Fotos pixeladas
Vamos para el a?o 2000 y las fotos pixeladas han entrado en nuestras vidas. Hay un orden interno en ellas, un orden riguroso. ?Hablamos de estructuras? ?Del ojo de una mosca, por ejemplo?, ?Y por qu¨¦ no de ladrillos? Ladrillo sobre ladrillo, todos iguales, siempre cuadrados y de m¨²ltiples colores, van edificando una fotograf¨ªa. Vayamos al terreno pr¨¢ctico: la mayor parte de las fotos pixeladas est¨¢ hecha con una m¨¢quina digital del tipo dom¨¦stico, no profesional, una Fuji que compr¨¦ el a?o pasado en Jap¨®n. El proceso, la digitalizaci¨®n, se realiza a trav¨¦s de un ordenador en vez del m¨¢s habitual procesamiento qu¨ªmico, y es all¨ª donde, si se quiere, aparecen los cuadritos multicolores de los pixels. Unidades n¨ªtidas que ni se juntan ni superponen: cuadrados perfectos de colores definidos.
Soy un fot¨®grafo compulsivo que llevo siempre mi camarita en el bolsillo, por si las moscas... Soy fot¨®grafo desde que tengo uso de raz¨®n, o por lo menos desde que me enamor¨¦ de una ni?a a los nueve a?os y con la c¨¢mara 6x9 de mi padre le hice a escondidas una fotograf¨ªa entre los setos del parque del Retiro. Una foto y una declaraci¨®n de amor que por timidez nunca envi¨¦. Fui profesional de la fotograf¨ªa en un momento de mi vida y me especialic¨¦ en los festivales de m¨²sica y danza de Granada y Santander, que cubr¨ª durante algunos a?os, lo que me permiti¨® adentrarme en los secretos del baile y acrecentar mi amor por la m¨²sica y el flamenco. Despu¨¦s me dediqu¨¦ al cine y dirig¨ª y escrib¨ª algunas pel¨ªculas, pero sin abandonar del todo la fotograf¨ªa, y sigo teniendo un peque?o laboratorio en donde ampl¨ªo mis negativos en blando y negro. Lo del color ha venido despu¨¦s, con las c¨¢maras digitales.
Ahora soy un fot¨®grafo amateur, aficionado a tantas cosas, a demasiadas quiz¨¢, que piensa que no se es artista por disparar la metralleta fotogr¨¢fica sobre una chica desnuda, sobre un rostro, una piedra o un paisaje. El arte es otra cosa... Pero no hablemos de arte, por favor. Es evidente que yo pertenezco a otro gremio m¨¢s fr¨ªvolo porque para m¨ª la fotograf¨ªa es un entretenimiento y una diversi¨®n. Y despu¨¦s de esta declaraci¨®n de principios, contin¨²o diciendo que no hay que explicar lo inexplicable y que una foto es una foto y ya est¨¢.
En estas fotos no hay m¨¢s pretensi¨®n que lo puramente testimonial y divertido. Son fotos para andar por casa, y Manolo Falces se ha empe?ado en hacer una exposici¨®n con ellas. Es la primera exposici¨®n que hago desde la que hice a mis 19 a?os, en el a?o 1951, en la Real Sociedad Fotogr¨¢fica de Madrid. Ha llovido mucho desde entonces y no s¨¦ si soy ahora mejor fot¨®grafo que antes.
La fotograf¨ªa es una parte de mi memoria y por eso acumulo ¨¢lbumes que se van llenando de im¨¢genes y que ocupan una parte importante de mi biblioteca. Hay ah¨ª todo tipo de temas, aunque priman los familiares, los autorretratos y los alrededores de la casa en donde vivo en la sierra de Madrid. La pereza ha suplido la aventura del viaje, y la falta de entusiasmo de mi familia para servir de modelo me ha obligado a servirme de m¨ª mismo para mis pruebas fotogr¨¢ficas. Me acostumbr¨¦ a ello y ahora, en cualquier hotel, en cualquier espejo, siento la irrefrenable ansiedad de sacar mi camarita y hacerme un retrato. Vanidad de vanidades. No s¨¦ si pedir disculpas por ello, pero, en prueba de humildad, dir¨¦ una obviedad: estas fotos pixeladas son la demostraci¨®n de que tambi¨¦n con ladrillos se pueden hacer fotograf¨ªas.
Babelia
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