El modelo escoc¨¦s
FERRAN REQUEJO Las elecciones al Parlamento escoc¨¦s del pr¨®ximo 6 de mayo supondr¨¢n la consolidaci¨®n del proceso de devolution, acelerado tras el acceso al poder central de Toni Blair. Desde los tiempos de Cromwell y posteriormente del tratado de la uni¨®n de los parlamentos de Escocia e Inglaterra (1707), el autogobierno escoc¨¦s ha sido una cuesti¨®n por resolver del sistema pol¨ªtico brit¨¢nico. Hasta tiempos recientes, en Escocia era bastante habitual o¨ªr hablar del "modelo catal¨¢n" en el momento de recuperar un autogobierno nacional democr¨¢tico de modo pac¨ªfico y que no supusiera una ruptura con el Estado. Sin embargo, tras la celebraci¨®n de las pr¨®ximas elecciones y, sobre todo, seg¨²n sea su resultado, puede que en el futuro sea m¨¢s bien aqu¨ª donde se hable del "modelo escoc¨¦s". Es probable que tanto el reconocimiento en los ¨¢mbitos simb¨®lico e institucional, como las cotas de autogobierno en los ¨¢mbitos legislativo y competencial, incluida la presencia europea, est¨¦n en el futuro m¨¢s desarrollados en Escocia que lo que parecen permitir el Estado de las autonom¨ªas y los partidos y la cultura pol¨ªtica espa?oles. De entrada, aparecen dos diferencias significativas entre los dos modelos. En primer lugar, en el Reino Unido siempre ha estado clara la distinci¨®n entre lo brit¨¢nico y lo ingl¨¦s. Algo que es de agradecer cuando se trata de establecer criterios de racionalidad y acomodaci¨®n democr¨¢tica entre las distintas realidades nacionales de un mismo Estado. Se trata de algo m¨¢s que de una mera cuesti¨®n sem¨¢ntica. En segundo lugar, el proceso de devolution brit¨¢nico se refiere exclusivamente a los casos irland¨¦s, gal¨¦s y escoc¨¦s. Poco que ver, pues, con un sistema "auton¨®mico" de 17 colectividades en el que se confunde la descentralizaci¨®n con la acomodaci¨®n plurinacional. El Parlamento escoc¨¦s consta de 129 esca?os, elegidos por un doble sistema de voto mayoritario (73 esca?os) y de voto de lista a nivel regional (8 regiones, 56 esca?os). De acuerdo con los ¨²ltimos sondeos, parece que ninguna de las cuatro fuerzas m¨¢s importantes obtendr¨¢ la mayor¨ªa absoluta. A pesar de que las elecciones se celebrar¨¢n dos a?os despu¨¦s del acceso de los laboristas al Gobierno central -un periodo considerado el peor en t¨¦rminos de popularidad para los gobiernos brit¨¢nicos-, el primer puesto de las elecciones escocesas se lo disputan los laboristas y los nacionalistas del SNP. Las ¨²ltimas intenciones de voto se sit¨²an alrededor del 43% y del 38%, respectivamente. Ello podr¨ªa traducirse en unos 55 o 56 esca?os para los laboristas y en 49 o 50 esca?os para los nacionalistas (que obtendr¨ªan unos 10 puntos m¨¢s que en las elecciones al Parlamento de Westminster), unos 14 esca?os para los liberal-democr¨¢tas y s¨®lo alrededor de 10 para los conservadores, que siguen ofreciendo la imagen de un "partido ingl¨¦s" que no muestra ning¨²n signo de recuperaci¨®n. La alianza de los liberal-democr¨¢tas con alguno de los dos primeros partidos se convierte, as¨ª, en la cuesti¨®n clave de la formaci¨®n del primer Gobierno escoc¨¦s. El proceso de devolution es apoyado hoy por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, hasta el punto de contar con el 61% de las clases m¨¢s altas, e incluso con un 47% de los votantes conservadores. De acuerdo con la ¨²ltima encuesta del Herald (febrero 1999), incluso un 36% de los encuestados se pronunciaba por una Escocia independiente, principalmente los j¨®venes (entre 18 y 34 a?os, 48%) y las clases trabajadoras (42%). En las clases m¨¢s altas, el apoyo a la independencia es mucho menor (18%). Detr¨¢s de dichas posiciones aparecen siempre cuestiones econ¨®micas, como el petr¨®leo del mar del Norte, as¨ª como el deseo de adquirir una posici¨®n singular en la Uni¨®n Europea que no quede confundida con la de Londres. Alex Salmond, l¨ªder nacionalista del SNP, se ha mostrado favorable a la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum sobre la independencia en un futuro pr¨®ximo. En el trasfondo del modelo escoc¨¦s se dan dos concepciones rivales sobre las fuentes de la legitimidad y responsabilidad democr¨¢ticas: la soberan¨ªa parlamentaria representada en Westminster y la soberan¨ªa popular vinculada al pueblo escoc¨¦s. Pocos hubieran dicho hace un siglo que los nacionalismos no estatales seguir¨ªan ocupando un lugar destacado en el momento de entrar en el siglo XXI. Pero en esto seguimos, aunque ahora sea en el interior de la Uni¨®n Europea. En definitiva, la acomodaci¨®n democr¨¢tica de los demos europeos tambi¨¦n forma parte del proyecto humanista de una "ciudadan¨ªa europea" que quiera situarse m¨¢s all¨¢ de una l¨®gica meramente tecnocr¨¢tica en los criterios de la Uni¨®n.
Ferran Requejo es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la UPF.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.