Deuda y pobreza. ?Hay soluci¨®n a la vista?
El autor reclama una soluci¨®n urgente y efectiva para condonar la deuda de los pa¨ªses pobres.
La reforma de la iniciativa de condonaci¨®n para los pa¨ªses pobres altamente endeudados (HIPC) es uno de los puntos que est¨¢n sobre la mesa de las grandes discusiones econ¨®micas en todo el mundo. Despu¨¦s de tres a?os, la iniciativa HIPC ha incumplido su promesa inicial, logrando un alivio que se ha quedado corto y ha llegado demasiado tarde. S¨®lo tres pa¨ªses se han beneficiado hasta el momento de esta iniciativa, y uno de ellos -Uganda- se vuelve a enfrentar de nuevo a una situaci¨®n insostenible de su deuda. En cuanto al resto, la mayor¨ªa tendr¨¢ que esperar al menos hasta el 2000 para poder ver alg¨²n resultado. Los Gobiernos acreedores, incluido el espa?ol, son conscientes de que la HIPC no est¨¢ dando los resultados esperados. El Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Francia han realizado propuestas para su reforma y existe un consenso en que el alivio efectivo de la deuda deber¨ªa llegar a los tres a?os, en vez de a los seis. ?stas son, sin duda, buenas noticias para pa¨ªses como Honduras, Nicaragua, Nigeria y Tanzania, que, en los actuales t¨¦rminos, no estar¨ªan calificados para la iniciativa hasta despu¨¦s del 2002.
La propuesta de lograr un alivio de la deuda m¨¢s profundo tambi¨¦n est¨¢ siendo tenida en cuenta, despu¨¦s de mucho tiempo. Cuando Mozambique se beneficie de la HIPC, a finales de este a?o, se ahorrar¨¢ s¨®lo 11 millones de d¨®lares del servicio de la deuda, sobre un total de 108millones. En un pa¨ªs donde uno de cada cinco ni?os muere antes de cumplir su quinto cumplea?os, donde la mitad de la poblaci¨®n con edad de ir a la escuela primaria est¨¢ sin escolarizar, el pago de la deuda continuar¨¢ absorbiendo m¨¢s presupuesto que el de salud y educaci¨®n primaria combinados. Definir tales situaciones como "deuda sostenible" -tal y como hace la iniciativa HIPC- es absurdo en t¨¦rminos econ¨®micos e inaceptable en t¨¦rminos morales.
El nuevo ambiente pol¨ªtico que se ha creado en relaci¨®n con el problema de la deuda refleja la fuerza de las protestas p¨²blicas y el trabajo en campa?as. Desde el ¨²ltimo mes de junio, cuando cerca de 70.000 personas formaron una cadena humana en Birmingham para pedir al grupo de los ocho pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo el perd¨®n de la deuda, los ministros de Econom¨ªa saben que est¨¢n en el punto de mira. El peligro, sin embargo, es que esta presi¨®n pol¨ªtica se vea vencida por las ofensivas de imagen puestas en marcha por los acreedores.
Por las palabras de ¨¢nimo y las propuestas de reforma, se dir¨ªa que los ministros de econom¨ªa del Norte son como un grupo de caballos sin jinete, en plena carrera: cada uno de ellos est¨¢ intentando desesperadamente defender su paquete de medidas, pero adolecen de una direcci¨®n colectiva. En lugar de soluciones reales sobre el problema de la deuda se nos ofrecen vagos t¨®picos y una llamativa ausencia de ideas coordinadas. En el caso espa?ol, tambi¨¦n existe un posicionamiento pol¨ªtico, pero las posibilidades de defenderlo han sido escasas. Si se quiere cambiar este panorama, dos son los problemas fundamentales que deben ser abordados.
Primero, los acreedores deben facilitar unos niveles de reducci¨®n de la deuda m¨¢s realistas. Actualmente, los pa¨ªses que se encuentran bajo el marco de la HIPC pueden estar dedicando hasta una cuarta parte del total de sus ingresos por exportaciones al servicio de la deuda, lo cual est¨¢ mucho m¨¢s all¨¢ de su capacidad financiera. M¨¢s a¨²n, existen reglas que definen el problema de la deuda ¨²nicamente en t¨¦rminos del ratio deuda/exportaci¨®n, cuando lo que est¨¢ impidiendo la inversi¨®n en educaci¨®n y salud es la carga que la deuda supone en el gasto p¨²blico. Por esta raz¨®n, Oxfam ha propuesto la introducci¨®n de un l¨ªmite fiscal que impida dedicar al pago de la deuda m¨¢s de un 10% de los ingresos p¨²blicos.
El segundo desafio de esta reforma es el que permita terminar con el estado de "enamoramiento" que viven la comunidad acreedora y el FMI. En la actualidad, cualquier pa¨ªs que espere recibir el alivio de su deuda tiene que haber completado antes todo un historial de ajuste estructural impuesto por el FMI. Ninguna de las propuestas de reforma presentadas desaf¨ªan este acuerdo, y alguna, como la del Tesoro de los EEUU, pretende reforzarlo.
La continua confirmaci¨®n del protagonismo del FMI supone una burla del compromiso p¨²blico realizado por los acreedores para fortalecer el v¨ªnculo entre el alivio de la deuda y la reducci¨®n de la pobreza. Designar al fondo garante de la orientaci¨®n a la pobreza de la iniciativa HIPC es tanto como organizar una fiesta y dejar a Lucrecia Borgia a cargo del carrito de las bebidas. Dejando a un lado su falta de responsabilidad y transparencia, el FMI ha priorizado siempre los objetivos monetarios sobre las metas de desarrollo humano, contribuyendo en este proceso a la reducci¨®n del gasto en salud y educaci¨®n, al desempleo y al aumento de la pobreza familiar.
Los potenciales beneficios de convertir la deuda en inversi¨®n para la reducci¨®n de la pobreza son enormes. El ?frica subsahariana gasta cuatro veces m¨¢s en deuda de lo que le costar¨ªa proporcionar a sus habitantes la educaci¨®n primaria universal. Usando el alivio de la deuda para financiar la educaci¨®n, se podr¨ªa proporcionar una oportunidad real para 40 millones de ni?os africanos que actualmente no tienen la oportunidad de ir a la escuela primaria, ayudando a sentar las bases para una recuperaci¨®n social y econ¨®mica.
En lugar de insistir en el cumplimiento de los programas de ajuste del FMI, los acreedores deber¨ªan ofrecer incentivos a los pa¨ªses pobres que transfieran los ahorros obtenidos por el alivio de la deuda a escuelas, hospitales y suministro de agua, lo que puede suponer un cambio real en las vidas de las personas. Estos incentivos tomar¨ªan la forma de reducciones de deuda mucho m¨¢s tempranas y profundas para aquellos Gobiernos que deseen hacer los compromisos necesarios, y se asegurar¨¢ que ¨¦stos sean objeto de un estrecho seguimiento.
Si queremos consolidar el v¨ªnculo entre el alivio de la deuda y la reducci¨®n de la pobreza, la relaci¨®n entre la HIPC y el FMI debe terminar. Con ello no queremos decir que el FMI no tenga utilidad alguna.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional se sienta hoy sobre un patrimonio en oro de 35 billones de d¨®lares. Al menos la mitad deber¨ªa ser vendido para afrontar con esos recursos los costes adicionales que supone una iniciativa de alivio de la deuda enfocada a la pobreza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.