Argentina coquetea con el d¨®lar
Los ataques contra el peso reavivan los deseos del Gobierno de Menem de dolarizar la econom¨ªa
En econom¨ªa, los deseos no siempre se confunden con la realidad y ¨¦sta indica que la solidez del particular modelo argentino puesto en pie por el presidente Carlos Menem tiene algunas grietas. La m¨¢s importante es la confianza. "No existe confianza plena por parte del inversor en que el r¨¦gimen de convertibilidad se mantendr¨¢ en el tiempo, siendo ¨¦sta la raz¨®n por la que el peso no puede ser una moneda plena", ha dicho el presidente del Banco Central, Pedro Pou.La econom¨ªa argentina vive d¨ªas de inquietud, a pesar del cierre de filas en torno a la paridad monetaria. Daniel Montanat, ex presidente de la petrolera YPF, estima "preocupante" el hecho de que "todo el mundo tiene que salir a defender la convertibilidad" y advierte que "en el exterior esto se percibe como una muestra de voluntarismo". Si la convertibilidad est¨¢ seriamente amenazada, ?cu¨¢l es la alternativa? ?Devaluaci¨®n? Ni mencionarla. ?Entonces? La receta que empieza a ganar adeptos se llama dolarizaci¨®n. En palabras de Pou, "adoptar de jure lo que ya existe de facto".
La fuerte presencia de la moneda estadounidense en la econom¨ªa argentina es incuestionable, seg¨²n muestran las cifras. "De los 80.000 millones en dep¨®sitos en el sistema bancario, 34.000 millones son en pesos, y 44.000 millones, en d¨®lares, lo que significa que el 57% de los dep¨®sitos (14% del PIB) est¨¢ en d¨®lares", explica Ernesto Gava, economista jefe del departamento de estudios del BBV-Banco Franc¨¦s. "Los pr¨¦stamos totales ascienden a 81.000 millones, de los que 28.000 est¨¢n en pesos, y 53.000, en d¨®lares (66%). De los pr¨¦stamos hipotecarios, el 61% est¨¢ en d¨®lares. La deuda del Gobierno asciende a 113.000 millones, de los que 104.000 son en d¨®lares. Adem¨¢s, hay unos 25.000 millones de d¨®lares en obligaciones negociables del sector privado (bonos on)".
El contagio del real
El primero en lanzar la idea de la dolarizaci¨®n fue el presidente Menem. Lo hizo el pasado 14 de enero en respuesta a quienes pronosticaban que la devaluaci¨®n del real brasile?o arrastrar¨ªa al peso argentino. "Fue un mensaje fort¨ªsimo a los mercados. Logramos despejar la discusi¨®n de la devaluaci¨®n", dice Jorge Campbell, secretario de Estado para Asuntos Econ¨®micos Internacionales. El jefe del Estado ya hab¨ªa utilizado la misma t¨¦cnica de huida hacia adelante en ¨¦poca de turbulencias. "Recuerde diciembre de 1997, en plena crisis asi¨¢tica. Nadie sab¨ªa qu¨¦ iba a pasar. Parec¨ªa que el sistema financiero mundial iba hacia el colapso. El presidente Menem propuso una moneda com¨²n para el Mercosur. El mensaje pol¨ªtico fue: frente a la crisis, m¨¢s Mercosur. Y funcion¨®".
Buena parte de la prensa argentina se?ala las declaraciones del financiero-especulador George Soros de la semana pasada -"el peso est¨¢ sobrevalorado"- como el desencadenante del actual clima de incertidumbre sobre el futuro de la convertibilidad. Pero los problemas vienen de antes. El Gobierno tiene dificultades para cumplir los pactos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y decidi¨® recortar gastos en educaci¨®n, lo que provoc¨® la dimisi¨®n de la ministra del ramo y protestas estudiantiles en todo el pa¨ªs. Acosado en la calle y en el Parlamento, el Gobierno dio marcha atr¨¢s. "A estos elementos hay que a?adir la devaluaci¨®n del real brasile?o, que introdujo un problema de competitividad en Argentina, y la ausencia de fortaleza del euro respecto del d¨®lar hasta el momento", subraya Ernesto Gava. "Todo ello cre¨® un estado de sospecha sobre la convertibilidad. El mercado de capitales empez¨® a reaccionar con la idea de que Argentina iba a devaluar".
El problema de competitividad se sit¨²a en torno al 15%, seg¨²n el FMI, despu¨¦s de la devaluaci¨®n del real y teniendo en cuenta la fortaleza del d¨®lar. "En otras palabras, el peso estar¨ªa sobrevalorado en un 15%, lo que significa que un exportador argentino tiene una desventaja del 15% en relaci¨®n a otro exportador". En opini¨®n de los analistas del departamento de estudios del BBV, el problema de la competitividad no se arregla devaluando.
"La devaluaci¨®n ser¨ªa una cat¨¢strofe econ¨®mica y social", sostiene Gava. "Se producir¨ªa un efecto cascada: la empresa no puede pagar el pr¨¦stamo, el banco no lo puede cobrar, la familia que cobra el salario en d¨®lares tiene un pr¨¦stamo hipotecario y le van a ejecutar la vivienda por el grado de dolarizaci¨®n que hay...".
Campbell admite que para sostener la convertibilidad hay que elevar la competitividad y en un a?o electoral la tarea adquiere mayor dificultad. Pero por encima de la opini¨®n de economistas y periodistas pone la de los empresarios. "Los espa?oles, por ejemplo, ya han expresado y expresan permanentemente cu¨¢l es su opini¨®n de la econom¨ªa argentina, ya que invierten en Argentina y siguen invirtiendo.
Reformas econ¨®micas
Para ganar competitividad hay que hacer importantes reformas en la econom¨ªa. "Es un proceso que no termina nunca", apunta Campbell. La gran reforma pendiente, coinciden diversos especialistas, es poner freno a la evasi¨®n fiscal, que obliga a mayores impuestos e iniquidades empresariales. El vicecanciller econ¨®mico cree que la evasi¨®n es un problema cultural. "Argentina est¨¢ aprendiendo a pagar impuestos en los ¨²ltimos a?os". Gava a?ade que "el origen del problema es que los argentinos no creen en su propia moneda por razones hist¨®ricas". El economista jefe del BBV las llama reformas de segunda generaci¨®n. "Las de primera fueron la apertura econ¨®mica con las privatizaciones, liberalizaci¨®n y las nuevas reglas de juego. Las de segunda generaci¨®n son las estructurales".
La fuga de capitales y la evasi¨®n fiscal son parte de los problemas estructurales de la Argentina de bajo ahorro interno y que tienen soluciones muy lentas. Esto comenz¨® en la ¨¦poca de la hiperinflaci¨®n. ?Qui¨¦n iba a ahorrar en aquellas condiciones? Hist¨®ricamente, los ciudadanos no han pagado impuestos y han puesto a salvo parte de sus ahorros en el exterior. El Gobierno afirma que hay 87.000 millones de d¨®lares fuera del pa¨ªs.
Si Argentina llegara a dolarizar la econom¨ªa, pondr¨ªa fin al riesgo de devaluaci¨®n, pero los problemas reales de falta de competitividad persistir¨ªan. El coste laboral y la eficiencia no se resuelven con la sustituci¨®n del peso por el d¨®lar. "Nosotros vemos la dolarizaci¨®n como un camino para calmar expectativas que siguen malas a corto plazo", estima Ernesto Gava. "El pr¨®ximo Gobierno tendr¨¢ que combinar medidas para encarar lentamente las reformas de segunda generaci¨®n en los pr¨®ximos dos a?os.Ineludiblemente deber¨¢ afrontar la reforma laboral y la convertibilidad fiscal y tendr¨¢ que considerar a medio plazo atarse a una canasta de monedas, 70% d¨®lar y 30% euro. Esto permitir¨ªa acostumbrar a la poblaci¨®n a que el tipo de cambio fluct¨²e un poco".
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