El PSOE aspira a dibujar un mapa auton¨®mico "m¨¢s plural"
El PP gobierna en 12 de las 17 comunidades tras el vuelco de 1995, cuando gan¨® Asturias, La Rioja, Madrid, Murcia y Valencia
El PSOE tratar¨¢ el 13 de junio de romper la hegemon¨ªa del PP en la mayor¨ªa de las comunidades, que, con un poder creciente, manejan ya m¨¢s de 10,5 billones de pesetas en sus presupuestos. As¨ª se har¨¢ "m¨¢s plural" el mapa, seg¨²n Ram¨®n J¨¢uregui, su secretario de Pol¨ªtica Auton¨®mica, que considera tambi¨¦n muy importante acabar con la imagen de que los socialistas s¨®lo representan "a la Espa?a del Sur".Los populares gobiernan ahora en 12 de las 17 comunidades, si bien en Canarias lo hacen junto a los nacionalistas de Coalici¨®n Canaria. Las excepciones son Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha y Extremadura, cuyos presidentes son socialistas, as¨ª como Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, que tienen a su frente a los nacionalistas desde el inicio del proceso auton¨®mico, en 1980. As¨ª, pues, al PP s¨®lo le corresponde defender las posiciones tomadas.
En las anteriores elecciones, las de mayo de 1995, los populares volcaron absolutamente la situaci¨®n. El PSOE, que desde la generalizaci¨®n del Estado de las Autonom¨ªas, en 1983, hab¨ªa mantenido un claro dominio, sufri¨® una estrepitosa derrota. Entonces, cuando, como ahora, se disput¨® el poder en 13 de las 17 comunidades, las llamadas de v¨ªa lenta -las otras son Andaluc¨ªa, Catalu?a, Euskadi y Galicia-, los socialistas s¨®lo retuvieron Castilla-La Mancha y Extremadura y por m¨¢rgenes muy ajustados. Por consiguiente, perdieron Asturias, La Rioja, la Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia, que pasaron a manos de sus adversarios directos.
La rotundidad de la victoria del PP qued¨® a¨²n m¨¢s de manifiesto al haber logrado la mayor¨ªa absoluta en tres de ¨¦stas, La Rioja, Madrid y Murcia, as¨ª como su revalidaci¨®n en Baleares y Castilla y Le¨®n, donde ya la ten¨ªan. Pero, adem¨¢s, los populares arrebataron el Gobierno a los regionalistas en Cantabria y alcanzaron, aliados con el Partido Aragon¨¦s (Par), la presidencia de Arag¨®n. Asimismo, entraron en el Ejecutivo canario con CC. Meses despu¨¦s incluso redondearon su ¨¦xito al obtener el de Navarra tras estallar un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que afect¨® a su presidente, el socialista Javier Otano.
El coordinador nacional del PP, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, y J¨¢uregui, coinciden en que la cita de junio no ofrecer¨¢ la rotundidad de la de 1995, cuando los populares se hicieron hegem¨®nicos. Pero tampoco marcar¨¢ un vuelco en la direcci¨®n socialista. Al menos, eso afirma J¨¢uregui: "No van a alterar sustancialmente el mapa electoral. No va a haber un resultado que permita abrigar esa expectativa". "No son ¨¦stas unas elecciones de cambio. Van a tener un cariz muy plano", advierte, a su vez, Garc¨ªa Escudero.
No obstante, el propio Garc¨ªa Escudero admite que el PP puede resultar perjudicado en algunas comunidades por los posibles pactos del PSOE con Izquierda Unida (IU) y las formaciones regionalistas. J¨¢uregui lo dice de otro modo: "El resultado de 1995 fue an¨®malo. Aquellas elecciones se produjeron en el peor momento del PSOE". Los socialistas basan sus expectativas, en principio, en alcanzar la mayor¨ªa absoluta en las dos comunidades que gobiernan, Castilla-La Mancha y Extremadura, en las que jugar¨¢n a fondo la baza del prestigio de sus respectivos presidentes, Jos¨¦ Bono y Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra. En la tercera, Andaluc¨ªa, no habr¨¢ ahora comicios al ser una de las de v¨ªa r¨¢pida, cuyos presidentes tienen competencia para convocarlos libremente. Sin embargo, los populares no dan por perdida la partida ni ante Bono ni frente a Rodr¨ªguez Ibarra. En Castilla-La Mancha, el PSOE s¨®lo aventaj¨® al PP por dos esca?os en 1995 y en Extremadura lo hizo por cuatro. "Nos lo jugamos a cara o cruz", aventura Garc¨ªa Escudero.
Por contra, la divisi¨®n del centro-derecha en dos partidos en Asturias tras el enfrentamiento entre su presidente, Sergio Marqu¨¦s, que ha creado recientemente la Uni¨®n Renovadora Asturiana (Uras), y la direcci¨®n nacional del PP permite confiar a los socialistas en recuperar el Gobierno de esta comunidad, con una importante tradici¨®n de izquierda. Tambi¨¦n esperan mucho de la potencia de su candidato, el hasta ahora alcalde de Gij¨®n, Vicente ?lvarez Areces. En definitiva, aspiran a ser la formaci¨®n m¨¢s votada y recuperar la presidencia con el apoyo de IU, el mismo que no consigui¨® hace cuatro a?os.
Seg¨²n las posibilidades, Canarias es la siguiente comunidad en la que el PSOE espera desalojar al PP del Gobierno, aunque, en realidad, s¨®lo lo comparta con CC, la primera fuerza del archipi¨¦lago. Los esc¨¢ndalos que han afectado a los populares en Tenerife animan a los socialistas a remontar los dos esca?os con los que los populares les superaron en 1995. En cambio, ¨¦stos creen que los casos suscitados no van a afectarles finalmente.
Las bazas del PSOE en Baleares, donde cuenta con acuerdos con los partidos regionalistas de Ibiza y Formentera, pasan por quebrar la mayor¨ªa absoluta que ostenta el PP.
Un caso similar es el de Madrid, donde IU podr¨ªa completar la mayor¨ªa del PSOE, apoyado por Nueva Izquierda, si el candidato popular no ganase de forma absoluta. "Lo cierto, aunque Alberto Ruiz-Gallard¨®n no se lo crea, es que tenemos expectativas", avisa J¨¢uregui.
La clave en Arag¨®n est¨¢ en el Par. Los socialistas aguardan a que sus conflictos con el PP le animen a cambiar de pareja. Pero, en cualquier caso, ellos tendr¨ªan que reducir dr¨¢sticamente la ventaja de ocho esca?os que tienen los populares.
En Cantabria los socialistas lo f¨ªan todo a la fuerza de su candidato, ?ngel Duque, actual alcalde de Camargo, para superar los tres esca?os en que les superan los populares.
En las restantes comunidades las expectativas socialistas se reducen. En Navarra podr¨ªan conseguir una mayor¨ªa con Convergencia Democr¨¢tica Navarra y los nacionalistas vascos, pero su candidato, Juan Jos¨¦ Lizarbe, se ha comprometido a no recabar apoyos de Herri Batasuna.
En La Rioja, Murcia y Castilla y Le¨®n el cambio est¨¢ muy dif¨ªcil y el PP cree que repetir¨¢ su mayor¨ªa absoluta. Lo mismo sucede en la Comunidad Valenciana, tradicionalmente socialista, pero donde ahora los populares dominan por diez esca?os y, adem¨¢s, tienen el respaldo de Uni¨®n Valenciana.
Eso s¨ª, el PSOE y el PP tambi¨¦n coinciden en que estas elecciones no marcar¨¢n la pauta de las generales, el a?o 2000, ni se ver¨¢n afectadas por factores externos, como la renuncia de Jos¨¦ Borrell a ser el oponente socialista de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ya que en ellas tanto los candidatos como el territorio tienen un papel crucial.
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