La tenacidad de un peri¨®dico en el exilio
Aunque sus instalaciones en Pristina fueron destruidas, el 'Koha Ditore' se reparte entre los refugiados kosovares
ENVIADA ESPECIALNo es la imagen de la desolaci¨®n ni de la angustia. No ha saturado trenes o caminado d¨ªas para escapar al terror desatado en la provincia serbia de Kosovo. No ha cruzado f¨ªsicamente ninguna frontera. Pero es un exiliado m¨¢s. Las cenizas del peri¨®dico m¨¢s importante en lengua albanesa de Kosovo, Koha Ditore (Noticias Diarias) han volado desde Pristina hasta posarse sobre Macedonia para convertirse en uno m¨¢s de los cientos de miles de deportados de la brutal limpieza ¨¦tnica desatada por el r¨¦gimen de Milosevic.
Con el principio de la guerra lleg¨® el final de Koha Ditore. La noche anterior a que las fuerzas aliadas de la OTAN emprendieran sus ataques a¨¦reos sobre Yugoslavia, para todos y cada uno de los miembros de este peri¨®dico albanokosovar comenz¨® su propia lucha. Unos morir¨ªan en ella. De otros no se sabe d¨®nde est¨¢n. Es el caso de Veton Surroi, el due?o del diario y uno de los negociadores albanokosovares en las conversaciones de paz de Rambouillet. Pero los que consiguieron escapar est¨¢n plantando batalla.
Era el 23 de marzo y las fuerzas especiales serbias, enmascaradas, entraron en la redacci¨®n de Koha Ditore. Asesinaron al portero. Luego destrozaron todas las dependencias. Por ¨²ltimo, la marca final: el fuego. Un memoricidio m¨¢s en una d¨¦cada plagada de ellos. El n¨²mero 666 de Koha Ditore nunca saldr¨ªa a la calle. "Dej¨® de tener sentido seguir resistiendo", dice Baton Haxhiu, redactor jefe de Koha Ditore. "Ninguno sab¨ªamos nada de los otros, nos quedamos incomunicados, las fuerzas serbias cortaron los tel¨¦fonos", relata. Cuatro d¨ªas antes del primer ataque a¨¦reo aliado sobre Yugoslavia, las autoridades serbias intentaron cerrar el diario aplicando la draconiana ley de prensa que rige sobre todo el pa¨ªs. El Ministerio de Informaci¨®n serbio acus¨® al peri¨®dico de "incitaci¨®n al odio ¨¦tnico y religioso" y de "intolerancia hacia los grupos ¨¦tnicos minoritarios en la provincia serbia de Kosovo".
Todo ello como consecuencia de unas declaraciones recogidas por el peri¨®dico en las que el negociador del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK) en Rambouillet, Hashim Thaqi, afirmaba que "los ciudadanos sufr¨ªan cada d¨ªa en cada rinc¨®n de Kosovo el ataque directo del Ej¨¦rcito yugoslavo, que estaba quemando, masacrando y aterrorizando pueblos enteros". Como consecuencia de tales acusaciones se impuso a Koha Ditore una multa de m¨¢s de un mill¨®n de pesetas. Nunca lleg¨® a pagarse. El fuego fue m¨¢s efectivo que las medidas legales para acallar la libertad de prensa.
Fue tal la desbandada y el caos que se produjo tras la destrucci¨®n del peri¨®dico, que se lleg¨® a dar por muerto a Haxhiu. La OTAN confirm¨® que hab¨ªa sido ejecutado por las fuerzas serbias y su esquela apareci¨® publicada en todo el mundo. "Me enter¨¦ de mi muerte a trav¨¦s de la radio en un s¨®tano de Pristina", y a?ade que fue muy duro no poder decir a nadie, ni a su mujer ni a sus hijos, que no era cierto. Que segu¨ªa vivo. Finalmente, escap¨® de Pristina. Con la vista puesta en la frontera de Macedonia, entr¨® por el puesto de Jazince el d¨ªa 6 de abril. "Cruc¨¦ la frontera pasadas las once de la noche. A las dos de la madrugada ya ten¨ªa escrito el plan para comenzar a editar el peri¨®dico en este pa¨ªs".
En menos de 20 metros cuadrados, con s¨®lo 12 ordenadores y algo m¨¢s de 20 periodistas, se hace realidad en Tetovo desde el pasado 26 de abril un ambicioso proyecto: informar a los cerca de 80.000 refugiados albanokosovares que est¨¢n prisioneros en los campos de Macedonia. Con una tirada de 10.000 ejemplares que casi nunca sobrepasan las 16 p¨¢ginas, Koha Ditore se reparte gratuitamente entre los refugiados. "No estamos muertos; a pesar de arrastrar la condici¨®n de deportados, vamos a mantener vivo el esp¨ªritu de Kosovo", dice un redactor que asegura que el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida como periodista fue cuando vio a los refugiados hacer cola para recoger el peri¨®dico antes que el pan.
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