?Privado o p¨²blico?

JOS? LUIS MERINO En la Sala Rekalde de Bilbao se presenta la exposici¨®n sobre proyectos del arquitecto ingl¨¦s Michael Wilford y Asociados. El proyecto estrella es el de la Estaci¨®n Intermodal de Abando. El montaje de la exposici¨®n es impecable. Se inicia con atractivo desde el arranque del escaparate, con un juego inclinado de espacios, y luego en el vest¨ªbulo las inclinaciones persisten, para dar acceso a los paneles y maquetas, m¨¢s las proyecciones de diapositivas. Mientras recorr¨ªa el estudio de los proyectos, tuve la oportunidad de ir acompa?ado por varios arquitectos bilba¨ªnos. Les ped¨ª opini¨®n sobre la Estaci¨®n Intermodal de Abando. De entrada, uno de esos arquitectos cre¨ªa firmemente que el primer proyecto, el que dise?¨® James Stirling, era m¨¢s sencillo, porque no se daba tanto sobredimensionamiento como el que ultimaba Michael Wilford en esa sala. Como inciso necesario digamos que Wilford fue ayudante de Stirling durante muchos a?os. Socio ayudante, para ser exactos. La carrera de Stirling fue extraordinaria desde sus inicios en 1950 hasta su muerte, acaecida en 1992. En 1981 le otorgaron el Premio Pritzker. Con estos antecedentes, cabe preguntarse sobre los motivos que han inducido a dejar a un lado el proyecto gestado por Stirling, para dar paso al de Wilford. No creemos que la desaparici¨®n del propio Stirling fuera determinante, puesto que los dos arquitectos hac¨ªan un t¨¢ndem muy bien avenido, seg¨²n todas las apariencias... La continuaci¨®n de esos puntos suspensivos nos lleva a consignar la recalcaci¨®n de lo notorio. O sea, por necesidades de orden financiero se busca introducir superficies comerciales,viviendas, un hotel y lo que haga falta. Todo ello conduce a la sobredimensionalidad y a un alto costo econ¨®mico. En lo estrictamente arquitect¨®nico, otro de los arquitectos que me acompa?aban apunt¨® que lo que en el dibujo de la planta del edificio Intermodal estaba muy bien resuelto, sin embargo en lo que era volumen, es decir, en la maqueta completa y en la maqueta trasversal, no aparec¨ªa tan claro. A su juicio no se denotaban en esas maquetas las diferencias de nivel entre los arranques de las calles Bail¨¦n y Hurtado de Am¨¦zaga. Esto es verdad. Lo comprob¨¦. La pregunta que le viene a la mente a cualquiera de nosotros se afinca en si se har¨¢ realidad alg¨²n d¨ªa este proyecto. No es una tonter¨ªa plante¨¢rselo, puesto que esta historia lleva doce a?os "galopando" en los despachos de nuestros pol¨ªticos. La pregunta mentada procrea otras nuevas preguntas. ?Es perentoriamente necesaria la Intermodal?, ?hay acuerdo s¨®lido entre todos los partidos?, ?no lo hay, porque alguno de ellos esgrime el proyecto como triunfo por sobre los dem¨¢s partidos?, ?al final se llevar¨¢ a efecto para que algunos partidos puedan decirse entre ellos, "para ti Abandoibarra y para m¨ª la Intermodal"? ?bajo qu¨¦ suerte de obligatoriedad lo privado se introduce en el ¨¢mbito de lo p¨²blico?... Por ser dif¨ªcil despejar esas inc¨®gnitas, queden en el recuerdo unos versos del poeta brit¨¢nico W.H. Auden: Los rostros privados en los lugares p¨²blicos Son m¨¢s sabios y m¨¢s amables Que los rostros p¨²blicos En los lugares privados.