El doloroso silencio de Nivel
La esposa del gendarme agredido en el Mundial relata el calvario que sufren
Laurette Nivel, de 40 a?os de edad, es la esposa del gendarme herido por hinchas violentos durante el pasado Mundial de f¨²tbol en Francia. Fue un suceso que conmocion¨® el campeonato: su marido, David Nivel, de 44 a?os, yac¨ªa en el suelo junto a un reguero de sangre que proced¨ªa de su cabeza. Hab¨ªa sido gratuitamente golpeado por unos hinchas alemanes que hab¨ªan acudido a la localidad francesa de Lens para presenciar el Alemania-Yugoslavia. David Nivel entr¨® en el hospital en coma profundo y se temi¨® seriamente por su vida; algunas lesiones cerebrales ten¨ªan un car¨¢cter irreversible, seg¨²n la opini¨®n de los m¨¦dicos. Finalmente, seis semanas despu¨¦s, David Nivel sali¨® del coma y pudo salvar su vida, pero ayer su esposa narr¨® ante el tribunal que juzga el caso en la localidad de Essen (Alemania) c¨®mo ha cambiado su vida desde aquel suceso. Dos de los cuatro hinchas alemanes acusados pidieron perd¨®n a la mujer y rompieron a llorar nada m¨¢s escuchar su testimonio. "No tienen derecho a disfrutar de la libertad para vivir", dijo Laurette, dirigi¨¦ndose a los acusados. "El 21 de junio de 1998 nuestra vida cambi¨® completamente", dijo la mujer, luchando por evitar las l¨¢grimas. "Cuando acud¨ª a ver a mi marido al hospital aquella tarde, los doctores me dijeron que hab¨ªa poca esperanza, si hab¨ªa alguna. Durante muchos d¨ªas, desconoc¨ªa lo que me deparar¨ªa el d¨ªa siguiente. Cualquier cosa pod¨ªa suceder".
Su marido, a consecuencia de las lesiones que le produjo la agresi¨®n, tiene serias dificultades para hablar y para moverse, perdi¨® la vista en un ojo, todav¨ªa necesita rehabilitaci¨®n y no recuerda nada del incidente. Tiene dos hijos, Nicol¨¢s, de 21 a?os, que estaba presente en la sala, y Vincent, de 17, que no pudo acudir por tener un examen. "Mi marido no puede hacer nada de lo que amaba antes", dijo Laurette. "Lo peor es que no se puede comunicar. Sol¨ªa ser muy activo y muy cari?oso con sus hijos. Ahora no puede cumplir ninguna de sus responsabilidades como padre". "Mi marido", sentenci¨® Laurette, "no es due?o de sus actos. Necesita ayuda para todo".
Dos de los acusados, Frank Renger, de 31 a?os, y Tobias Arno Reifschlaeger, de 24, tomaron la palabra para pedir perd¨®n. "Se?or Nivel, se?ora Nivel", dijo Renger, "golpe¨¦ al se?or Nivel dos veces y todav¨ªa hoy no me explico por qu¨¦ lo hice. Me siento asqueado de lo que hice con el se?or Nivel y de las consecuencias que ha tenido para ¨¦l, para su familia. Quiero decir que lo siento". Entonces, Renger rompi¨® a llorar. El juicio se celebra en la localidad alemana de Essen, al norte de Colonia, y est¨¢ previsto que contin¨²e hasta el mes de septiembre. David Nivel y su esposa acudir¨¢n al juicio durante los pr¨®ximos dos d¨ªas para escuchar los testimonios de dos compa?eros de David Nivel, que tuvieron que huir para pedir refuerzos ante el tama?o de la agresi¨®n que estaban sufriendo.
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