciado tambi¨¦n cuatro procesos de desahucio por no habitar en el piso.
Los vecinos a¨²n recuerdan lo dif¨ªcil que fue poner en marcha el proyecto. Ahora, mediante asambleas y consejos rectores, siguen dando forma a esta iniciativa singular en la regi¨®n.
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