Tres alegres tigres
Su Majestad el tigre blanco, rey del zool¨®gico de Jerez, ha sido padre de trillizos. Tanto la madre como los reci¨¦n nacidos se encuentran en perfecto estado de salud. As¨ª rezaba la nota que circul¨® por el zoo el pasado 1 de junio, minutos despu¨¦s de que los felinos m¨¢s importantes de la zona vieran aumentada de esta forma la familia. El director de las instalaciones, Manuel Barcell, era categ¨®rico ayer en la presentaci¨®n en sociedad de los tres gru?ones principitos: "Disfrutad del momento, que esto es muy dif¨ªcil verlo m¨¢s veces". Barcell asegur¨® que se trata de un caso ¨²nico en el mundo, donde la poblaci¨®n de tigres desciende vertiginosamente. De las ocho razas que han existido de este felino, tres se extinguieron definitivamente (el tigre de Java, el de la isla de Bali, y el del Caspio), y otras cuatro (los tigres de Sumatra, China, Indochina y el gran tigre siberiano) est¨¢n a punto de correr la misma suerte. El ¨²nico que no est¨¢ amenazado tan seriamente es el de Bengala, raza a la que pertenecen los reci¨¦n nacidos, de los que se conservan 4.000 ejemplares en el mundo. A¨²n as¨ª, la caza furtiva sigue haciendo estragos con estos animales, cuyos huesos alcanzan altos precios en el mercado debido a las propiedades curativas y afrodisiacas que se les atribuye. Los cachorros, dos hembras y un macho, se mostraban algo inquietos ante el inter¨¦s generado por su primera aparici¨®n publica tras el nacimiento. Los protagonistas sacaron pecho e intentaron, incluso, lanzar feroces rugidos, que, finalmente, se quedaron solo en valientes maullidos, incapaces de intimidar a una mosca. No obstante, en el transcurso de pocos meses ser¨¢ realmente complicado y suicida acariciar o dar caranto?as a las cr¨ªas, como lo hicieron algunos de los presentes en el lugar. Hasta el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, se acerc¨® a dar la bienvenida a los nuevos jerezanos, que le respondieron con un gru?ido, como a todo el que se acercaba. Los tres nuevos inquilinos del zool¨®gico de la ciudad pesaron 1.200 gramos las hembras y 1.500 el macho al nacer. Tras quince d¨ªas de vida han engordado casi un kilo respectivamente. Los peque?os no han perdido el tiempo y se han dedicado a engullir biberones de 140 mililitros de leche especial para felinos cada cuatro horas, aproximadamente. Lo cierto es que los tres fueron apartados de la madre. Seg¨²n explicaba uno de los cuidadores, "las tigresas corren un gran riesgo a la hora de parir, ya que los machos siempre matan a las cr¨ªas". Los tigres se comportan de esa forma porque las hembras se olvidan del celo durante el amamantamiento de las cr¨ªas. ?sta es la raz¨®n por la que, tanto en libertad como en cautividad, buscan lugares apartados para tener a los cachorros. El zoo es una fiesta porque el tigre blanco, la principal atracci¨®n del parque, ha sido padre. Los peque?os no tardaran en robar todo el protagonismo a sus primog¨¦nitos. Por cierto, los renacuajos no tienen nombre a¨²n. Se aceptan sugerencias.
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