Quo vadis?
A la sombra de su limonero, el nuevo emperador de Sevilla ha escrito con la letra virtual de las nuevas tecnolog¨ªas una de romanos. Ni a Castillo Lastrucci se le hubiera ocurrido mejor misterio. Hemos pasado de la sentencia del muro de Bustos Tavera a la bofet¨¢ sin manos que su egolatr¨ªa acaba de darle a la inteligencia de los sevillanos. Alejandro aspira a ser un cl¨¢sico. Pero le falta la prudencia de Marco Aurelio y le sobra la osad¨ªa de los b¨¢rbaros. Con esta pel¨ªcula que acaba de montarse para enjaezar su candidatura a la alcald¨ªa de Sevilla se le ha visto el plumero de su casco. Entre trajanos y trajines se mueve la historia de este prestidigitador de la pol¨ªtica. Lo mismo le ense?a la Buhaira a Almutamid sin acordarse de las calabazas populares que le dieron al proyecto original que no se corta un pelo cuando le dice a Trajano que el Estadio Ol¨ªmpico es el mejor del mundo. Prudencia, Alejandro, c¨®rtate un poquito, aparca la moto en la zona azul de la marquesa azul y ponte a medir la realidad de las cosas con el metro que no tienes y Sevilla no disfruta. Hay tantos d¨ªas por estrenar que desconozco la raz¨®n de por qu¨¦ viajas al pasado para ganarte el futuro. Los mejores resultados electorales los obtuviste cuando te aconsej¨® la prudencia y dejaste el culto a la personalidad para otros c¨¦sares, como, por ejemplo, el c¨¦sar b¨¦tico del otro estadio de la ciudad. En aquellas campa?as hab¨ªa ideas, no pel¨ªculas de romanos. Hab¨ªa ingenio, no moros en la costa de Puerto Triana. ?Cu¨¢l es el miedo que te empuja a meterte en el gale¨®n de la historia para navegar al pairo de los bucaneros electorales? Menos rollo virtual y m¨¢s manteca al bollo de la pol¨ªtica municipal. B¨¢jate del globo que te inflan tus creativos y al¨¦jate de la sombra del limonero que, a lo peor, no te deja ver el bosque de las cosas de la ciudad. A Trajano d¨¦jalo en It¨¢lica con Verdugo y Paco V¨¦lez que, a pesar de la consejera feminista Poyato, es donde mejor trato le dan. No m¨¢s pel¨ªculas de romanos. Que a este paso, cuando te tomes la cervecita en La Alicantina, hasta el Mart¨ªnez Monta?¨¦s de El Salvador se va a bajar del pedestal para preguntarte ?Quo vadis, Alejandro?J. F?LIX MACHUCA
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.