Los lores quitan la inmunidad a Pinochet
El tribunal decide por seis votos a uno que s¨®lo podr¨¢ ser extraditado por delitos posteriores a 1988
Los siete jueces lores del Reino Unido anunciaron ayer, por mayor¨ªa de seis votos contra uno, que el general Augusto Pinochet debe someterse al procedimiento de extradici¨®n planteado por Espa?a, pero solamente por unos delitos aislados de conspiraci¨®n para torturar y tortura a partir del 8 de diciembre de 1988, fecha en que tales delitos fueron considerados por la legislaci¨®n brit¨¢nica hechos de persecuci¨®n penal extraterritorial. Todos los dem¨¢s cargos han quedado fuera de juego. Los jueces lores han solicitado al ministro del Interior, Jack Straw, que a la luz del "sustancial cambio de circunstancias" reconsidere su posici¨®n anterior favorable al procedimiento de extradici¨®n.
Lord Browne-Wilkinson, 68 a?os, presidente del tribunal de siete jueces lores, se levant¨® en el centro de la C¨¢mara de los Lores, cuando el oficial le dio la palabra, a las dos y diez minutos hora de Londres. Abri¨® su carpeta de cuero rojo, a juego con el tapizado de los sillones de cuero, y dijo: "Se?or¨ªas, por las razones que expongo en un discurso que he preparado, copias que ahora est¨¢n disponibles por escrito, sostengo que el senador Pinochet no goza de inmunidad como ex jefe de Estado frente a delitos de extradici¨®n. Por ello, la apelaci¨®n, para m¨ª, debe ser admitida en parte".
Se refer¨ªa al recurso objeto del juicio sobre la inmunidad del ex dictador, planteado por la Fiscal¨ªa de la Corona, en nombre de Espa?a, contra una resoluci¨®n por la cual el Alto Tribunal de Justicia brit¨¢nico concedi¨® la inmunidad absoluta a Pinochet el pasado 28 de octubre. Lo que se ped¨ªa era, pues, retirar la inmunidad a Pinochet para que pueda someterse al procedimiento de extradici¨®n.
El comienzo todav¨ªa no pod¨ªa dar una idea del juego de prestidigitaci¨®n multicolor que se desplegar¨ªa en la sala a continuaci¨®n. La clave estaba en esas cinco palabras: "Debe ser admitida en parte". A continuaci¨®n, habl¨® lord Goff, de 72 a?os, un juez retirado que durante el juicio pareci¨® ser el director de la tesis de la abogada de Pinochet, Clare Montgomery, conducta que mantuvo coherentemente en su voto. "Se?or¨ªas, yo desestimo el recurso".
Matices
El tercero fue lord Hope, que ya comenz¨® a matizar. "Soy de la opini¨®n de que la mayor¨ªa de los cargos dirigidos contra el senador Pinochet est¨¢n relacionados con delitos por los que no puede ser legalmente extraditado a Espa?a a¨²n en el caso de que no tuviera inmunidad. Sobre la cuesti¨®n de la inmunidad, sostengo que el senador Pinochet no goza de inmunidad frente a los cargos de tortura y conspiraci¨®n para torturar que se dirigen contra ¨¦l, pero solamente respecto al periodo posterior al 8 de diciembre de 1988. Hasta ese punto, admitir¨ªa el recurso".
Le sigui¨® lord Hutton. "El senador Pinochet no tiene derecho a gozar de inmunidad respecto a las acusaciones de tortura y conspiraci¨®n para torturar que presuntamente se han cometido despu¨¦s del 29 de septiembre de 1988 y por estos admitir¨ªa el recurso". Lord Saville fue breve: "Yo admitir¨ªa el recurso hasta el punto propuesto por mi noble y docto amigo, lord Browne-Wilkinson".
El ambiente de la c¨¢mara empez¨® a subir de emoci¨®n cuando lleg¨® el turno a los ¨²ltimos dos jueces lores, aquellos que claramente se mostraron contrarios a la inmunidad, con armas y bagages, durante el juicio. La potente voz de lord Millet reson¨® en la c¨¢mara, al cambiar el enfoque: "Soy de la opini¨®n de que el senador Pinochet puede ser extraditado a Espa?a respecto a los delitos de tortura y conspiraci¨®n para torturar cometidos en cualquier pa¨ªs y en cualquier momento. Yo admitir¨ªa; por consiguiente, el recurso". Cerrar¨ªa el m¨¢s joven de los jueces lores en su cargo, nombrado el pasado mes de enero. Lord Phillips, de 60 a?os, dijo, profundizando la l¨ªnea de lord Millet: "Yo admitir¨ªa el recurso respecto a todos los presuntos delitos de que se acusa al senador Pinochet como constitutivos de delitos de extradici¨®n".
Tras estas breves exposiciones, que duraron aproximadamente unos diez minutos, volvi¨® a ponerse de pie lord Browne-Wilkinson. Como quien lee el pensamiento del p¨²blico presente —abogados, organizaciones de derechos humanos, miembros del Parlamento, senador chilenos y v¨ªctimas de desaparecidos, torturados y asesinados—, el presidente se?al¨®: "Hay aqu¨ª, tras la exposici¨®n, oscuridad que procurar¨¦ aclarar".
Lord Browne-Wilkinson explic¨® que "nadie puede ser extraditado a menos que la conducta alegada contra ¨¦l constituya un delito en ambos pa¨ªses, el pa¨ªs extranjero y el Reino Unido; esto es lo que se denomina doble criminalidad".
Como en una clase de derecho, no sin pedagog¨ªa, se?al¨® que las acusaciones "contra el senador Pinochet son principalmente acusaciones de tortura y conspiraci¨®n para torturar fuera del Reino Unido. La tortura cometida fuera del Reino Unido no era un delito en la ley brit¨¢nica hasta la ley de Justicia Criminal de 1988, cuya entrada en vigor tuvo lugar el 29 de septiembre de 1988" . Y fue al recuento de votos: "En el enjuiciamiento de hoy, seis miembros del comit¨¦ de apelaci¨®n sostenemos que, bajo la ley ordinaria de extradici¨®n, el senador Pinochet no puede ser extraditado para hacer frente a cargos en relaci¨®n con tortura cometida antes del 29 de septiembre de 1988, porque antes de esa fecha no estaba satisfecho el principio de doble criminalidad".
Lord Browne-Wilkinson tom¨® entonces el toro por los cuernos y fue a la conclusi¨®n. "El resultado de esta decisi¨®n es la eliminaci¨®n de la mayor¨ªa de los cargos planteados contra el senador Pinochet por el Gobierno de Espa?a y propuestos como la base para su extradici¨®n. La mayor¨ªa de los cargos se refieren al periodo de golpe de estado en Chile en 1973 y los a?os inmediatamente posteriores. Los ¨²nicos cargos que son delitos de extradici¨®n comprenden cargos aislados de tortura despu¨¦s del 29 de septiembre de 1988, ciertas conspiraciones para torturar en el periodo del 29 de septiembre de 1988 a enero de 1990 y ciertas acusaciones de conspiraci¨®n en Espa?a para cometer asesinato en Espa?a. Respecto de estos casos muy limitados, la cuesti¨®n de la inmunidad sigue siendo relevante".
Consecuencias del fallo
Browne-Wilkinson, a continuaci¨®n, subray¨® con fuerza, aunque sin agresividad, las consecuencias a extraer del fallo. "El secretario de Estado (ministro del Interior, Jack Straw) puede autorizar que el procedimiento de extradici¨®n contra el senador Pinochet contin¨²e por estos cargos dr¨¢sticamente reducidos". Sucede que Straw, en virtud de la anterior resoluci¨®n de los lores, del 25 de noviembre de 1998, m¨¢s tarde anulada, resolvi¨® el 9 de diciembre autorizar el procedimiento por los delitos de asesinato, conspiraci¨®n para asesinato, tortura, conspiraci¨®n para torturar y desaparici¨®n de personas, conspiraci¨®n para desaparici¨®n de personas.
"Aunque seis miembros", resumi¨® Browne-Wilkinson, "del comit¨¦ mantenemos que Pinochet no goza de inmunidad en los cargos de tortura, nuestros razonamientos var¨ªan en algunos puntos. Lord Hope, lord Saville y yo mismo consideramos que s¨®lo ha perdido su inmunidad con la vigencia de la Convenci¨®n Internacional contra la Tortura, que se convirti¨® en ley de respeto obligatorio en Espa?a, Chile y el Reino Unido. Esto ocurri¨® el 8 de diciembre de 1988. Lord Hutton sostiene que la inmunidad del senador Pinochet termin¨® el 29 de septiembre de 1988 y lord Millet y lord Philips sostienen que Pinochet nunca tuvo derecho a la inmunidad"
Lord Browne-Wilkinson, volvi¨® a dirigirse al ministr¨® del Interior. "A la vista de la muy sustancial reducci¨®n del n¨²mero de casos extraditables, el asunto requerir¨¢ la reconsideraci¨®n del ministro". La defensa de Pinochet comunic¨® a la Fiscal¨ªa de la Corona que hab¨ªa solicitado a un juez de Alto Tribunal de Justicia hora para depositar un h¨¢beas corpus para que el propio Straw dejase sin efecto su decisi¨®n del pasado 9 de diciembre a fin de conseguir la liberaci¨®n de Pinochet. El abogado en representaci¨®n del ministro de Interior expres¨® que a¨²n no hab¨ªan tenido tiempo para leer el fallo y que por tanto el ministro Straw no pod¨ªa contestar. Tiene hasta el lunes a las 10. 30 para decir qu¨¦ piensa hacer.
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