Nadie se f¨ªa de nadie en Melilla
Los pol¨ªticos locales intentan transmitir a Madrid que derrocar a Aberchan crear¨¢ conflictos entre cat¨®licos y musulmanes
Desde el 13 de junio han sido innumerables las negociaciones y las posibilidades que los partidos pol¨ªticos han barajado para formar gobierno en la ciudad aut¨®noma de Melilla. Y todas han fracasado por la ambici¨®n de cada uno de ellos de ocupar la presidencia, especialmente los tres localistas. Ning¨²n pol¨ªtico lo oculta: nadie se f¨ªa de nadie en Melilla. A decir del hasta ayer secretario general del PSOE melillense, Rom¨¢n Doba?o, "los resultados del 13-J son endiablados y hacen dificil¨ªsimo crear un gobierno porque cualquier grupo tiene en su mano inclinar hacia un lado la mayor¨ªa y eso significa una presi¨®n constante". Sean cuales sean los socios de gobierno que finalmente elija el presidente Mustafa Aberchan, de Coalici¨®n por Melilla (CM), la moci¨®n de censura ser¨¢ una amenaza constante durante los cuatro a?os de legislatura.
El anterior presidente de la ciudad, Enrique Palacios, se hizo con la presidencia tras abandonar la disciplina del PP y suscribir un pacto para una moci¨®n de censura con el PSOE, Uni¨®n del Pueblo Melillense (UPM), Coalici¨®n por Melilla y otros dos tr¨¢nsfugas socialista y popular.
El ejemplo atemoriza, seg¨²n Mustafa Aluch, vicepresidente de CM, porque siempre que se ha planteado la posibilidad de una presidencia rotatoria entre dos partidos ninguno de ellos ha aceptado que su turno fuera en los dos ¨²ltimos a?os.
Negociaci¨®n de 'trileros'
Este fue el motivo por el que el secretario general del PP, Javier Arenas, no consigui¨® poner de acuerdo el 29 de junio, tras m¨¢s de cuatro horas de reuni¨®n, a Juan Jos¨¦ Imbroda, candidato de UPM, y Mustafa Aberchan. Y tambi¨¦n del fracaso de la negociaci¨®n que durante m¨¢s de seis horas mantuvieron el pasado jueves en Melilla los dos partidos nacionales con Imbroda y Palacios. El coordinador de organizaci¨®n del PP, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, y el secretario de pol¨ªtica auton¨®mica del PSOE, Ram¨®n J¨¢uregui, abandonaron ese d¨ªa la ciudad tras dar definitivamente por rotas las conversaciones para conformar un gobierno donde est¨¦ excluido el GIL asombrados de que las negociaciones fueran m¨¢s propias de trileros que de pol¨ªticos.
Pero las ambiciones personales de los dirigentes melillenses no ocultan el fracaso de la pol¨ªtica del Gobierno central en Melilla, acumulado en la etapa socialista y popular. En las urnas se demostr¨® con claridad. El PP y el PSOE, que sumaron 19 esca?os en las elecciones de 1995 (14 y 5, respectivamente), no disponen ya m¨¢s que de siete esca?os en la Asamblea (cinco el PP y dos el PSOE).
El sentimiento de abandono es muy generalizado en Melilla. Lo ha sido tradicionalmente y alcanz¨® categor¨ªa de desprecio hace dos a?os, con ocasi¨®n de la celebraci¨®n del V Centenario de la ciudad, a la que no acudieron ni el presidente del Gobierno ni ning¨²n miembro de la familia real. El detalle es recordado indefectiblemente por cualquier melillense cuando habla de pol¨ªtica. "Ahora nos quieren convencer de que Melilla es muy importante, una cuesti¨®n de Estado, porque hay que frenar al GIL, pero no lo ha sido antes para atender nuestras necesidades ni para pensar en su futuro", lamenta un ex pol¨ªtico de la ciudad.
Juan Jos¨¦ Imbroda, ¨²ltimo consejero de Econom¨ªa, asegura que el ayuntamiento se ha visto obligado a grandes esfuerzos para suplir la desatenci¨®n del Gobierno. En el ¨²ltimo ejercicio, los presupuestos auton¨®micos destinan a inversi¨®n 5.000 millones de pesetas, 2.000 m¨¢s que los Presupuestos Generales del Estado. Dos sociedades de capital municipal, Emvismesa y Promesa, son las principales impulsoras de la promoci¨®n de viviendas y del pacto territorial por el empleo. La primera dispone de un presupuesto de 9.000 millones de pesetas y la segunda ha repartido 1.300 millones en ayudas a Pymes.
Imbroda lamenta tambi¨¦n la paralizaci¨®n en el Congreso de los Diputados del R¨¦gimen Econ¨®mico Fiscal desde marzo de 1998 y advierte de que "no necesitamos mucho". "Basta recuperar la industria conservera que hab¨ªa antes del ingreso de Espa?a en la Uni¨®n Europea. Si aqu¨ª creamos 2.000 empleos, le damos la vuelta a la ciudad", proclama.
Tanto el PP como el PSOE local reconocen que incluso en el planteamiento que sus respectivas direcciones nacionales han hecho de los posibles pactos para frenar al GIL se aprecia la "falta de sensibilidad y la incomprensi¨®n" hacia las circunstancias de Melilla.El ex presidente de la ciudad Ignacio Vel¨¢zquez (PP) advirti¨® el jueves a P¨ªo Garc¨ªa Escudero que la moci¨®n de censura no era una buena soluci¨®n para la crisis pol¨ªtica en Melilla y que cualquier intento de recomposici¨®n del pacto anti GIL deb¨ªa pasar por mantener en la presidencia a Mustafa Aberchan. Igual advertencia hizo el dimitido secretario local del PSOE a J¨¢uregui. Pero aquel d¨ªa no se plante¨® sobre la mesa m¨¢s alternativa que la moci¨®n de censura y ni siquiera hubo una llamada a Aberchan.
Musulmanes y cat¨®licos conviven en Melilla de forma pac¨ªfica, con la desconfianza mutua que ha sido tradicional, pero sabiendo entenderse. Derrocar a Aberchan podr¨ªa quebrar esta convivencia y crear conflictos entre la poblaci¨®n, ese es el mensaje que el PSOE y el PP locales han intentado transmitir sin ¨¦xito a sus superiores de Madrid. Y esa ha sido la jugada estrat¨¦gica del GIL, que al votar la investidura de Aberchan se ha convertido en socio imprescindible para que CM pueda formar gobierno.
Coalici¨®n por Melilla, que aglutina a la mayor¨ªa del voto musulm¨¢n, colectivo que representa al 35% de la poblaci¨®n, entiende que en Melilla se ha producido una situaci¨®n hist¨®rica. "Lo importante de todo esto no es la presidencia en s¨ª misma, es que se demuestra que el musulm¨¢n ya es imprescindible en esta ciudad, y ma?ana uno de nuestros hijos puede ser delegado del Gobierno o director de banco", explica Mustafa Alcuch.
Deuda hist¨®rica
Juan Jos¨¦ Imbroda no cree en cambio que sea el momento m¨¢s oportuno para que un musulm¨¢n presida Melilla. "Creo que deber¨ªa ser un proceso m¨¢s suave para que no chirr¨ªe, que debe haber una etapa para ganar confianza y eso lleva su tiempo". El dirigente de UPM matiza que ¨¦l persigue un proceso de integraci¨®n, pero que "hay gente que no ve claro que un partido ¨¦tnico presida la ciudad". "Se ha avanzado mucho en la integraci¨®n y los musulmanes tienen raz¨®n en que hay una deuda hist¨®rica con ellos, pero que se est¨¢ pagando", explica. Mientras la ciudad espera que Aberchan forme gobierno, los diputados y la direcci¨®n de CM utilizan su tiempo en tratar de convencer a quienes les advierten de los riesgos de pactar con el GIL que Melilla nada tiene que ver con Marbella, que all¨ª gobierna Gil con mayor¨ªa absoluta, pero que aqu¨ª no tienen la presidencia y que "en el momento que intenten cualquier maniobra extra?a ser¨¢n expulsados del gobierno".
Desde el 13 de junio han sido innumerables las negociaciones y las posibilidades que los partidos pol¨ªticos han barajado para formar gobierno en la ciudad aut¨®noma de Melilla. Y todas han fracasado por la ambici¨®n de cada uno de ellos de ocupar la presidencia, especialmente los tres localistas. Ning¨²n pol¨ªtico lo oculta: "Nadie se f¨ªa de nadie" en Melilla.
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