Un "bateau-mouche" surca el Urumea
El bateau-mouche a la donostiarra es una sencilla chalana. Aqu¨¦l se desliza por el Sena parisino; ¨¦ste, por el r¨ªo Urumea. S¨¢lvense las proporciones y las distancias, pues San Sebasti¨¢n tambi¨¦n quiere remedar, en otro modo m¨¢s humilde, los paseos fluviales por la Grande-Rue de la capital francesa. La Asociaci¨®n de Amigos Usuarios del r¨ªo Urumea y la Casa de Cultura de Loiola han puesto en marcha un programa de excursiones did¨¢cticas para escolares con el ¨¢nimo de revitalizar el r¨ªo Urumea. Es como retroceder m¨¢s de siete d¨¦cadas de historia y situarse en el calendario de 1923, cuando estaban en pleno esplendor las excursiones fluviales entre la desembocadura mar¨ªtima y el barrio de Loiola, antes incluso de ejecutarse la gran obra de encauzamiento. Despu¨¦s de muchos a?os de arrinconamiento y maltratos ecol¨®gicos, los ciudadanos donostiarras tienen ahora la oportunidad de darle la cara al Urumea. La iniciativa que han ideado los vecinos de Loiola pretende sacar al descubierto "los tesoros que se esconden entre las m¨¢rgenes" del r¨ªo. Hasta ayer, promovieron campa?as de sensibilizaci¨®n, fiestas y romer¨ªas y patrullas ciudadanas de limpieza cuya respuesta fue tan minoritaria que tuvieron un efecto testimonial. Con la organizaci¨®n de estos paseos educativos por el Urumea tienen garantizada la asistencia de los alumnos de los colegios Aranzazuko Ama, de Martutene, y La Salle, de Loiola. Estas visitas guiadas tienen un presupuesto de un mill¨®n de pesetas. Y no descartan, si el resultado es exitoso, transformar esta experiencia en un escaparate tur¨ªstico de la ciudad. Una humilde chalana cedida por la Kutxa sirve como medio de transporte. Es una peque?a lancha de fondo plano, con una proa aguda y una popa cuadrada, que se adec¨²a perfectamente a las aguas de poca profundidad. Esta embarcaci¨®n a motor tiene capacidad para cargar a 20 chavales, a quienes acompa?a siempre un monitor encargado de aleccionarles con explicaciones sobre la flora y fauna del r¨ªo, as¨ª como de los paisajes que se atisban m¨¢s all¨¢ de las orillas. Los primeros excursionistas,escolares entre seis y catorce a?os, pertrechados con chalecos salvavidas, pisaron tierra resoplando de satisfacci¨®n, como si las tres horas que dura el trayecto (45 minutos sobre el agua) escondieran una gran aventura por la selva amaz¨®nica. "Por extra?o que parezca, desde dentro apenas se ve cemento. El recorrido est¨¢ plagado de vegetaci¨®n, y discurre entre ca?avelares, ¨¢rboles y huertas", explica Jon Urbieta, responsable de la Casa de Cultura de Loiola. Los estudiantes trasladan al aula los conocimientos adquiridos sobre el terreno. El programa educativo se completa con proyecciones de diapositivas y mediciones de agua en el laboratorio. Por el "agua delgada y sutil" (significado del top¨®nimo Urumea), los ni?os recorren las aguas al modo en que durante la Edad Media los comerciantes donostiarras transportaban en gabarras las venas de hierro de Somorrostro a las ferrer¨ªas de Hernani para bajar de all¨ª los productos del campo a la ciudad. Durante el recorrido se observan a¨²n hoy esbozos de algunos astilleros, viejos embarcaderos o una antigua f¨¢brica de anclas en Hernani. 50 kil¨®metros El r¨ªo Urumea, cuyo origen est¨¢ en los manantiales navarros de Leiza y Ezkurra, se entretiene hasta llegar a la mar durante 50 kil¨®metros. En su extremo m¨¢s pr¨®ximo al Cant¨¢brico, actualmente sirve como campo de regateo para embarcaciones deportivas de banco m¨®vil y fijo. En una ¨¦poca reciente fue castigado por los vertidos incontrolados y se dud¨® de su salubridad porque exhalaba un olor insoportable cuando el cauce quedaba en seco. Hoy est¨¢ fuera de peligro gracias al cuidado medioambiental que recibe. Esta v¨ªa fluvial en constante transformaci¨®n pretende convertirse en un medio transitado por todos los escolares donostiarras.
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