La herencia
DE PASADANunca cant¨® para se?oritos ni por todos los duros del mundo. Lo hac¨ªa en los teatros y para todos: su voz en privado era gratis, para su marido, Luquitas de Marchena, y su familia. Alg¨²n marqu¨¦s tuvo que comerse su bolsa de plata y el no de Luquitas: si su se?ora quiere campanilleros, pague lo que todos y m¨¦zclese en el teatro. Lo ha vuelto a recordar en su voz, la que vivir¨¢ despu¨¦s de muerta, Dolores Jim¨¦nez, en una entrevista en Canal M¨¢laga Televisi¨®n. La herencia de la Ni?a de la Puebla es un gen de libertad que han mamado hijas y nietas. Entre todas construyeron un matriarcado singular alrededor de La Mami, como as¨ª llamaban a Dolores. Dos de los cinco hijos de la Ni?a, Adelfa y Pepe Soto, durante a?os se dedicaron a la canci¨®n espa?ola haciendo pareja. Cuando dej¨® de ser verdad el disfrute de comunicar renunciaron al patetismo de estar a cualquier precio. Dos de las nietas de Dolores, Adelfa y Mar¨ªa Jes¨²s, han heredado tambi¨¦n el don del cante. Adelfa Calvo, actriz, fundadora de Brea Teatro, voz de referencia en las publicidades radiof¨®nicas de M¨¢laga y la costa, guarda de su abuela voz dulce, melanc¨®lica y elegante. Y sobre todo, mucha libertad a la hora de elegir a qui¨¦n y c¨®mo, cuando y por cu¨¢nto cantas, act¨²as o amas. Adelfa es una de las mejores actrices que ha dado M¨¢laga. La muerte de la cantaora casi coincidi¨® con la de un arquitecto malague?o, Luis Bono, que sobre todas sus cualidades profesionales elev¨® la de estar preocupado siempre por los otros. Muri¨® de c¨¢ncer a sus 52 a?os el arquitecto provincial de Diputaci¨®n: era un hombre querido. En su barrio del Puerto de la Torre ayud¨® a construir casas a sus vecinos con sus propias manos. Gratis, como Dolores Jim¨¦nez. Bono introdujo el lenguaje de la modernidad en muchos pueblos de M¨¢laga desde los primeros ochenta. S¨®lo o con otros arquitectos como Pepe Oyarz¨¢bal, Luis Machuca o Carlos Hern¨¢ndez Pezzi, hizo casas de cultura, viviendas protegidas, centros de salud o plazas como la Uncibay. Bono, que era tan buen arquitecto como nada proclive a la notoriedad, dej¨® a la gente espacios para reunirse. Bono era bueno, perdidamente bueno. Nadie compr¨® jam¨¢s su honestidad. Estos d¨ªas los pol¨ªticos orean hasta d¨®nde son capaces de negarse para alcanzar el derecho a notoriedad. Entre tanto patetismo vano, la orgullosa generosidad de Dolores y Luis es una gran herencia. H?CTOR M?RQUEZ
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