La discriminaci¨®n salarial de las mujeres es mayor en las escalas retributivas altas

El salario medio de las mujeres espa?olas en relaci¨®n al de los hombres es del 71%, un porcentaje no muy distinto al que impera en el resto de Europa. Un estudio dirigido por Jaume Garc¨ªa Villar, de la Universidad Pompeu Fabra, para el Instituto de la Mujer demuestra, adem¨¢s, que la discriminaci¨®n por raz¨®n de sexo es m¨¢s elevada en los niveles salariales altos que en los bajos. Juristas y sindicalistas europeos debatieron ayer en Madrid, con la ausencia del sector empresarial, c¨®mo combatir las nuevas formas de segregaci¨®n laboral que sufre la poblaci¨®n femenina.

El resultado del trabajo espa?ol, como explicaba ayer un miembro del equipo investigador, "refuerza la evidencia emp¨ªrica disponible para Estados Unidos seg¨²n la cual, a partir de una encuesta entre mujeres ocupadas, la percepci¨®n de discriminaci¨®n era m¨¢s alta entre aquellas con salarios altos".La conclusi¨®n es acorde con un reciente estudio europeo que asegura que, mientras que el salario percibido por el 10% de las mujeres del nivel m¨¢s bajo en t¨¦rminos salariales es inferior en alrededor de un 15% a los de los hombres, el salario del 10% de las mujeres mejor situadas en la escala salarial es alrededor de un 35% inferior.

"Es curioso constatar esta realidad", dec¨ªa ayer Concepci¨®n Dancausa, directora del Instituto de la Mujer, organizador de la reuni¨®n, "porque la percepci¨®n general de la gente es creer lo contrario, pero en estos niveles salariales altos es donde los complementos salariales son decisi¨®n de las empresas, como los bonos de navidad, que ni siquiera se contemplan en el convenio colectivo".

Revoluci¨®n brit¨¢nica

En esta conferencia, titulada Hacia la igualdad salarial, que comenz¨® ayer en Madrid y concluye esta ma?ana, se analiz¨® la dificultad de combatir en la pr¨¢ctica esta discriminaci¨®n comprobada en la teor¨ªa.En Europa est¨¢ en v¨ªas de extinci¨®n la discriminaci¨®n directa mediante la cual hombres y mujeres cobraban distinto ocupando puestos semejantes. Los intervinientes hablaron de la discriminaci¨®n indirecta que se ejerce horizontalmente (puestos de trabajo poco valorados ocupados en exclusiva por mujeres) y verticalmente (los mejores puestos dentro de la misma organizaci¨®n ocupados casi en exclusiva por los hombres).

La normativa comunitaria y la de los pa¨ªses miembros de la UE obligan a respetar el principio de un mismo salario para trabajos del mismo valor. Para los participantes en esta conferencia, el escollo comienza precisamente en c¨®mo valorar y clasificar los puestos de trabajo con baremos neutros. Para ello, la ¨²nica herramienta ser¨ªa la de hacer una nueva clasificaci¨®n.

Pero las leyes no obligan a aplicar tal herramienta. S¨®lo Francia, Portugal y el Reino Unido prev¨¦n en sus legislaciones la obligaci¨®n de valorar los puestos de trabajo si hay indicios de discriminaci¨®n en un sector o en una empresa. Y, como explicaron Albert Corominas y Carme Mart¨ªnez, docentes de la Polit¨¦cnica de Barcelona y miembros del equipo del trabajo espa?ol presentado ayer, s¨®lo Francia ha dise?ado un procedimiento espec¨ªfico para poder llevarlo a cabo.

Esta investigaci¨®n, dirigida por Jaume Garc¨ªa Villar, ha aplicado sistemas similares para detectar la discriminaci¨®n salarial en Espa?a. Se ha servido de las encuestas de salarios globales y tambi¨¦n de distintos subgrupos para llegar a su conclusi¨®n general y, despu¨¦s, ha dise?ado un programa inform¨¢tico que podr¨ªa aplicarse a una empresa concreta para hacer una valoraci¨®n de todos los puestos de trabajo con mecanismos objetivables que miden el esfuerzo, la capacidad y la responsabilidad.

El Instituto de la Mujer present¨®, a su vez, una "gu¨ªa de buenas pr¨¢cticas" que, obviamente, no tiene el car¨¢cter legal de las normas francesas o portuguesas citadas. Pero son referencias que probablemente se van a ir imponiendo en Europa a corto plazo.

Rosalind Mead, jefa de secci¨®n del Departamento de Retribuciones del Servicio Nacional de Salud brit¨¢nico explic¨® el ambicioso proyecto, puesto en marcha hace dos a?os, de cambiar el sistema retributivo de este servicio, que cuenta con un mill¨®n de empleados. El trabajo no terminar¨¢, dijo, antes de tres o cuatro a?os, pero ya apunta a que ser¨¢ una gran revoluci¨®n. "La reacci¨®n de los hombres es la de buscarse un trabajo mejor remunerado en la sanidad privada", dijo Mead.

Porque reequilibrar los salarios supondr¨¢, obviamente, congelar quiz¨¢ los salarios m¨¢s altos durante una etapa de transici¨®n. Pagar de golpe un 30% m¨¢s a todas las mujeres discriminadas se ve como un objetivo inviable econ¨®micamente.

Los sindicalistas entonaron un mea culpa al hablar de los convenios colectivos y de la escasa presencia femenina en las mesas de negociaci¨®n, pero recordaron que la potestad para contratar y fijar salarios es de los empresarios y que ¨¦stos no acudieron a la conferencia.