Los refugiados expulsados de Macedonia van apareciendo dispersos por ciudades albanesas
ENVIADO ESPECIALLas consecuencias del brutal vaciado de Blace empiezan a ser visibles. Decenas de miles de refugiados albanokosovares apenas sab¨ªan ayer d¨®nde se encontraban, despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa de Macedonia los evacuara de forma ca¨®tica del paso fronterizo de Blace, durante la noche del martes, y los dispersara por todos los rincones del pa¨ªs e incluso por pa¨ªses vecinos como Albania.
Seg¨²n estimaciones de ACNUR, publicadas ayer en Skopje, entre 15.000 y 20.000 personas podr¨ªan haber sido expulsadas hacia Albania, al amparo de la noche y por la fuerza. "?Por qu¨¦ no? Es justo que los albaneses vayan a Albania, es su pa¨ªs", declar¨® Kiro Gligorov, presidente de Macedonia.Las cuentas de ACNUR segu¨ªan sin cuadrar anoche por completo. Las v¨ªctimas de la limpieza ¨¦tnica y de la brutal evacuaci¨®n de Blace aparec¨ªan, poco a poco, en campos de refugiados, en bases militares, en domicilios privados o en calles de localidades pr¨®ximas a Tetovo y Gostivar, cerca de territorio alban¨¦s. ACNUR consideraba que los 10.000 refugiados no contabilizados deb¨ªan estar en Albania, dispersos entre los cientos de miles llegados all¨ª directamente desde Kosovo. Naciones Unidas, OTAN y organizaciones humanitarias colaboraban en el esfuerzo de recoger nombres y localizaciones para averiguar d¨®nde estaban exactamente las m¨¢s de 50.000 personas que se hacinaron cinco d¨ªas en la frontera. El recuento costar¨¢ d¨ªas, quiz¨¢ semanas.
Ina, Afrodita y Mareta sab¨ªan que paseaban juntas, cogidas del brazo, por la avenida central de un campamento militar. Sab¨ªan que se hab¨ªan duchado y que la comida ser¨ªa servida en una hora. Y conoc¨ªan sus nuevas direcciones: 8-2, 9-2 y 14-10. 8-2 significaba la octava tienda de la segunda calle. Pero no ten¨ªan ni idea del lugar del mapa en que se encontraban. "Macedonia, ?no?", aventur¨® Mareta, cargada de dudas. Aquello era Macedonia, en efecto. Un campamento de zapadores del Ej¨¦rcito alem¨¢n reci¨¦n levantado a 10 kil¨®metros del paso fronterizo de Jazince, para ser exactos. Las tres adolescentes s¨®lo quer¨ªan saber si se quedar¨ªan all¨ª o ser¨ªan de nuevo desplazadas. Nadie ten¨ªa, sin embargo, respuesta para esa pregunta.
"Llegaron aqu¨ª entre las dos y las cuatro de la madrugada, despu¨¦s de un viaje de un par de horas apretados en autobuses donde no cab¨ªa un alfiler. Los descargaron en la puerta y se fueron. Ni ellos sab¨ªan d¨®nde estaban, ni nosotros les esper¨¢bamos en ese momento. Hubo que improvisar", explic¨® el cabo Klopfke, ocupado en levantar otra hilera de tiendas verdes con la ayuda de varios muchachos albanokosovares. "La tarea m¨¢s complicada ser¨¢ identificarles y ayudarles a contactar con sus familias. Nosotros ni siquiera nos entendemos con ellos, por el idioma", a?adi¨®.
Voluntarios albaneses de la organizaci¨®n El Hilal empezaban a confeccionar listas. Hab¨ªan recogido sobre una mesa las peque?as cartillas de identidad de quienes no hab¨ªan sido privados de su documentaci¨®n al ser expulsados por la polic¨ªa serbia, y confiaban en que hoy, tras un censo tienda por tienda, dispondr¨ªan de una lista completa de los refugiados acogidos en el campamento alem¨¢n, pr¨®ximo a Dobroste, en el extremo noroeste de Macedonia.
El Gobierno macedonio hab¨ªa rechazado hasta ahora la posibilidad de albergar campos estables de albanokosovares en su territorio, porque considera que a medio plazo suscitar¨¢n graves conflictos con la mayor¨ªa eslava de sus ciudadanos, hostiles a la minor¨ªa albanesa. Por eso embols¨® a los refugiados en condiciones atroces en la tierra de nadie de Blace y por eso trata de acelerar al m¨¢ximo el ¨¦xodo hacia terceros pa¨ªses de los expulsados de Kosovo. Ayer, por primera vez, acept¨® que los campos pod¨ªan durar. Y anunci¨® que negociaba con Unicef con el fin de que se estableciera alg¨²n tipo de sistema de educaci¨®n en los mayores centros de acogida.
ACNUR cree que quienes no han podido a¨²n abandonar Kosovo, probablemente porque la polic¨ªa serbia se lo impide, volver¨¢n a intentarlo a la menor ocasi¨®n. "Puede llegar una segunda oleada en unos d¨ªas", dijo un portavoz de la agencia, quien anunci¨® la instalaci¨®n de una infraestructura de emergencia en Blace -una ca?er¨ªa de agua corriente y montones de grava contra el barro- para evitar que se repitiera la situaci¨®n infernal del pasado fin de semana.
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