?Final de partida?
Cuando puede, aunque no es del todo seguro, haberse entrado en esa fase que se suele definir como el final de partida, la supervivencia pol¨ªtica de Milosevic, al menos por un tiempo, se da ya no s¨®lo como pr¨¢cticamente por supuesta, sino como condici¨®n de este final negociado. Es el precio que hay que pagar por el cansancio occidental -las democracias medi¨¢ticas llevan mal este tipo de guerra-, por una estrategia que no ha dado los resultados esperados, por no querer una operaci¨®n terrestre y por volver a atraer a Rusia al terreno de la cooperaci¨®n, pues a corto plazo no parece ser compatible que Rusia juegue un gran papel en la salida de esta crisis con la de que el de Milosevic sea nulo. Es ¨¦ste uno de los pactos impl¨ªcitos en el preacuerdo del G-8, si el bombardeo de la Embajada china en Belgrado o una inesperada reacci¨®n del propio presidente yugoslavo no echan por tierra este proceso.El final no est¨¢ a¨²n definitivamente escrito, pero Clinton ha afirmado que ya no busca una "victoria total". Tal victoria hubiera consistido no s¨®lo en alcanzar los cinco objetivos "irrenunciables" definidos por los aliados -y que podr¨ªan resumirse en el regreso de los refugiados a Kosovo en condiciones de seguridad-, sino tambi¨¦n ganar estabilidad para el conjunto de la regi¨®n, lo que implicar¨ªa el derrumbamiento interno del r¨¦gimen de Milosevic (y de rebote, de otros en la zona). ?se era el objetivo no declarado de la OTAN en un principio. Como ha se?alado Carlos Westendorp, alto representante internacional para Bosnia, a Milosevic "no podemos permitirnos no vencerle", con la idea -o, m¨¢s bien, el deseo- de que una vez vencido dominar¨ªan las fuerzas moderadas en la regi¨®n. Sin embargo, conseguir este objetivo directamente implicar¨ªa seguir la guerra, e incluso cambiarla de car¨¢cter.
El escenario que se est¨¢ dise?ando estos d¨ªas por los aliados podr¨ªa definirse como "no perder, pero no ganar", aunque la OTAN, y especialmente Clinton, intentar¨ªan darle una apariencia de victoria, si buena parte de las fuerzas serbias se retiran de Kosovo, y all¨ª se instala una administraci¨®n y un despliegue internacionales para proteger lo que ser¨¢ un ca¨®tico y no completo regreso de los refugiados. Todos est¨¢n cediendo en esta situaci¨®n: EEUU, la OTAN y Rusia. Falta Milosevic.
?ste seguir¨ªa. Pero con la esperanza occidental de que, sin bombardeos, en una Serbia, o Yugoslavia, econ¨®mica y pol¨ªticamente aislada y rodeada por pa¨ªses a los que llega ayuda, los serbios acabar¨ªan por ver que no tienen futuro con Milosevic. Por ah¨ª se pod¨ªa haber empezado. Ahora, es la teor¨ªa de que hay salvar temporalmente a Milosevic no s¨®lo para detener los bombardeos sino porque s¨®lo entonces se crear¨ªan las condiciones de su eventual ca¨ªda. Habr¨ªa que dar tiempo al tiempo y ayudar a la oposici¨®n.
Milosevic, con muchas de sus fuerzas enteras, y a pesar del importante despliegue de la OTAN en los pa¨ªses lim¨ªtrofes, tendr¨ªa a¨²n capacidad de hacer da?o, de desestabilizar, por ejemplo, Montenegro o Bosnia. Lo que obligar¨ªa a plantear dentro de un tiempo una nueva acci¨®n militar por parte de la OTAN, con todas sus consecuencias. Es decir, en todo caso una nueva partida sobre un tablero u otro, para una victoria aplazada. Quiz¨¢s sea lo inevitable. Pero de momento la OTAN habr¨ªa emitido as¨ª un mensaje confuso, pues doble: por una parte que en Kosovo se ha trazado una raya roja que no deb¨ªa haber cruzado Milosevic; por otra que Occidente tiene un fallo importante de liderazgo (en cualquier caso, est¨¢ muy claro que lo tiene, en Estados Unidos y en Europa) y de estrategia.
De momento, Milosevic ha conseguido su Objetivo Demogr¨¢fico. Ya antes de la guerra corr¨ªa un chiste macabro: Rugova le pregunta al presidente yugoslavo: "?Por qu¨¦ los montenegrinos, que son 600.000, son una Rep¨²blica dentro de Yugoslavia, y nosotros, los kosovares, que somos dos millones, s¨®lo somos una provincia de Serbia?". "Cuando sean 600.000 en Kosovo, ser¨¢n una Rep¨²blica", le replic¨® Milosevic. Ya casi lo son.
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