La excarcelaci¨®n de la Mesa de HB divide al Constitucional
El tribunal comenzar¨¢ ma?ana a deliberar sobre la anulaci¨®n del fallo del Supremo
El comienzo ma?ana de la deliberaci¨®n de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional sobre el proyecto de sentencia del vicepresidente Carles Viver, que propone la anulaci¨®n de la condena a la antigua Mesa de HB y la excarcelaci¨®n de los 22 miembros de la misma que permanecen en prisi¨®n, ha creado tensi¨®n en el seno de la instituci¨®n, desde cuya presidencia se pide atenci¨®n a "las razones de la decisi¨®n, sea la que sea", y se rechaza la especulaci¨®n pol¨ªtica.
En el origen de la tensi¨®n actual est¨¢ el clima en el que se produjo la sentencia de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, que conden¨® a siete a?os de c¨¢rcel a cada uno de los 23 ex dirigentes de HB y que ahora ser¨¢ probablemente anulada. La sentencia, dictada en noviembre de 1997, absolvi¨® a los acusados por el fiscal de pertenencia a banda armada y apolog¨ªa del terrorismo y, con base en la pretensi¨®n de ceder los espacios electorales de los comicios de marzo de 1996 para la emisi¨®n de un v¨ªdeo de ETA, les conden¨® por colaboraci¨®n con la banda armada en plena efervescencia terrorista.
Entre el rosario de atentados de ETA durante los ¨²ltimos a?os estaba presente en la memoria colectiva el que en abril de 1995 estuvo a punto de costar la vida al entonces presidente del PP y m¨¢s tarde presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y los que asesinaron en febrero de 1996 al socialista Fernando M¨²gica Herzog, un a?o despu¨¦s al ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tom¨¢s y Valiente y en julio de 1997 al concejal del PP de Ermua (Vizcaya) Miguel ?ngel Blanco.
La sentencia contra los antiguos dirigentes de HB, sistem¨¢ticamente opuestos a condenar la violencia terrorista, fue recibida en la sociedad espa?ola con satisfacci¨®n. La sala que dict¨® aquella sentencia estuvo formada por su entonces presidente, Jos¨¦ Augusto de Vega, y los magistrados Ram¨®n Montero (ya fallecido) y Roberto Garc¨ªa-Calvo.
El ponente y encargado, por tanto, de redactarla fue este ¨²ltimo, cuya designaci¨®n como magistrado del Supremo origin¨® en su d¨ªa mucha pol¨¦mica por su ultraconservadurismo y por haber sido gobernador civil y jefe provincial del Movimiento de Almer¨ªa. Garc¨ªa-Calvo elabor¨® una sentencia condenatoria muy fundamentada, pero que varios compa?eros suyos de sala han asegurado reiteradamente que no habr¨ªan suscrito.
El catedr¨¢tico de Derecho Penal Francisco Mu?oz Conde ha estimado igualmente que la sentencia carece de base condenatoria, dada la inconsistencia delictiva de la pretendida emisi¨®n de un v¨ªdeo de ETA en una campa?a electoral, durante la cual el margen de la libertad de expresi¨®n es especialmente alto, as¨ª como por la utilizaci¨®n del silencio de los acusados como medio de prueba.
Incluso la imagen de tres pistolas sobre la mesa, en torno a la que aparec¨ªan sentados tres encapuchados con el anagrama de ETA a la espalda, en el v¨ªdeo destinado a difundirse -cuya emisi¨®n fue impedida por el juez Baltasar Garz¨®n-, ha sido evaluada indulgentemente desde el punto de vista penal en estos sectores jur¨ªdicos, en contraste con el valor incriminante que le atribuye la sentencia.
Dictada la sentencia y encarcelados los 23 condenados -Jon Id¨ªgoras fue excarcelado poco despu¨¦s por razones de salud-, la gran mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica o publicada se dio por satisfecha, en especial los allegados a las numerosas v¨ªctimas del terrorismo. Tambi¨¦n se acept¨® como razonable que el Tribunal Constitucional denegara la suspensi¨®n de las condenas mientras se tramitaba el recurso de amparo, presentado a finales de 1997 por los abogados de HB.
Sin embargo, en el propio Tribunal Supremo y entre los penalistas no se descartaba que el Constitucional o en su caso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos terminaran contradiciendo la sentencia.
La privaci¨®n de libertad de los recurrentes hizo que el Constitucional se comprometiera a dar prioridad a este recurso, como suele hacerse cuando no se suspende la condena. Pero en el camino hacia su resoluci¨®n se interpuso la renovaci¨®n de cuatro magistrados, que exigi¨® una larga negociaci¨®n entre el PP y el PSOE iniciada en febrero y terminada en octubre de 1998.
Una de las cuestiones que complic¨® la negociaci¨®n fue la insistencia del PP en que uno de los nuevos magistrados del Constitucional fuera Garc¨ªa-Calvo, quien confirm¨® a sus compa?eros de sala la oferta recibida.
El PP no logr¨® su prop¨®sito, pero de alguna forma la condena de HB ha venido estando presente en la vida interna del Tribunal, ya que el magistrado al que correspondi¨® ser ponente del recurso, Manuel Jim¨¦nez de Parga, present¨® su candidatura a la presidencia, que fue derrotada por los siete votos que obtuvo Pedro Cruz Villal¨®n, los mismos que el 27 de mayo se opusieron a la ponencia del frustrado candidato a presidente, contraria al recurso.
El borrador de sentencia del nuevo ponente, favorable a la estimaci¨®n del recurso por falta de pruebas de la condena, se debatir¨¢ en el seno de un tribunal fracturado. Desde la presidencia se pidi¨® el viernes que los medios expliquen "la motivaci¨®n y las razones en que se base la decisi¨®n, sea la que sea, para que se compruebe que no se trata de un capricho ni se especule con que responde a coyunturas pol¨ªticas".
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