El nuevo capitalismo europeo
El nuevo capitalismo europeo se caracteriza por la b¨²squeda del tama?o adecuado para competir en el mercado global. Se necesitan grandes grupos europeos para rivalizar con la concentraci¨®n norteamericana, con las empresas japonesas y con los gigantescos fondos de pensiones que, en ¨²ltima instancia, son los mayores propietarios de las sociedades. En los ¨²ltimos tiempos se asiste a una oleada de fusiones y adquisiciones en la Uni¨®n Europea, algunas de las cuales (la oferta p¨²blica de adquisici¨®n de acciones de la BNP sobre Paribas y Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale; la OPA de Olivetti sobre Telecom Italia) no son precisamente amistosas. Seg¨²n datos de la empresa de estudios Securities Data, durante el primer trimestre del a?o, el total de anuncios de fusiones y compras de empresas europeas sum¨® 345.000 millones de d¨®lares, el volumen m¨¢s alto registrado en la historia. Esta cifra barri¨® el anterior r¨¦cord, del ¨²ltimo trimestre de 1998, que sumaba 196.300 millones de d¨®lares, y supera m¨¢s del 50% del total de las fusiones que se realizaron a lo largo del ejercicio anterior. Estos datos no contemplan ni el intento de BNP, ni la alianza entre Renault y Nissan, ni, por supuesto, la operaci¨®n m¨¢s impactante de todas: la fusi¨®n entre Deutsche Telekom (DT) y Telecom Italia (TI).
El pasado jueves se anunciaba en Londres el acuerdo para fusionar DT y TI, en lo que constituir¨ªa el primer grupo paneuropeo de telecomunicaciones, apodado Supertelecom mientras se encuentra un nombre m¨¢s adecuado. Cuando se haga realidad esta fusi¨®n, pendiente de la aprobaci¨®n de sus juntas generales de accionistas, Europa dispondr¨¢ de un grupo de telecomunicaciones capaz de competir con las megaempresas norteamericanas y japonesas. Supertelecom ser¨¢ una sociedad cuya capitalizaci¨®n burs¨¢til supera los 173.000 millones de d¨®lares, con una facturaci¨®n de 71.000 millones de d¨®lares, 300.000 empleados, 100 millones de clientes y 33 millones de suscriptores a su telefon¨ªa m¨®vil. Si la empresa supera los problemas que tiene para constituirse (de propiedad, regulatorios y de recomposici¨®n de alianzas) habr¨¢ que sustituir algunos de los paradigmas que se consideraban hasta ahora como inmutables en el sector de las comunicaciones:
- Que las combinaciones entre antiguos monopolios telef¨®nicos en Europa eran imposibles de llevarse a cabo.
- Que los acuerdos entre compa?¨ªas telef¨®nicas europeas deb¨ªan tener necesariamente un brazo norteamericano; el caso de British Telecom con AT&T, o de la brit¨¢nica Vodafone para comprar la estadounidense Airtouch y constituir un gigante mundial de la telefon¨ªa m¨®vil.
- Olivetti, que aspiraba a quedarse con TI a trav¨¦s de una OPA hostil, puede pasar de cazador a cazado despu¨¦s del anuncio entre DT y TI.
- Italia ser¨¢ un campo de batalla excepcional, dentro de una Europa en la que DT ha tomado la iniciativa marginando a la otra grande, France T¨¦l¨¦com; en ese pa¨ªs competir¨¢n las dos principales telef¨®nicas alemanas, DT y Mannesmann AG, que tiene una importante participaci¨®n en el negocio de telecomunicaciones de Olivetti.
- La siguiente fase despu¨¦s de la fusi¨®n DT-TI ser¨¢, parad¨®jicamente, la de privatizar la entidad resultante; en estos momentos, el Estado alem¨¢n sigue siendo el propietario de tres cuartas partes del capital de DT (el 74%), mientras el Estado italiano a¨²n posee el 3,4% de TI. Este ¨²ltimo no ha hecho uso de la golden share, a la que ten¨ªa derecho, para evitar la fusi¨®n de las dos telef¨®nicas, pese a que el capital alem¨¢n ser¨¢ mayoritario (56%, frente a un 44% italiano) en la entidad resultante.
- La fusi¨®n obligar¨¢ a moverse a las hom¨®logas europeas: ?qu¨¦ har¨¢n BT, France T¨¦l¨¦com y Telef¨®nica para ganar tama?o y adoptar medidas defensivas para evitar ser absorbidas? Las empresas norteamericanas y japonesas tambi¨¦n habr¨¢n de redise?ar sus estrategias internacionales: a partir de ahora, ya existe competencia europea capaz de resistir a los imperialistas del otro lado.
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