Hemingway y su leyenda centenaria

Cien a?os se cumplen el 21 de julio del nacimiento del m¨ªtico escritor Ernest Hemingway. Manu Leguineche vio por primera vez a Hemingway cuando ten¨ªa 18 a?os (1959), en la Plaza del Castillo de Pamplona, sentado en la terraza del caf¨¦ Iru?a, en plenos sanfermines, y lo conoci¨® poco despu¨¦s, con su padre, en la Plaza de Toros de Calahorra. Manu ha confesado que Hemingway o Pap¨¢ o Hem (como le llamaban) es un punto de referencia en su vida de lector ( "yo aprend¨ª a leer con "El viejo y el mar", con "Adi¨®s a las armas"...), de periodista (periodista movido, de ac¨¢ para all¨¢, por las guerras y las m¨¢s fuertes vivencias y emociones de su contemporaneidad, como lo hizo Hem) y escritor: con ese estilo que economiza la prosa y es directo, claro, preciso y r¨¢pido. Pocos conocen la vida y la obra de Hem como Manu Leguineche, este vizca¨ªno (de Arrazua) que se licenci¨® en Filosof¨ªa y Letras y tuvo siempre el convencimiento de que lo suyo era el periodismo. Manu es un fiel cronista, casi un evangelista de la vida, la obra y la leyenda de fuego ( "cuyas llamaradas el mismo encendi¨®") del Premio Nobel norteamericano: "Me s¨¦ toda su obra de memoria y cuando me refiero a ¨¦l, a su desgraciada historia, tengo la sensaci¨®n de estar escribiendo siempre el mismo art¨ªculo". Dedica 30 p¨¢ginas de su "Hotel Nirvana", cap¨ªtulos 2? y 3?, a la ruta navarra de Hemingway: Pamplona, la zona del Irati y la de Aralar, fundamentalmente. "Navarra fue, para Hem, su meca, su lugar de peregrinaci¨®n, de juerga y descanso, donde encontr¨® emociones, escenarios, espacio vital para su filosof¨ªa hedonista, para su ¨¦pica individual de h¨¦roe solitario de vida azarosa... Cambi¨® el escenario de guerras por el de la plaza de toros y encontr¨® con creces alimento para sus pasiones y su literatura"