Aznar reclama el protagonismo espa?ol en la cumbre y advierte de que el proceso abierto no es para impacientes

La diplomacia espa?ola trataba ayer de conseguir los apoyos necesarios para ser sede de la segunda Cumbre Uni¨®n Europea-Am¨¦rica Latina y el Caribe, que podr¨ªa celebrarse en el 2001 o en el 2002. Al Gobierno espa?ol le gustar¨ªa que esta reuni¨®n coincidiera con la presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea (UE), que le corresponde en el segundo semestre del 2002. La candidatura espa?ola compite con la de B¨¦lgica, que es el ¨²nico pa¨ªs europeo que tambi¨¦n se ha ofrecido como posible sede de la reuni¨®n.

El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en su intervenci¨®n en la reuni¨®n con el Mercosur, subray¨® el papel desempe?ado por Espa?a, desde su ingreso en la UE, para intensificar las relaciones con Am¨¦rica Latina y, concretamente, en favor de una apertura a los productos latinoamericanos.

En su discurso reiter¨® que, ante el avance de la globalizaci¨®n, los planteamientos defensivos, proteccionistas, son in¨²tiles. Aznar abog¨® por establecer unas reglas de juego estables, universales y transparentes.

Espa?a ha mantenido en los ¨²ltimos meses un duro pulso con Francia por conseguir un mandato de negociaci¨®n m¨¢s amplio con los pa¨ªses del Mercosur. Ayer reiter¨® que la negociaci¨®n que se abrir¨¢ el pr¨®ximo mes de noviembre no es un proceso para impacientes, pero tampoco para inmovilistas.

En un gesto de buena voluntad hacia el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, Aznar record¨® que esta cumbre era una iniciativa franco-espa?ola cuyo ¨¦xito se debe en gran parte al presidente franc¨¦s.

El presidente del Gobierno espa?ol reiter¨®, sin embargo, que Espa?a desea que la Uni¨®n Europea establezca al t¨¦rmino de las negociaciones "una zona de libre comercio" con los pa¨ªses del Mercosur, algo que va m¨¢s all¨¢ del mandato otorgado a la Comisi¨®n Europea.

La diplomacia espa?ola considera que la UE tiene m¨¢s que ganar que perder, incluso en el plano agr¨ªcola, con una apertura mutua de los mercados con Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile. Este criterio, sin embargo, no es compartido por pa¨ªses como Francia, que teme la competencia latinoamericana en carne y cereales.