"Esto es un secuestro"
Sin indicarles su destino, Iberia aloja de madrugada en un hotel de Segovia a 50 pasajeros de un vuelo suspendido
"Esto es un secuestro", repet¨ªa enojado Boris Ciucler, un hombre de unos 60 a?os que, junto con medio centenar de pasajeros del vuelo de Iberia 6825 Madrid-S?o Paulo (Brasil) -suspendido por problemas t¨¦cnicos-, fue trasladado a dormir a un hotel de Segovia, a 90 kil¨®metros del aeropuerto de Barajas. Eran las tres de la madrugada de ayer mi¨¦rcoles y Boris viajaba en un autob¨²s hacia un destino que desconoc¨ªa. La falta de informaci¨®n de la compa?¨ªa y las pocas facilidades dadas por la polic¨ªa eran las quejas m¨¢s comunes de un pasaje con ni?os y algunos ancianos con problemas de salud. La imprevisi¨®n de Iberia estuvo, adem¨¢s, a punto de dejar sin taxis a la capital segoviana de haberlos utilizado para volver a Barajas. Al final, la Embajada de Portugal gestion¨® un autob¨²s que les devolvi¨® al aeropuerto. El avi¨®n sali¨® casi a las tres menos cuarto de la tarde, 15 horas m¨¢s tarde de lo previsto. A¨²n cab¨ªa una gota en el vaso: los cansados viajeros tuvieron que cambiar de puerta de embarque a ¨²ltima hora.
El vuelo, en el que viajan unas 150 personas, en su mayor¨ªa ciudadanos brasile?os y portugueses, ten¨ªa anunciada su salida a las doce menos diez de la noche del martes. Marcos Ramos, brasile?o de 40 a?os, un ejecutivo que trabaja con la empresa espa?ola Pamesa, de Castell¨®n, asociada a otra de Brasil relat¨®: "Una vez embarcados estuvimos parados casi una hora sin noticias, hasta que nos dijeron que el avi¨®n estaba roto, con un problema t¨¦cnico de comunicaci¨®n, y que no pod¨ªa despegar. Bajamos al aeropuerto y permanecimos casi dos horas sin informaci¨®n ni noticias, tan s¨®lo nos dieron de cenar un bocadillo de jam¨®n y un refresco".
Su odisea acababa de comenzar. El pasaje fue dividido en tres grupos y el que inclu¨ªa a Ramos, de unas cincuenta personas, fue trasladado a un autocar. "Dijimos: "Bueno, vamos a dormir"... Luego nos enteramos que el hotel estaba en Segovia, a casi 100 kil¨®metros de Madrid, y a estas horas no tenemos ninguna informaci¨®n, estamos alejados, desolados y no hay nadie de Iberia con quien podamos hablar".
Ciucler segu¨ªa con su temor: "Nos tienen secuestrados. Todos pens¨¢bamos que nos llevaban a un hotel de Madrid". Y el periodista portugu¨¦s Josema Santos, de 45 a?os, mostraba su convencimiento de que "todo estaba preparado". "No se quedaron con una parte de la tarjeta de embarque, como es habitual. La recogieron cuando ya hab¨ªamos bajado y nos encontr¨¢bamos en el restaurante comiendo el bocadillo". Lament¨® que, al plantear una reclamaci¨®n, la polic¨ªa del aeropuerto de Barajas se limit¨® a entregarles un manojo de folios en blanco.
H¨¦ctor Arroyo y Marcones Marqu¨¦s, otros dos pasajeros, aseguran que descubrieron que el hotel estaba en Segovia cuando hablaban con el conductor del autocar, despu¨¦s de ver que se alejaban "demasiado" de Madrid. Al igual que el resto de sus compa?eros, s¨®lo llevaban el equipaje de mano. El resto de las maletas se qued¨® en el avi¨®n.
Ayer por la ma?ana, en el acceso al hotel donde fueron alojados, a las afueras de Segovia, la situaci¨®n comenz¨® a adquirir tintes dram¨¢ticos, con casos como el de una mujer que deb¨ªa asistir al funeral de su madre o el de otra con dolores debido a problemas de columna o ejecutivos con reuniones pendientes. Con l¨¢grimas en los ojos y llena de rabia, una pasajera explicaba: "Desde el s¨¢bado, intento viajar a Brasil con mi madre, de 74 a?os, que padece problemas de coraz¨®n, enferma, con fiebre alta, pero no lo conseguimos. Si le ocurre algo no s¨¦ lo que har¨¦ contra Iberia y contra todos...".
De acuerdo con el relato de algunos afectados, un pasajero habl¨® con la Embajada de Portugal en Espa?a, quien envi¨® a Segovia un autocar para que pudieran regresar a Barajas, camino que emprendieron hacia las doce del mediod¨ªa. A algunas personas se les lleg¨® a pasar por la cabeza llamar a varios taxis de Segovia, para que les devolvieran al aeropuerto, y pasar las facturas a Iberia. La idea no prosper¨®. Porque, de haberlo hecho, la ciudad se hubiera quedado sin los 48 taxis de que dispone como servicio p¨²blico.
Marcos Ramos, que piensa "poner el tema en manos de abogados por la gravedad del caso", calific¨® la situaci¨®n de "lamentable, pues no es lo que esperas de una compa?¨ªa grande y de un pa¨ªs de los primeros de la Uni¨®n Europea". Arroyo y Marqu¨¦s llegaron m¨¢s lejos en sus valoraciones: "Hab¨ªamos salido del territorio del aeropuerto y regresamos sin que nos sellaran nuestro pasaporte, lo que afecta a la seguridad de la Uni¨®n Europea, a la que pertenece Espa?a".
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